Hoy hacemos nuestro paseo por la Urbanización Industrial de El Goro, donde vamos en busca de la calle Los Peregrinos, encontrando su inicio en la calle Los Califas, desde donde con orientación Norte-Sur y, tras recorrer unos 380 metros, finaliza confluyendo con la calle Manuel Verdugo. Por el Poniente linda con la calle Beneficiado José Estupiñán y por el Naciente lo hace con la calle Prior Mateo Tello.
Esta nominación aparece por primera vez en los documentos censales referidos al 31 de diciembre de 1970 y, desde entonces forma parte del Callejero del distrito 6º, sección 4ª del mentado censo electoral, no pudiéndose precisar la fecha de su aprobación por carecer de documentación al respecto.
Es esta una urbanización de carácter industrial en su mayoría, encontrando en la misma, edificaciones formadas por naves industriales destinadas a tales fines (comerciales e industriales).
Sinopsis de la nominación:
El término peregrino (del latín peregrīnus) se refiere en su significado más clásico al viajero que, por devoción o por voto, visita un santuario o algún lugar considerado sagrado. En su acepción más general es todo aquel que anda por tierras extrañas. En sentido estricto, para el español de religión católica, peregrino es aquél que se dirige a la Catedral de Santiago de Compostela a visitar la tumba del apóstol. Así, por el destino de su peregrinación, se lo diferencia de los caminantes que se dirigen a otros sitios de honda significación espiritual en el catolicismo: el romero, que lo hace a Roma, donde mora el papa, considerado sucesor de San Pedro, y el palmero, que se encamina a Jerusalén y en general a los Santos Lugares.
El Camino de Santiago (en gallego: Camiño de Santiago) es una ruta que recorren los peregrinos procedentes de todo el mundo para llegar a la ciudad de Santiago de Compostela, donde se veneran las supuestas reliquias del apóstol Santiago el Mayor. Durante toda la Edad Media fue muy concurrido, después fue ligeramente olvidado y en la actualidad ha vuelto a tomar un gran auge.
El Camino de Santiago Francés y las rutas francesas del Camino fueron declarados por la Unesco como “Patrimonio de la Humanidad” en 1993 y 1998 respectivamente. Más tarde como “Itinerario Cultural Europeo”, por el Consejo de Europa y últimamente ha recibido el título honorífico de “Calle Mayor de Europa”.
El Inicio de la peregrinación es aproximadamente a partir de 921 con el hallazgo de las supuestas reliquias del apóstol y con el beneplácito de Carlomagno, que quería defender sus fronteras de invasiones árabes, Compostela se convertirá progresivamente en un centro de peregrinaje que recibirá su impulso definitivo durante la primera mitad del siglo XI. Muy pronto, la noticia se extiende por toda la Europa cristiana y los peregrinos comienzan a llegar al lugar del sepulcro, el denominado Campus Stellae, que degenerará en el término Compostela.
Estos actos de devoción o voto en visita a lugares sagrados o santuarios, se llevan a cabo por toda la geografía española y en nuestra isla no podría ser menos, la “Peregrinación a Teror” denominada también, “Caminata del Pino”, es celebrada desde los primeros años del siglo XVIII en el cual comienzan a realizarse las peregrinaciones del 8 de septiembre, aumentando la concurrencia de fieles. Hoy en día, la tradición manda ir andando hasta Teror la noche del 7 al 8 de septiembre.
Con motivo de la multitudinaria presencia de peregrinos durante toda la noche de la víspera de las Fiestas Mayores de la Virgen del Pino, la imagen de la Virgen del Pino es trasladada al atrio de la Basílica de Teror de manera que todas y cada una de las personas que se trasladan a Teror podrán acercarse a la imagen mariana sin tener que entrar en la Basílica. La imagen de la Virgen del Pino permanece en el atrio de la Basílica toda la noche hasta las 5 de la mañana, hora en que comienzan las misas del alba de los peregrinos.
