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Los Pollos del Callejón  (Foto Archivo). Los Pollos del Callejón (Foto Archivo).

Los Pollos del Callejón siguen bregando en una calle de San Gregorio

Antonio Hernández Santana y sus cuatro hijos dan nombre a este linaje

Dojeda Domingo, 24 de Agosto de 2014 Tiempo de lectura:

Paseamos hoy por el barrio de San Gregorio, en concreto con la zona que conduce al Contrapeso, en la Urbanización de Arauz, donde vamos en busca de la calle Los Pollos del Callejón (Luchadores) y, encontramos su inicio en la calle Obispo Verdugo, desde donde con orientación Norte-Sur y, tras recorrer unos 280 metros, va a finalizar en la calle Victoriano Iglesias Bódalo (Deportista). Tiene paralela al Poniente la calle Hermanos Suárez Robaina (Fotógrafos) y al Naciente la Autovía de Circunvalación al Casco Urbano.
 
Esta nominación fue aprobada por el Ayuntamiento Pleno en sesión celebrada el 28 de diciembre de 2007, si bien la urbanización figura casi paralizada, con muy pocas edificaciones, debido a que no se han ultimado los servicios de la misma por irregularidades entre la promotora y la propia Administración Municipal.
 
Lo cierto es que desde hace aproximadamente unos cuatro años, el sector tiene un aire fantasmagórico y deprimente. Lo que iba a suponer una zona de expansión del Casco Urbano, ha quedado en poco menos que nada.
 
A estas circunstancias se suma además la caída en picado del sector inmobiliario arrastrado por el paro en la construcción, como sintomatología determinante de la actual crisis económica, que tipifica la nefasta alternativa de fuente económica que se ofertó por el gobierno de España a cambio de cargarse el mercado europeo del agro canario, toda una fantasmada, como la de ser considerados europeos y dentro de cuya Comunidad ocupamos el penúltimo lugar, somos los hermanos pobres junto a los griegos y los portugueses… de chiste es la cosa.
 
Sinopsis de la nominación:
 
Los Pollos del Callejón, es el sobrenombre adoptado por la zaga de deportistas de la Lucha Canaria, que se inicia con Antonio Hernández Santana (Callejón I) y sus cuatro hijos: Julio (Callejón II), Ambrosio (Callejón III), Antonio Ignacio (Callejón IV) y Marcos Hernández Ortiz (Callejón V)
 
Antonio Hernández Santana (Callejón I), nació en San Mateo el 13/01/1932 y vivió dentro del deporte vernáculo muchas jornadas de gloria junto a otros tantos luchadores célebres, hasta el año 1966 en el que se retira del mismo, a la edad de 34 años.
 
Julio Hernández Ortiz (Callejón II), nació en La Laguna (Tenerife) el 27 de Mayo de 1958, aunque desde muy corta edad se viene a vivir a nuestra Ciudad con toda la familia, encontrando desde los 13 años en los terreros de lucha su gran afición. Ha militado en muchos equipos de Gran Canaria, La Palma y Fuerteventura, en los que dejó un buen sabor de boca por su poderío, constancia y estilismo luchístico, consiguiendo numerosos galardones a nivel regional.
 
Ambrosio Hernández Ortiz (Callejón III), nace en Telde, el 14 de Marzo de 1969 y al igual que su hermano Julio, desde los 13 años inicia su militancia en los diferentes clubs de lucha por los que ha pasado tanto en la isla de Gran Canaria como en la de Fuerteventura, con un amplio bagaje de éxitos a nivel insular y regional.
 
Antonio Ignacio Hernández Ortiz, nace en Telde, el 31 de Julio de 1967. Aunque inicialmente se dedica al deporte del Balóncesto, es a los 22 años y en Tenerife, donde inicia su periplo por la Lucha Canaria en diferentes equipos de Tenerife, Fuerteventura, La Palma y Gran Canaria, cosechando grandes éxitos.
 
