En esta tibia mañana hacemos nuestro paseo por la Urbanización Industrial de El Goro, donde vamos en busca de la calle Los Califas, encontrando su inicio en la calle Prior Mateo Tello, desde donde con orientación Naciente-Poniente y, tras recorrer unos 220 metros, finaliza confluyendo con la calle Josefina Mayor. Por el Sur tiene paralela la calle Virgen de la Candelaria y por el Norte la calle Alejandro Hidalgo.
Esta nominación aparece por primera vez en los documentos censales referidos al 31 de diciembre de 1970 y, desde entonces forma parte del Callejero del distrito 6º, sección 4ª del mentado censo electoral, no pudiéndose precisar la fecha de su aprobación por carecer de documentación al respecto.
Es esta una urbanización de carácter industrial en su mayoría, encontrando en la misma, edificaciones formadas por naves industriales destinadas a tales fines (comerciales e industriales).
Sinopsis de la nominación
Califa o jalifa (del árabe jalifa, "representante"). Algunas veces es traducido como "sucesor". Sin embargo, muchos musulmanes opinan que es una traducción incorrecta, ya que, ésta implicaría que el Califa es el sucesor del profeta de Alá, lo cual consideran contrario a sus creencias.
El título conlleva una doble función de liderazgo político y espiritual, lo que lo asemeja a otras instituciones, como la de papa en la Iglesia Católica o la de dalái lama en el budismo tibetano.
Tras la muerte de Mahoma en el año 632, hasta 1924 fueron considerados califas quienes le sucedieron como cabeza de la umma o comunidad de musulmanes. Sin embargo, no todos los que han ostentado este título fueron reconocidos al completo por la comunidad, pues a lo largo de la historia ha habido muchos disensos sobre la legitimidad de tal liderazgo, lo que ha propiciado la coexistencia de varios califas, cada uno reconocido por un sector distinto de musulmanes, así como la existencia de comunidades que no han reconocido como legítimo a ninguno de los califas.
A la muerte de Mahoma le sucedió como califa y en consenso por parte de la comunidad musulmana Abū Bakr, quien fuera reconocido por su calidad humana y su fe entre la comunidad islámica. Se dice que fue el mejor de los compañeros de Mahoma.
Los califas debían ser a la vez jefes políticos y religiosos. Como religiosos no tenían poder para prescribir ningún dogma, pues se consideraba que la revelación divina había sido completada y puesta de manifiesto a través de Mahoma. No había nada que añadir. Como líderes políticos, los califas de Bagdad, el califato más reconocido y duradero, perdieron pronto sus facultades en favor de los distintos sultanes, que fueron los gobernantes efectivos de los territorios situados bajo la égida del califa.
Según el pensamiento de los suníes, los cuatro primeros califas del mundo islámico constituyeron una edad de oro y se les llamó los "bien guiados" o "cuatro califas justos". Además impusieron unas exigencias para acceder al califato: El califa debía ser un árabe y pertenecer a la tribu de Quraish (a la que pertenecía Mahoma). Un consejo de ancianos que representara a la comunidad islámica elegiría al sucesor. El califa tenía como misión la difusión del Islam.
Según el pensamiento de los chiíes, el propio Mahoma había designado un sucesor antes de morir. Este sucesor era su yerno Ali ibn Abi Talib, casado con su hija Fátima. Ali y sus sucesores serían, pues, para los chiitas los legítimos califas. Ali fue elegido califa en cuarto lugar, pero tras su elección se desató una Al-Fitna al-Kubra o guerra civil que dio lugar a la división de la umma en tres bloques: los partidarios de Ali, en adelante llamados chiíes; los partidarios de Muawiya, su oponente y primer califa omeya, que constituirían la mayoría y con el tiempo serían llamados suníes; un tercer grupo, los jariyíes, opuestos tanto a unos como a otros y partidarios de la elección del califa entre todos los musulmanes.
Surgieron o se crearon los siguientes califatos, hasta su abolición en 1924. Además, el Imperio almohade (1145-1269), con capital en Marrakech, aunque no fue oficialmente un califato ni su gobernante usó el título de califa, sí hizo uso de un tratamiento habitualmente asociado al califa: el de príncipe de los creyentes (luego heredado por el sultán de Marruecos, hasta la actualidad).
Por otro lado, Husayn ibn Ali, jerife de La Meca, tras la caída del Imperio Otomano y en medio de los debates que recorrían el mundo islámico sobre la recuperación del recién abolido califato, utilizó durante unos años, hasta su muerte, el título de califa. El califa era también la máxima autoridad del imperio islámico.
