Con esta jornada calurosa nos hemos ido de paseo al barrio de San Isidro (La Pardilla), donde vamos en busca de la calle Louis Braile. Su inicio lo encontramos en la calle Raimundo Lulio desde donde parte con orientación Poniente-Naciente y, tras recorrer unos 190 metros, aproximadamente, va a desembocar a la calle Palacio Valdés. Por el Norte linda con la calle Raimundo Lulio y por el Sur lo hace con terrenos de cultivo sin urbanizar.
Esta nominación fue aprobada por el Ayuntamiento Pleno en sesión celebrada el día 28 de septiembre de 1995, a fin de dar direcciones concretas a los inmuebles ubicados en la misma, la cual era y sigue siendo algo poco más que una serventía.
Desde esa fecha pasa a engrosar las calles que componen el Callejero del distrito 5º, sección 3ª del Censo Municipal de Habitantes y Edificios.
Sinopsis de la nominación
Louis Braille nace en Coupvray (Francia) el 4 de enero de 1809. Fue un profesor francés ciego, famoso por la invención del sistema de lectura para ciegos que lleva su apellido.
A la edad de 5 años perdió la vista totalmente. Se infectó el ojo izquierdo tras un accidente en el taller de su padre al clavarse un punzón en el ojo. La infección acabó por dañarle también el ojo derecho, provocándole una ceguera irreversible debida a una oftalmopatía simpática.
Tras obtener una beca de estudios, en 1819 se trasladó a París, donde ingresó en el Instituto Nacional para Jóvenes Ciegos, institución en la que posteriormente ejerció como profesor. En este mismo centro conoció a Charles Barbier, inventor de un sistema rudimentario de lectura para ciegos que Braille reformó y completó hasta convertirlo en el que iba a ser el sistema universal de lectura para los afectados de ceguera.
Dicho sistema, llamado Braille en honor a su inventor, consta de 63 caracteres formados de uno a seis puntos y que al ser impresos en relieve en papel permiten la lectura mediante el tacto. Así mismo, los caracteres que integran el sistema, que Braille publicó en 1829 y 1837, están adaptados a la notación musical, lo cual facilita su comprensión. Enfermo de tuberculosis, falleció el 6 de enero de 1852, siendo enterrado en su localidad natal. En 1952, un siglo después de su muerte, sus restos fueron trasladados a París y enterrados en el Panteón de París.
Una celda de braille consiste en seis puntos en relieve perceptibles al tacto. El sistema Braille, por ser originario de Francia, utilizó muchos símbolos correspondientes a las 64 combinaciones de los seis puntos que lo originan, para representar acentos especiales correspondientes al francés. Al emplearse en otros idiomas, las combinaciones de puntos braille cambian de significado. Por ejemplo, el punto final y el signo de mayúscula cambian del español al inglés. Los ciegos tienen muy desarrollados los otros sentidos. Leen al tacto, moviendo la mano de izquierda a derecha por el texto marcado por puntos y guiones en relieve.
Toponimia del lugar
La toponimia “La Pardilla”, según aseveraciones del Dr. Hernández Benítez, en su obra titulada “Telde”, publicada en el mes de mayo del año 1958, viene de ser un lugar en el que abundaban una especie de aves similares a la perdiz y a la que vulgarmente se llamaba “pardilla” por el color de su plumaje.
Inicialmente fue el nombre de una gran finca hasta que se fueron extendiendo las edificaciones que en el interior e inmediaciones de la misma habían, llegándose a juntar con las de la zonas de La Taborda y la Angostura, que a su vez fueron el nombre de otras dos fincas donde se formaría el barrio de San Isidro.
El origen de los asentamientos en la zona, se producen en la primera mitad del siglo XIX, cuando con motivo de la dispersión de la población desde la zona central del casco urbano hacia los extrarradios, se crea el lugar denominado El Tabaibal.
En poco más de cien años, el lugar que se llamara El Tabaibal crece hacia el Naciente dando lugar a la formación del barrio de San Isidro y hacia el Poniente, creando el barrio de San Antonio.
Por el sistema constructivo de las edificaciones de ambos barrios, nos atrevemos a asegurar que el barrio de San Antonio se consolida en los inicios de la segunda década del siglo XX.
El barrio de San Isidro en cambio, ofrece edificaciones más modernas, que en su mayoría datan mediados del siglo XX, si bien se localizan algunas del período referido anteriormente, como inicio de los asentamientos.