Marcos Hernández Ortiz, nace en Telde el día 7 de marzo de 1972 y se inicia en los equipos juveniles de lucha a los 12 años, pasando posteriormente por los equipos de La Viña, Acaimo, Tazacorte, Tijarafe, Las Manchas, Tegoste, Arrecife y Tao Tinajo. Finalizó su carrera deportiva cosechando grandes éxitos, a los 33 años de edad.
 
La gloria que han vivido los seis Pollos del Callejón, hoy encuentra continuidad en un niño de 13 años, llamado Cristo Manuel Hernández, nieto de Antonio (Callejón I) e hijo de Antonio Ignacio (Callejón IV), que destaca en la práctica del deporte vernáculo de la cultura tradicional canaria, dando vida y forma al calificativo de "la zaga de los Callejones", que aún se mantiene en pie en el terrero, alimentada por la nobleza y el amor a nuestro deporte autóctono.
 
Todos ellos tenían algunas mañas peculiares que les caracterizaban, si bien el patriarca Antonio Hernández Santana, me susurró en privado que el más estilista siempre fue Antonio Ignacio y el más elegante Julio, no obstante, todos fueron efectivos, nobles y entregados en la brega.
 
Toponimia del lugar
La toponimia “San Gregorio”, data desde 1866, año en el que se finalizan las obras de construcción del templo neoclásico actual, que mediante proyecto del arquitecto Diego Nicolás Eduardo, se fue realizando paulatinamente durante casi 90 años. Una vez ultimada la construcción del templo, se adopta como patrono del mismo a San Gregorio Taumaturgo, bajo cuya advocación se pone éste.
 
El templo de Los Llanos, ocupa el mismo solar que anteriormente ocupara la ermita que mandara construir Alonso Rodríguez de Palencia o Palenzuela, tras finalizar la conquista de la isla en los inicios del siglo XVI. Más tarde en la segunda década del siglo XVII se ha de reconstruir la misma por ofrecer amenaza de ruina, ampliándose la capacidad de la primera, pero ambas orientadas de Norte a Sur. Estas ermitas estuvieron bajo la advocación de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro.
 
Con el cambio de la toponimia de “San Gregorio”, empieza a caer en desuso la de “Los Llanos”, que fue el primer nombre que tomó el barrio de “arriba” o “Los Llanos de Jaraquemada”, por tener allí tierras y un ingenio de moler caña de azúcar Gonzalo de Jaraquemada, quien lo adquirió a Alonso Rodríguez de Palencia o Palenzuela.
 
Arauz, es como ha llegado a nuestros días, de forma algo degenerada o transformada, la antroponimia con la que se conocía un sector de La Barranquera, que comprendía entre el Parque Franchy Roca y el Barranco de Las Bachilleras, al Norte y Sur, respectivamente. Por el Poniente le delimitaba la antigua Carretera al Sur –hoy calle Doctor Melián Rodríguez- y la Carretera que conduce al barrio del Caracol por la parte del Naciente.
 
Esta antroponimia se refiere a Don Juan de Araus o Araoz, quien fue escribano de esta Ciudad en el año 1507, quien era propietario de una gran finca en el sector. Posteriormente vendió la misma a Don Francisco de Carrión, el cual años después la subdividió entre varios propietarios.
 
Desde principios del siglo XVIII y hasta finales del siglo XIX, existió en el lugar la llamada “Plaza de Araus”, que no era si no una explanada donde se celebraba semanalmente un mercado en el que se trataba la venta de productos agrícolas o de ganado y al que acudían personas de diferentes puntos de la isla. Luego los “fielatos” marcaron el principio de su final.
 
El paso del tiempo dicen que cura cualquier herida o cambia las cosas, y es una gran verdad. La nominación de “Plaza de Araus” se traslada en las primeras décadas del siglo XX a otra explanada situada al Norte de la primigenia.
 