Toponimia del lugar:
La toponimia “El Goro”, se remonta a los orígenes de las primeras crónicas sobre la población aborigen, en las que Abreu Galindo primero y otros tantos autores más tarde, describen a groso modo la sociedad que encontraron los conquistadores en sus primeras incursiones en los inicios del siglo XV.
En casi todos los textos encontramos que se describe “el goro” como un recinto realizado en piedra seca, de forma circular y con cubierta de vegetales, generalmente usado para guardar los frutos de las cosechas de aquella primaria agricultura de cereales que realizaban los isleños.
Sólo hemos encontrado en un autor la versión de que era un lugar donde se cerraban a las mujeres adúlteras, pero esta versión no nos merece la menor consideración, ya que, en otros textos del mismo autor y en la misma obra se muestra partidario de la ideología político-religiosa predominante en la época que escribió. Si ello lo aderezamos con el espíritu sensacionalista y místico que muestra en diversos capítulos y temas de su obra, preferimos callarnos y no mentar tan siquiera su nombre o el título de la misma.
Su clerical condición y su partidista perspectiva de los hechos, le lleva en innumerables ocasiones a justificar los desatinos cometidos por los conquistadores sobre una población afable, hermosa y pletórica en mansedumbre -como describen los cronistas iniciales- con la victoria de los castellanos sobre un pueblo bárbaro al que había de “cristianizar” a toda costa, aunque como sucediera, fuera mediante su total destrucción.
La Urbanización Industrial El Goro, surge en la segunda mitad de la década de 1960, después de haberse creado otras como las de Bocabarranco, El Maipez y Las Rubiesas, que tuvieron menor aceptación por la deficiencia de la infraestructura viaria que pudiera favorecer su expansión con salida hacia el Norte (muelle) o el Sur (aeropuerto).
Fue el fruto del desatino, de la carrera alocada por crear una fuente de riqueza económico-social que sustituyera a la pérdida del mercado europeo para los productos agrícolas canarios, junto con el fomento de la construcción en torno al turismo –otra fuente de riqueza alternativa- y que propiciaron por su nefasta gestión el fenómeno de la especulación del suelo, la cual revierte en la actualidad en una menguada perspectiva de futuro, recientemente hemos podido comprobar lo endeble de su sostenibilidad, pendiendo en un quebradizo hilo de mercado que siempre se maneja desde fuera, ya que, la oferta propia es muy pobre.
En este lugar existían grandes plantaciones de tomateros que iban desde la antigua Carretera C-812 hasta el mismo litoral marino, que era recorrido por el llamado Camino del Conde en toda la longitud de la costa teldense, de Norte a Sur. Un entramado de carreteras de tierra atravesaban estos cultivos de un lado para otro y de ellos hasta la carretera general. Existían dos grandes propietarios agricultores en la zona Don Eladio Betancor Calderín y Don Esteban Navarro Sánchez, ambos hijos de nuestra Ciudad y grandes benefactores de la misma.
Llegada la década de 1960 se abre la Carretera al Sur (hoy Autovía GC-1), que por aquel entonces era de dos carriles, uno en cada sentido. Su trazado partió casi en su mitad esta gran superficie de Sur a Norte, y posteriormente se urbanizan diversas fincas dando lugar a zonas residenciales e industriales como la que nos ocupa, situadas al Poniente o al Naciente de la mentada Autovía GC-1.
De lamentable se pudiera considerar hoy la falta de toma de conciencia por parte de las Autoridades Insulares y Municipales, respecto a la necesidad de crear zonas boscosas que ayuden a amarrar las tierras y evitar que por mor de la falta de cultivos, al caer lluvias con cierta importancia, se produzcan aluviones que erosionan desfavorablemente el suelo haciéndolo improductivo y desertizándolo, todo ello sin sopesar el peligro que los referidos elementos puedan ocasionar sobre la población o las propiedades que encuentran a su paso. Pero claro, estas circunstancias… ¿A quién carajo puede importar?... sólo a aquellos que amamos nuestra tierra, nuestras cosas y nuestra gente.