En cualquier caso, el arquetipo urbanístico inicial se fundamentó en una edificación en interior de una gran finca, que con el tiempo fue recibiendo edificaciones más modestas en los aledaños para formar pequeños núcleos, más tarde estos núcleos se expanden a ambos lados de la carretera principal y alguna que otra calle transversal dando origen al barrio propiamente dicho.
Con el paso del tiempo, encontramos que los barrios de La Pardilla, San Isidro y San Antonio han crecido hacia el Naciente y el Poniente, con edificaciones modernas y ha llegado a formar una continuidad casi completa de edificaciones.
Las toponimias de Las Ánimas, Ponce, La Taborda, Alcaravanal o El Tabaibal, han quedado en segundo plano, e incluso llegaron casi a desaparecer de la Nomenclatura Municipal, pero hace unas décadas se han vuelto a rescatar con la calificación de “lugares” en los cuales existen parte de las fincas que llevaron originalmente esos nombres, como testimonios mudos de una historia de hace tan sólo un siglo.
Efemérides
Un día tal como hoy, hace ahora mismo 535 años, es decir el día 4 de septiembre de 1479, se firma el Tratado de Alcáçovas o Paz de Alcazovas o Tratado de Alcazovas-Toledo fue un acuerdo firmado en la villa portuguesa del mismo nombre, entre los representantes de los reyes Isabel y Fernando de Castilla y Aragón, por un lado, y del rey Alfonso V de Portugal y su hijo Juan por el otro y que fue ratificado por el rey de Portugal el 8 de septiembre de 1479 y por los reyes de Castilla y Aragón, en Toledo, el 6 de marzo de 1480. El tratado resolvió cinco cuestiones principales e importantes en la vida de los dos países:
Declaró la paz entre el reino de Portugal y los reinos de Castilla y Aragón y puso fin a las hostilidades tras la Guerra de Sucesión Castellana (1475-1479). Alfonso V renunció al trono de Castilla e Isabel y Fernando renunciaron a cambio al trono de Portugal. Repartió los territorios del océano Atlántico entre los dos países. Portugal mantuvo el control sobre sus posesiones de Guinea, la Mina de Oro, Madeira, las Azores, Flores y Cabo Verde. A Castilla se le reconoció la soberanía sobre las Islas de Canaria (mencionando en su texto la Isla de San Borondón). Reconoció que el impuesto denominado el quinto real fuese percibido por Portugal en los puertos castellanos, incluyendo a los barcos que hubiesen zarpado hacia la Mina de Oro antes de la firma del mismo. Reconoció a Portugal la exclusividad de la conquista del Reino de Fez.
También ocurrió un día tal como hoy, hace ahora mismo 217 años, es decir el 4 de septiembre de 1797, día en el que unas tropas armadas, a cargo de militares de tendencia republicana entre los que se encuentra Napoleón Bonaparte, ocupan París (Francia) desde primeras horas de la mañana y derrocan al gobierno del Directorio. Decretan que quien intente favorecer el regreso a la monarquía o la Constitución de 1793 será fusilado. Napoleón I Bonaparte, nació en Ajaccio, el día 15 de agosto de 1769 y fallecería en Santa Elena, el día 5 de mayo de 1821. Fue un militar y gobernante francés, general republicano durante la Revolución y el Directorio, artífice del golpe de Estado del 18 de Brumario que lo convirtió en Primer Cónsul de la República el 11 de noviembre de 1799; cónsul vitalicio desde el 2 de agosto de 1802 hasta su proclamación como Emperador de los franceses el 18 de mayo de 1804, siendo coronado el 2 de diciembre; proclamado Rey de Italia el 18 de marzo de 1805 y coronado el 26 de mayo, ostentó ambos títulos hasta el 11 de abril de 1814 y, nuevamente, desde el 20 de marzo hasta el 22 de junio de 1815.
Durante un periodo de poco más de una década, adquirió el control de casi toda Europa Occidental y Central mediante una serie de conquistas y alianzas, y sólo tras su derrota en la Batalla de las Naciones, cerca de Leipzig, en octubre de 1813, se vio obligado a abdicar unos meses más tarde. Regresó a Francia y al poder durante el breve periodo llamado los “Cien Días” y fue decisivamente derrotado en la Batalla de Waterloo en Bélgica, el 18 de junio de 1815, siendo desterrado por los británicos en la isla de Santa Elena, donde falleció. Napoleón es considerado como uno de los mayores genios militares de la Historia, habiendo comandado campañas bélicas muy exitosas, aunque con ciertas derrotas igualmente estrepitosas. Sus agresivas guerras de conquista se convirtieron en las mayores operaciones militares conocidas hasta ese momento en Europa, involucrando a un número de soldados jamás visto en los ejércitos de la época.