Pero ya entonces, la vida que movía el mercado que existiera en la zona se había trasladado a la Plaza de Los Llanos (Plaza de San Gregorio), con mayor auge una vez abolidos los “fielatos”, convirtiéndose en el motor socio-económico del municipio y generando la instalación de una gran variedad de comercios y establecimientos.
 
Posteriormente aquella “Plaza de Araus” se construye como tal y se plantan árboles, siendo nominada en la época de la II República, como Plaza Franchy Roca, en honor del político grancanario.
 
Más tarde durante el período de la Dictadura Franquista, esta nominación es cambiada por la de “Plaza de León y Joven”, para que hace tan sólo unos 25 años volver a nominarse como “Plaza Franchy Roca”, por la primera Corporación Municipal de nuestro actual Estado Democrático.
 
Contrapeso, como indica su propio nombre, es poner peso en la parte opuesta o contraria para lograr un equilibrio en una báscula o palanca, que tenga el punto de apoyo en el centro de los brazos.
 
Esta terminología se empleó en su momento para definir la acción de compensación del valor de los terrenos en función de su condición natural.
 
En los repartos iniciales de tierras y agua, una vez acabada la conquista de la isla, habían terrenos de mayor o menor productividad, por la situación de los mismos, la presencia de agua en sus inmediaciones o la constitución de aquellos. Las zonas pedregosas de poco valor, eran concedidas para compensar aquellas partes que no resultaban beneficiadas respecto a otras de mejor situación.
 
Esta condición se da generalmente con los terrenos muy próximos o lindando con los cauces de los barrancos, cual es el caso del lugar que hoy nos ocupa y cuya terminología da nombre al lugar que visitamos.
 
La nominación de El Contrapeso, aparece en documentos testamentarios de mediados del siglo XVII, cuando después de finalizado el ciclo del cultivo de la caña de azúcar, se implanta el cultivo de la vid y se hace necesario expandir las tierras de cultivo a lugares que hasta el momento no eran productivos, originando numerosas labores de rochado de tierras para adaptarlas a las nuevas explotaciones agrarias, que tanto esplendor dieron a nuestra tierra con su industria vinícola y sus excelentes caldos, afamados en gran parte de Europa.
 
Efemérides
Un día tal como hoy, hace ahora mismo nada más que 1935 años, es decir el 24 de agosto del año 79, en la bahía de Nápoles, siendo Tito el emperador de Roma, el volcán Vesubio entró en erupción. La última vez que se había producido un acontecimiento de ese calibre hacía más de mil años y según dicen los expertos parece que en aquella oportunidad había resultado inocuo el suceso, por lo que los habitantes de las ciudades desconocían el peligro en el que se hallaban. La columna eruptiva se elevó a una altura de unos treinta y cinco kilómetros y debió liberar una fuerza quinientas veces superior a la de la bomba atómica de Hiroshima, sepultando bajo el fuego y las cenizas principalmente a dos ciudades de la región de la Campania: Pompeya, una población de alrededor de 12.000 habitantes y Herculano, más pequeña pero más rica. Muchos de sus habitantes perecieron y la ceniza modeló sus cuerpos con la postura que éstos tenían en el momento de morir.
 
Cuando fueron redescubiertas, estaban intactas hasta el punto de que se han podido averiguar con minuciosidad todos los detalles de su estructura urbana y de su forma de vida. Las excavaciones han permitido conocer escenas de la vida cotidiana. Como, por ejemplo, en el momento de la erupción estaban próximas unas elecciones para ocupar cargos públicos y los más ricos de la ciudad habían destinado dinero para la reparación de templos y otros edificios públicos, intentando ganarse así el voto popular, varios de estos edificios conservan placas en honor de sus reparadores. Como durante las excavaciones se habían hallado huecos en la ceniza que habían contenido restos humanos, en el siglo XIX el arqueólogo italiano G. Fiorelli sugirió rellenar estos huecos con yeso obteniendo así moldes que mostraban con gran precisión el último momento de la vida de los ciudadanos que no pudieron escapar a la erupción.
 
