Nuestro paseo de hoy lo hacemos por la urbanización residencial de Ojos de Garza, donde vamos en busca de la calle Logroño, cuyo inicio lo encontramos en la calle Tarragona, desde la cual con orientación Naciente-Poniente, tras recorrer unos 230 metros, finaliza en la calle Álava.
Tiene lindando por el Norte la calle Huesca, mientras que por el Sur lo hace con terrenos de la finca matriz, sin cultivar.
Esta nominación, al igual que las del resto de los viales de la urbanización, aparecen por primera vez en los documentos del Censo Municipal de Habitantes y Edificios, referido al 31 de diciembre de 1970 y desde entonces, forma parte del callejero del distrito 6º, sección 7ª.
Esta urbanización se encuentra en el lado Poniente del Camino de la Madera, acceso al barrio Ojos de Garza, a la cual se accede actualmente por un camino que cruza el cauce del Barranco de Mujama.
Es una urbanización de carácter eminentemente residencial y en la misma encontramos todas las edificaciones del tipo de chalet, con retranqueos destinados a zonas verdes. Está dotada de zona de dominio público y cancha deportiva, así como, zonas de propiedad de la Comunidad de Vecinos, destinadas a recreo y piscina.
Hasta finales de la década de 1960, era una urbanización de propiedad privada, limitándose el acceso mediante una baliza que prohibía el libre tráfico de vehículos, posteriormente y ante la necesidad de los servicios públicos, se entregó la urbanización y los viales fueron de dominio público.
Es una zona agradable para vivir por la tranquilidad que se respira en la misma, salvo cuando despega algún avión del Aeropuerto de Gran Canaria, que es cuando aprecias su proximidad a dicho recinto.
Sinopsis de la nominación
Logroño es un municipio situado en el norte de España, capital de la Comunidad Autónoma y Provincia de La Rioja. También es su localidad de mayor población —concentrando casi la mitad del total de la comunidad— así como su centro económico, cultural y de servicios.
Bañada por el río Ebro, Logroño ha sido históricamente un lugar de paso y cruce de caminos, tales como el Camino de Santiago, y de fronteras, disputada entre los antiguos reinos de la Península Ibérica durante la Edad Media. En el último siglo, la ciudad ha experimentado un crecimiento demográfico lento pero significativo respecto a las poblaciones cercanas, provocado principalmente por los movimientos migratorios desde otras comarcas de la región. Ha sido la capital gastronómica española de 2012 y futura ciudad europea del deporte de 2014.
El origen de este topónimo es, como en muchas otras localidades, desconocido. El nombre “Lucronio” es nombrado por primera vez en un documento de 965 por el cual García Sánchez de Pamplona dona el lugar así denominado al Monasterio de San Millán.
En el fuero de 1095 aparece bajo el nombre de Logronio, excepto una vez en la que es denominado “illo Gronio”. Las tesis más aceptadas parecen indicar que el nombre es una latinización tardía por prefijación del artículo "lo/illo" al antiguo topónimo “Gronio/Gronno”, palabra de origen celta que significa “el vadoo el paso”. Se cree que este nombre era debido a la frecuente utilización del lugar para atravesar el río Ebro.
Otros historiadores han propuesto teorías alternativas, como una posible derivación de “Lucus Brun/Lucus Beronius” (Lugar sagrado en el bosque berón).
El rey Juan II de Castilla le otorgó en Palencia el 7 de febrero de 1431 el título de "Ciudad" y lo ratificó el día 20 del mismo mes en Valladolid, por lo cual se deja de llamar "Villa", aunque no da explícitamente los motivos para dicho honor. El mismo monarca, el 20 de julio de 1444, añade los títulos de "Muy Noble" y "Muy Leal", que aparecen todavía en el escudo de la localidad. En este caso, el motivo fue la lealtad de las gentes del lugar frente al homónimo rey Juan II de Navarra, pues pese a la «mucha guerra, e feridas e muertes, e robos, e quemas, e daños e opresiones», la ciudad se mantuvo al servicio del rey de Castilla.
El 5 de julio de 1523, el rey Carlos I de España otorgó las tres flores de lis para el blasón de la ciudad, por su resistencia al cerco de los franceses en 1521.