Si hubiera un mínimo de cariño a la tierra o a su gente, se podrían realizar obras de reforestación en los márgenes de los barrancos, en las laderas no cultivadas y en todos aquellos espacios de arrifes que no tienen condiciones optimas para la agricultura. Se favorecería el aumento de la pluviosidad que revierte en el nivel freático, se lucharía mejor contra enfermedades de tipo alérgico tan frecuentes en nuestra tierra por efecto de la climatología cada vez más deteriorada y por último –si lo que interesa es hacer negocio- podríamos pensar en unas explotaciones turísticas en torno al campo y la montaña, para reponer un poco el deterioro de las costas.
Tenemos terrenos vacíos de sobra, un clima envidiable, un mar que nos suministra la materia prima para el riego, una cada vez más larga lista de parados y la mejor tierra y gente del mundo. Sólo falta contar con políticos que se comprometan a proyectar desalinizadoras, realizar la infraestructura de elevación de las aguas y poner a la gente a trabajar en algo que revierta en su propio provecho y lo que es mejor aún, en su propia tierra. Teniendo industrias relacionadas con el ocio tierra adentro, no se habrían de recargar las zonas costeras y lo benigno de nuestro clima pone todo lo demás, es sencillo, solo hay que tener ganas de hacer algo positivo en favor de la ciudadanía, que además creo que es para lo único que están en esos cargos electos al efecto.
Efemérides:
Un día como hoy, hace ahora mismo 153 años, es decir el 21 de agosto de 1861, nace en Las Palmas de GC Luis Millares Cubas, hijo del célebre historiador Agustín Millares Torres. Con gran brillantez realizó los Estudios Primarios y Secundarios, a muy corta edad, trasladándose luego a Barcelona, en cuya Universidad estudia la carrera de Medicina, doctorándose a los 22 años. Regresa a la isla en el año 1883 para ocupar la plaza de médico auxiliar en el Hospital de San Martín, donde pronto destaca como un gran cirujano, hasta el punto que en el año 1919 llegaría contabilizar unas diez mil intervenciones quirúrgicas. Ya en el año 1890, con motivo de su gran profesionalidad y espíritu vocacional, fue ascendido a médico primero del Hospital de San Martín, donde después de unos treinta y nueve años de servicios brillantes en dicho hospital, presenta la dimisión al no aceptársele un proyecto de reforma total de la Sanidad en Gran Canaria.
Al fallecimiento del doctor teldense Gregorio Chil y Naranjo, en el 4 de julio de 1901, Millares Cubas es nombrado director del Museo Canario, fundado por su antecesor, dejando al igual que aquel, escritas varias obras de carácter científico. Fuera del ámbito estrictamente profesional, realizó varias composiciones literarias, tanto en prosa como en versos, que más tarde serían recopiladas en su bibliografía, además de realizar publicaciones en la prensa diaria “Diario Las Palmas”. Compuso la letra de la obra musical del Maestro don Bernardino Valle, en memoria del político grancanario Antonio López Botas, que fue estrenada en el teatro Tirso de Molina. Conjuntamente con su hermano Agustín, escribió varias novelas y obras teatrales, que eran firmadas como “Los Hermanos Millares”. Tras renunciara su cargo como facultativo del Hospital San Martín, funda la Clínica Millares, la cual con el paso del tiempo y hasta nuestros días será denominada Clínica San Roque de Las Palmas. El día 16 de octubre de 1925, fallece en su ciudad natal.
Hace ahora mismo 74 años, de aquel 21 de agosto de 1940, día en el que en el distrito de Coyoacán (México), es asesinado por orden de Stalin, el político y revolucionario ruso León Trotski, a manos de un agente soviético llamado Ramón Mercader. Aunque Lenin le había señalado como su sucesor antes de morir en 1924; la ambición de Stalin, que contaba con fuertes apoyos en el aparato del partido, le impidió acceder al poder. Trotski defendía la idea de la «revolución permanente» como vía de realización de los ideales marxista-leninistas (extendiendo gradualmente la Revolución a Alemania y a otros países); mientras que Stalin le opuso la concepción más conservadora de consolidar el «socialismo en un solo país». Las diferencias ideológicas, sin embargo, eran poco más que un pretexto para Stalin, que maniobró hábilmente en busca de aliados y después se deshizo de ellos (incluso físicamente); con estas maniobras consiguió apartar a Trotski de la dirección en 1925, expulsarle del partido en 1927, deportarle a Kazajistán en 1928 y desterrarle del país en 1929.