Hoy precisamente se cumplen 115 años, de aquel 24 de agosto de 1899, fecha en la que en Buenos Aires (República de Argentina), nace Jorge Francisco Isidro Luis Borges. Fue un escritor argentino, considerado uno de los autores más destacados de la literatura del siglo XX. Publicó ensayos breves, cuentos y poemas. Su obra, fundamental en la literatura y en el pensamiento universal, y que además, ha sido objeto de minuciosos análisis y de múltiples interpretaciones, trasciende cualquier clasificación y excluye todo tipo de dogmatismo. Es uno de los eruditos más reconocidos del siglo XX. Ontologías fantásticas, genealogías sincrónicas, gramáticas utópicas, geografías novelescas, múltiples historias universales, bestiarios lógicos, éticas narrativas, matemáticas imaginarias, dramas teológicos, invenciones geométricas y recuerdos inventados son parte del inmenso paisaje que las obras de Borges ofrecen tanto a los estudiosos como al lector casual.
 
Sobre todas las cosas, la filosofía, concebida como perplejidad, el pensamiento como conjetura, y la poesía, la forma suprema de la racionalidad. Siendo un literato puro pero, paradójicamente, preferido por los semióticos, matemáticos, filólogos, filósofos y mitólogos, Borges ofrece —a través de la perfección de su lenguaje, de sus conocimientos, del universalismo de sus ideas, de la originalidad de sus ficciones y de la belleza de su poesía— una obra que hace honor a la lengua española y la mente universal. Ciego desde los 55 años, personaje polémico, con posturas políticas enfrentadas a personajes famosos de la época, que le impidieron ganar el Premio Nobel de Literatura, al que fue candidato durante casi treinta años. Falleció en Ginebra el día 14 de junio de 1986, cuando contaba la edad de 87 años.
 
Hay que tener muy presente, que la verdadera historia no se hace sin la grandeza de espíritu de aquellos que de alguna forma son los protagonistas de los hechos históricos, sin una elevada moral en la que se derrochen gestos nobles, gestos que conforman la consideración general hacia ellos y que les ennoblecen.
 
La grandeza real de esos protagonistas en los hechos históricos, por muy locales que sean o por la poca difusión general que puedan tener, radica siempre en la forma de tratar a sus inferiores, con más dedicación incluso que a sus iguales.
La persona que llega a ser poseedora de una verdadera nobleza, no necesita en ningún momento contar con la humillación de sus homólogos, muy al contrario, trata con naturalidad de ser un igual.
 
La grandeza es una cualidad personal que no se enseña, es la expresión espiritual y la forma de ser de la persona honesta y cabal. Esa grandeza reside precisamente no en ser fuerte, sino en la buena utilización de esa fuerza para con los demás.
Aquellos que andan por el camino superior con destino a la grandeza, suelen sobreponerse a las influencias culturales negativas y eligen convertirse en la fuerza creativa de su vida, la cual le identifica ante la colectividad como una persona noble.
 
Es el caso de nuestro deporte autóctono, en el que los luchadores de élite, los grandes luchadores, aquellos que pasan a la historia de alguna forma, aquellos que son recordados con el paso del tiempo como prototipo ideal a imitar, son por lo general personas dotadas de una gran nobleza y consideración hacia sus adversarios.
 
De ahí, que el vencedor en una brega, tiende su mano al adversario para ayudarle a incorporarse de la arena y lo reconforta con un abrazo.
 
Dejamos aquí hoy nuestro paseo, guardamos en nuestra gena todo lo positivo que hayamos podido tratar, con la esperanza de que no se den jamás esos comportamientos y, emprendemos una nueva caminata con rumbo al norte, concretamente al barrio de San Juan, a fin de visitar la calle Los Sabandeños, con la idea de saber algo más del lugar de su ubicación y sobre la historia de este grupo de música popular, pero bueno… eso será en la próxima ocasión, si Dios quiere, allí nos vemos. Cuídense mientras tanto.
 
Sansofé.
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