Pienso en la enorme lucha que hubo de tener Louis Braile, cuando siendo niño se encuentra tras el sufrimiento pertinente, sumido en la oscuridad de la ceguera, ello seguramente le forzó a experimentar un cambio gradual en su forma de ser y estar.
Los niños que pueden ver, aprenden a imitar a los que les rodean, por la expresión de los ojos, la boca, el movimiento de la cabeza y los gestos de las manos. Pero estos recuerdos poco a poco fueron abandonando la mente de Louis, sus gestos se hicieron más retraídos. Se cuenta que inclinaba la cabeza hacia adelante y a los lados, expresión que conservó durante toda su vida.
Todo su ser se concentró en sobrevivir sumido en la ceguera, reemplazando la vista por sus otros sentidos. Comenzó a reconocer el sonido de sus pisadas sobre diferentes superficies, los diferentes ecos de su voz al rebotar contra las paredes, puertas y muebles. Aprendió a reconocer los ruidos de la calle, el crujir de las carretas, los murmullos de las personas, el ladrar de los perros, a llenar su mundo de sonidos y a sentir las cosas que ya no podía ver.
Pensemos un momento en la afanada familia, que buscaba quehaceres para Louis, pues ya se había percatado de su asombrosa habilidad para saber qué cosas eran con sólo tocarlas, como si sus dedos hubieran reemplazado a sus ojos. Era capaz de seleccionar diferentes espesores y tipos de cuero para su padre, y posteriormente aprendió a hacerles flecos a los arreos. Podía diferenciar los vegetales y huevos para su madre y sus hermanas mientras ellas se alistaban apresuradamente para el mercado semanal.
Paulatinamente, Louis fue olvidando todo lo que era posible ver; se hizo un poco más osado en el mundo de oscuridad en el que habitaba, se interesaba más en saber cuál perro ladraba o qué carreta era la que pasaba frente al taller de su padre. No volvió a estrellarse ni a tropezar con nada en la casa, pues ya conocía todo por sus sonidos al igual que por el tacto.
El abad Jacques Palluy, de la parroquia del pueblo, pronto conoció a Louis y a las pocas semanas el niño y el clérigo habían echado los cimientos de una sencilla amistad y camaradería. El abad Palluy se sentaba en verano en el jardín, o en la casa cural en épocas de invierno, y allí le enseñaba a Louis. Le contaba relatos bíblicos, le enseñó a reconocer los perfumes, la textura de las flores y los sonidos emitidos por los diferentes pájaros y animales. Le hablaba acerca de las estaciones del año y del cambiante patrón del día.
Louis escuchaba con fascinación y asombro: comenzó a reconocer los olores, los cantos de los pájaros al alba y a sentir avanzar el frío nocturno antes del ocaso.
Fue el caso de Louis Braile, un claro ejemplo de superación personal diaria, a fin de sobrellevar la serie de impedimentos que la ceguera ponía en su vida, pero fue tanto el amor propio que creo en su interior, que en su afán de ayudar a otros invidentes investigó e inventó el sistema de lectura y escritura para sus homónimos.
Un claro ejemplo de esa lucha denodada la recoge una frase célebre del pedagogo francés: “No deseamos estar alejados del mundo sólo porque no podemos ver; queremos estudiar y trabajar igual que los demás y no ser ignorantes, ni ser objeto de piedad. Haré todo lo que esté en mi mano para obtener la dignidad mediante el saber”.
La posibilidad de comunicación tanto receptiva como expresiva de los invidentes en la actualidad, en el mundo de la literatura o de la música, tiene el mismo alcance que puede tener para cualquier otra persona vidente y todo ello, ha sido gracias al sistema Braile, gracias a ese trabajo y dedicación de Louis y, más aún, a esas virtudes que esgrimió hacia sus semejantes, cuales fueron la humildad y la gran humanidad que le caracterizó hasta los últimos días de su vida.
Hoy sigue estando presente en cada una de esas personas que necesitan usar su sistema, lo cual nos permite al resto de los mortales, entablar una comunicación más completa y ésta, puede ser tal vez la doble vertiente o la grandeza de su trabajo.
Dejamos aquí nuestra caminata de hoy guardamos en nuestra gena todo lo positivo que hayamos podido tratar y, emprendemos una nueva caminata, aunque dentro del mismo barrio, donde vamos en busca de la calle Louis Pasteur, al objeto de saber algo más del lugar de ubicación del vial y sobre la vida de este célebre biólogo, pero bueno… eso será en la próxima ocasión, si Dios quiere, allí nos vemos. Mientras tanto cuídense.
Sansofé.
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