Había nacido en Kirovogrado(Ucrania), el día 7 de noviembre de 1879 en el seno de una familia judía de labradores propietarios y estudió Derecho en la Universidad de Odessa. Participó desde joven en la oposición clandestina contra el régimen autocrático de los zares, organizando una Liga Obrera del Sur de Rusia (1897). Fue detenido varias veces y desterrado a Siberia; pero consiguió huir de allí en 1902 y se unió en Londres al que ya aparecía como jefe de la oposición socialdemócrata en el exilio: Lenin. Aunque discrepaba de su concepción autoritaria del partido, colaboró con él e intentó en vano reconciliar a la facción que dirigía (los bolcheviques) con la facción rival de la socialdemocracia rusa (los mencheviques). Trotski defendía la idea de la «revolución permanente» como vía de realización de los ideales marxista-leninistas (extendiendo gradualmente la Revolución a Alemania y a otros países); mientras que Stalin le opuso la concepción más conservadora de consolidar el «socialismo en un solo país».
Pensando en la temática tratada en esta crónica, llego a la conclusión de que la peregrinación a Teror, ha presentado con el paso del tiempo, diferentes aspectos, con mayor o menor concurrencia de peregrinos, cono más ganas de juerga que de fervor, pero yo me quedo con la vivida a finales de la década de 1960, no se si es que por aquel entonces teníamos ya conciencia de la realidad del evento en sí, si fue el impacto de contemplar aquellos grupos familiares que al sol puesto, emprendían la caminata con la fresca del atardecer, para llegar a Teror en el amanecer.
Disfruté bastante ver las veredas, atajos y carreteras concurridas de grupo de peregrinos, gente “que iban pal Pino”, entre los que no faltaba alguien que tocara la guitarra acompañada por un timple, otros repartían bebida y comida y los había que daban ánimos a otros para continuar adelante, cuando el cansancio empezaba a hacer acto de presencia durante la noche, en la que los faroles marcaban una nota especial en el ambiente.
Desde pequeño, con unos ocho años, fui a mi primera peregrinación a Teror, con varios familiares; más tarde de joven lo hice con amigos, hermanos y primos. He cumplido con esa tradición en unas siete u ocho veces, pero ya la juventud me ha abandonado y no me quiere acompañar a otra nueva peregrinación. Ya las laderas, los barrancos, los lomos por donde cogíamos los atajos, los veo desde lejos y en el coche, además de confundirse con el paisaje por la falta de limpieza y uso.
No obstante, siempre me ha quedado pendiente, por diferentes causas importantes familiares, el realizar la peregrinación en el Camino de Santiago y, aunque ya las facultades físicas no me lo permiten, si quiero aunque sea de forma simbólica realizar una de las últimas estaciones. Bueno, eso fue lo que le prometí al Apóstol la vez que le visité, durante la década de 1990, espero poder cumplirlo y no es que tenga fe en ello, pero tengo unas ganas envidiables de palpar esa parte de la historia y el folclore que entorno a la misma existe.
Hoy damos por finalizada nuestra caminata, guardamos en nuestra gena todo lo positivo que hayamos podido entresacar de nuestra crónica, nos la echamos a la espalda y emprendemos una nueva rumbo hacia el Poniente, nos vamos al barrio de San Gregorio, a fin de visitar la calle Los Pollos del Callejón, saber algo más de esta nominación y del lugar de ubicación del vial, pero bueno… eso será en la próxima ocasión, si Dios quiere, allí nos vemos. Mientras tanto cuídense.
Sansofé.
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