El término califato, "dominio del califa ('sucesor')" (a partir del árabe jilāfa, en persa jelâfat y en turco hilafet), hace referencia al primer sistema de gobierno establecido en el Islam y representó la unidad en torno al líder de la umma (comunidad) musulmana. En teoría, se trata de una república constitucional aristocrática (siendo la constitución la Constitución de Medina), lo que significa que el cabeza del estado, el califa, así como otros funcionarios, son representantes del pueblo y del islam y deben gobernar de acuerdo a la ley religiosa, o sharia.
Fue inicialmente liderado por los discípulos de Mahoma como una continuación del sistema religioso establecido por el Profeta, conocido como 'Califatos de Rashidun'. Un "califato" es también un estado que implementa este tipo de sistema político.
Toponimia del lugar
La toponimia “El Goro”, se remonta a los orígenes de las primeras crónicas sobre la población aborigen, en las que Abreu Galindo primero y otros tantos autores más tarde, describen a groso modo la sociedad que encontraron los conquistadores en sus primeras incursiones en los inicios del siglo XV.
En casi todos los textos encontramos que se describe “el goro” como un recinto realizado en piedra seca, de forma circular y con cubierta de vegetales, generalmente usado para guardar los frutos de las cosechas de aquella primaria agricultura de cereales que realizaban los isleños.
Sólo hemos encontrado en un autor la versión de que era un lugar donde se cerraban a las mujeres adúlteras, pero esta versión no nos merece la menor consideración, ya que, en otros textos del mismo autor y en la misma obra se muestra partidario de la ideología político-religiosa predominante en la época que escribió. Si ello lo aderezamos con el espíritu sensacionalista y místico que muestra en diversos capítulos y temas de su obra, preferimos callarnos y no mentar tan siquiera su nombre o el título de la misma.
Su clerical condición y su partidista perspectiva de los hechos, le lleva en innumerables ocasiones a justificar los desatinos cometidos por los conquistadores sobre una población afable, hermosa y pletórica en mansedumbre -como describen los cronistas iniciales- con la victoria de los castellanos sobre un pueblo bárbaro al que había de “cristianizar” a toda costa, aunque como sucediera, fuera mediante su total destrucción.
La Urbanización Industrial El Goro, surge en la segunda mitad de la década de 1960, después de haberse creado otras como las de Bocabarranco, El Maipez y Las Rubiesas, que tuvieron menor aceptación por la deficiencia de la infraestructura viaria que pudiera favorecer su expansión con salida hacia el Norte (muelle) o el Sur (aeropuerto).
Fue el fruto del desatino, de la carrera alocada por crear una fuente de riqueza económico-social que sustituyera a la pérdida del mercado europeo para los productos agrícolas canarios, junto con el fomento de la construcción en torno al turismo –otra fuente de riqueza alternativa- y que propiciaron por su nefasta gestión el fenómeno de la especulación del suelo, la cual revierte en la actualidad en una menguada perspectiva de futuro, recientemente hemos podido comprobar lo endeble de su sostenibilidad, pendiendo en un quebradizo hilo de mercado que siempre se maneja desde fuera, ya que, la oferta propia es muy pobre.
En este lugar existían grandes plantaciones de tomateros que iban desde la antigua Carretera C-812 hasta el mismo litoral marino, que era recorrido por el llamado Camino del Conde en toda la longitud de la costa teldense, de Norte a Sur. Un entramado de carreteras de tierra atravesaban estos cultivos de un lado para otro y de ellos hasta la carretera general. Existían dos grandes propietarios agricultores en la zona Don Eladio Betancor Calderín y Don Esteban Navarro Sánchez, ambos hijos de nuestra Ciudad y grandes benefactores de la misma.
Llegada la década de 1960 se abre la Carretera al Sur (hoy Autovía GC-1), que por aquel entonces era de dos carriles, uno en cada sentido. Su trazado partió casi en su mitad esta gran superficie de Sur a Norte, y posteriormente se urbanizan diversas fincas dando lugar a zonas residenciales e industriales como la que nos ocupa, situadas al Poniente o al Naciente de la mentada Autovía GC-1.
De lamentable se pudiera considerar hoy la falta de toma de conciencia por parte de las Autoridades Insulares y Municipales, respecto a la necesidad de crear zonas boscosas que ayuden a amarrar las tierras y evitar que por mor de la falta de cultivos, al caer lluvias con cierta importancia, se produzcan aluviones que erosionan desfavorablemente el suelo haciéndolo improductivo y desertizándolo, todo ello sin sopesar el peligro que los referidos elementos puedan ocasionar sobre la población o las propiedades que encuentran a su paso. Pero claro, estas circunstancias… ¿A quién carajo puede importar?... sólo a aquellos que amamos nuestra tierra, nuestras cosas y nuestra gente.
Si hubiera un mínimo de cariño a la tierra o a su gente, se podrían realizar obras de reforestación en los márgenes de los barrancos, en las laderas no cultivadas y en todos aquellos espacios de arrifes que no tienen condiciones optimas para la agricultura. Se favorecería el aumento de la pluviosidad que revierte en el nivel freático, se lucharía mejor contra enfermedades de tipo alérgico tan frecuentes en nuestra tierra por efecto de la climatología cada vez más deteriorada y por último –si lo que interesa es hacer negocio- podríamos pensar en unas explotaciones turísticas en torno al campo y la montaña, para reponer un poco el deterioro de las costas. De camino pueden intentar engañar a los diferentes colectivos con la realización de jornadas sanas en favor de la naturaleza y efectuar talleres de forestación, seguramente quedarían bien en la foto.
Tenemos terrenos vacíos de sobra, un clima envidiable, un mar que nos suministra la materia prima para el riego, una cada vez más larga lista de parados y la mejor tierra y gente del mundo. Sólo falta contar con políticos que se comprometan a proyectar desalinizadoras, realizar la infraestructura de elevación de las aguas y poner a la gente a trabajar en algo que revierta en su propio provecho y lo que es mejor aún, en su propia tierra. Teniendo industrias relacionadas con el ocio tierra adentro, no se habrían de recargar las zonas costeras y lo benigno de nuestro clima pone todo lo demás, es sencillo, solo hay que tener ganas de hacer algo positivo en favor de la ciudadanía.
Efemérides
Hoy precisamente se cumplen 481 años, de aquel 7 de agosto de 1533, día en el que en Madrid, nace Alonso de Ercilla y Zúñiga, quien fue un poeta y soldado español, conocido principalmente por ser el autor de “La Araucana”. Sus padres Fortún García de Ercilla, jurista del Consejo Real, y Doña Leonor de Zúñiga, eran oriundos de Bermeo (Vizcaya, País Vasco). Sexto y menor de los hijos, cuando tenía apenas un año, muere su padre. Doña Leonor tratará de sacar adelante a su familia y se desplaza a los distintos señoríos en los que puede recibir rentas (Bermeo, Nájera, Bobadilla). La situación económica se agrava al ser despojada por una discusión sobre su patrimonio en 1545, al tiempo que su hijo mayor muere en Madrid. Casi en la pobreza destina su segundo hijo a la Iglesia y solicita el favor de Carlos V. En 1556 llega al Perú y acompaña a García Hurtado de Mendoza, el recién nombrado gobernador y capitán general de Chile, donde se habían sublevado los araucanos.
Estuvo en Chile diecisiete meses, entre 1557-1559 y conoció a don Francisco Pérez de Valenzuela. Participó en las batallas de Lagunillas, Quiapo y Millarapue, siendo testigo de la muerte de Caupolicán, protagonista de su poema: “La Araucana”, poema épico de exaltación militar en 37 cantos, donde narra los hechos más significativos de la guerra de Arauco contra los araucanos (mapuches) y que empezó a escribir en campaña. Debido a una reyerta con un noble fue encarcelado y condenado a muerte, pero fue amnistiado y desterrado a Perú. Regresó a España en 1562, donde publicó su gran obra (1569), dedicada a Felipe II. Se casó y trabajó en labores de la Corte, hasta que fallece en Madrid el 29 de noviembre de 1594. Sus restos reposan en el Convento de San José situado en la ciudad de Ocaña en Toledo. El convento se halla habitado por carmelitas descalzas, durante todos los días del año a las 8 de la mañana se puede visitar la sepultura.
Un día tal como hoy, hace ahora mismo 138 años, es decir el 7 de agosto de 1876, nace en Leeuwarden (Países Bajos), Margaretha Geertruida Zelle más conocida como Mata Hari, fue una famosa bailarina y actriz, condenada a muerte por espionaje y ejecutada durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918). La palabra “matahari” significa, en idioma malayo, sol y literalmente "ojo del día". Su padre, Adam Zelle, era un sombrerero, y su madre era Antje van der Meulen. Al morir la madre de la joven, su padre suplió la ausencia materna con excesivos cuidados hacia una joven que muy pronto destacó por su belleza. Se casó a los 18 años, tras mantener una breve correspondencia con un militar que no conocía, mucho mayor que ella y que había puesto un anuncio en un periódico. Desde niña, los uniformes militares habían suscitado en ella una especial atracción.
De vuelta a Europa, tras separarse y perder en Holanda el juicio sobre la custodia de su hija debido a su libertina vida en la isla, según declaró su marido, realizó más tarde algunos intentos fallidos en París como modelo de diseñadores, fracasos que conllevaron a un auténtico trauma en su vida por carecer de recursos económicos para vivir. La literatura romántica de evasión de finales del siglo XIX había popularizado una imagen difusa y añorada de la oriental. En 1917, un año antes del final de la "Gran Guerra", fue sometida a juicio en Francia acusada de espionaje, de ser una agente doble para Alemania y de haber sido la causa de la muerte de miles de soldados. Fue declarada culpable sin pruebas concluyentes y basadas en hipótesis no probadas que hoy en día (principios del siglo XXI) no se sostendrían en un juicio moderno. Fue ejecutada por un pelotón de fusilamiento el 15 de octubre de 1917, en Vincennes.
Contemplando el amanecer y pensando en los diferentes temas tratado hoy, no puedo ni quiero evitar razonar, en las circunstancias que se dan encada uno de ellos.
De una parte la figura del Califa, como personaje de más confianza y con la máxima autoridad dentro de la comunidad. Persona fiable al cien por cien, que era sumamente respetado y obedecido, tanto en el ámbito social como en el religioso, llegando en algunos casos, a ser considerado como el heredero del profeta en el mundo y la cultura del Islam.
Hoy, esa autoridad está bien separada oficial y documentalmente, la autoridad civil por un lado representada por los políticos y la autoridad religiosa por otro, que en su caso se representa por los miembros del clero. No obstante, en los tiempos que vivimos, algunos se han quedado anclados en el pasado y desde la prepotencia que les infunde la ignorancia, van contra corriente, la unifican en las resoluciones que adoptan los unos para con los otros.
Vivimos en un Estado Democrático que se declara aconfesional y sin embargo, no en la misma medida que todas las opciones religiosas, la Iglesia Católica goza del beneplácito de estar exenta de ciertas obligaciones económicas y además recibe subvenciones con cargo a los presupuestos del gobierno, que es lo mismo que cargar contra los intereses de la generalidad del pueblo, sea católico o no.
La razón de que esto suceda así, viene dada por varios factores, como pueden ser que el gobierno de la nación ejerce dictatorialmente su parecer basado en la mayoría de votos, que es un parecer político de gobiernos de derechas cuya ideología es contradictoria a la suma de todas las minorías del país, que así creen que son mejor considerados por esos arcaicos votantes que les van a renovar la confianza en los próximos comicios y que arrastran una base ideológica con 40 años de retraso, lugar al que quieren relegar al pueblo llano, mediante los recortes de derechos sociales y laborales, dignamente conseguidos en el seno de una lucha legal dentro de la democracia.
Esta situación se vive gracias al quehacer de cada uno de nosotros, unos por no molestarse en ir a votar, otros por votar a la simpatía de ciertos conocidos, los que no por votar una ideología extremista contra el grupo de oposición de forma irracional y por último están aquellos que votan sin mirar siquiera que oferta en el programa de gobierno cada uno de los partidos que se presentan a las elecciones y si además, éstos proponen los medios para conseguir la realización de esos proyectos, sin que pueda parecer un engaña bobos o una cortina de humo.
Todo ello, se debe generalmente a la incultura política, de la cual no es culpable nadie más que nosotros mismos, como también somos los únicos responsables de que gobiernen quienes obtienen la mayoría, para bien o para mal, sin que tengamos derecho alguno de quejarnos ante ninguna instancia y sufrir luego el ejercicio de un gobierno mayoritario que practica eso que se viene en llamar “dictocracia”.
Claro está, otra cosa bien distinta pudiera pasar por las listas abiertas, por las cuales pueden resultar elegidos políticos de las diferentes opciones, en el porcentaje de los votos ganados, pero que les obligaría a negociar y tramitar las cuestiones en las que se han de poner de acuerdo irremediablemente, bajo la fiscalización del más inmediato.
Ello supondría, por supuesto, la reforma de la Ley Electoral, tema en el que los actuales políticos tanto del gobierno como de la oposición, no se quieren mojar, por conveniencia propia de cada cual y seguir ostentando la autoridad totalitaria que les brinda la mayoría de votos.
Hoy damos por finalizada nuestra caminata, guardamos en nuestra gena todo lo positivo que hayamos podido entresacar de nuestra crónica, nos la echamos a la espalda y emprendemos una nueva rumbo hacia el Poniente, nos vamos al barrio de Lomo de Magullo, a fin de visitar la calle Los Caideros, saber algo más de esta nominación y del lugar de ubicación del vial, pero bueno… eso será en la próxima ocasión, si Dios quiere, allí nos vemos. Mientras tanto cuídense.
Sansofé.
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