Por Real Decreto, recibió también el título de "Excelencia" el 6 de diciembre de 1854 de manos de Isabel II, como premio por el comportamiento de sus vecinos durante las epidemias de cólera que asediaron la ciudad.
El municipio de Logroño está situado en el norte de la Rioja Media, limitando con los municipios de Fuenmayor, Navarrete, Villa Mediana de Iregua, Murillo de Río Leza, Lardero y Agoncillo en La Rioja; Laguardia, Lanciego y Oyón en Álava y Viana en Navarra.
La mayor parte de su superficie municipal y del núcleo urbano se asienta en la margen derecha del río Ebro. Su altitud, tomando como referencia el céntrico paseo del Espolón, es de 386 m sobre el nivel del mar. Aunque es una zona geográficamente bastante plana por su situación en pleno valle, existen algunas elevaciones cercanas como el cerro de Cantabria, el del Corvo, el monte de la Pila o el punto más alto de la localidad, Candorras, de 580 metros de altura.
Es precisamente esta situación la que permite comunicaciones adecuadas por carretera y por ferrocarril hacia el este (Zaragoza) y oeste (Burgos). Sin embargo, la sierra de Cantabria y el Sistema Ibérico, situados hacia el norte y sur respectivamente, limitan una comunicación con vías rápidas en estas direcciones.
Toponimia del lugar
La toponímia “Ojos de Garza”, nos habla de la existencia de unos riscos en la playa del mismo nombre, que se semejan a los ojos de este ave marino “la garza”, que anidó en esta zona en gran población, hasta llegado el final del siglo XIX.
La explicación de que el lugar fuera elegido por las aves marinas –garzas, pardelas, gaviotas,...- la encontramos en la presencia de los cultivos de tomateros que por aquel entonces llegaban hasta el mismo borde de los acantilados o hasta el inicio de las zonas arenosas de las playas, ser una zona poco transitada por los humanos y encontrar en los cultivos alimentos complementarios para su dieta alimenticia., así como, varios estanques y albercas con agua embalsada.
Fue por estos motivos y por el uso incontrolado de pesticidas en los cultivos para luchar contra las plagas de insectos –el cigarrón berberisco en especial- por los que esta población desaparece del entorno, llegándose casi a su extinción por envenenamiento. Hubo un nutrido grupo que emigró a otras zonas del continente africano y unas pocas se realojaron en la zona de Gando, donde no alcanzó la mano del ser humano, su peor enemigo. Estas circunstancias se consolidan una vez que entra en funcionamiento el Aeropuerto de Gando, que acaba con la tranquilidad ambiental y propicia el alejamiento de las garzas y otras aves marinas.
El suelo que ocupa hoy la urbanización, en su momento, hasta mediados de la década de 1960, fue una próspera finca de los Hermanos Mireles, donde el cultivo de tomateros predominaba en la amplia parcela de la finca matriz que lindaba por el Norte con el Barranco de Mujama y por el Sur lo hacía con el Barranco del Draguillo, el cual le deslindaba de la Villa de Ingenio.
Hubo una época en la que con motivo de la pérdida del mercado peninsular y europeo para los productos agrícolas canarios, la situación fue cambiando de a poco, se dejaron de cultivar algunos terrenos y se procedió a la urbanización de los mismos. Otros en cambio, fueron destinados durante una temporada a la industria ganadera, generalmente vacuna y porcina, pero que también sucumbieron ante la política nefastamente arrolladora, consentida e interesada, que fomentaba el comercio desde el exterior, en detrimento de los productos canarios, todo ello con el beneplácito de las autoridades municipales, provinciales y nacionales.
No nos cansamos de denunciar la connivencia gubernamental que históricamente se ha vivido contra los intereses de la agricultura y la ganadería en las islas, en aras de hacerla desaparecer y a cambio de otras prebendas, a modo de baratijas, otras fuentes económicas que con el paso del tiempo han demostrado una total carencia de sostenibilidad. Como siempre, la quiebra económica la pagan los más débiles y en este caso no podía ser una excepción.
Ahora, en este momento, hoy… sin ir más lejos, de todo aquello sólo nos queda observar de vez en cuando el elegante vuelo de una garza, de las pocas que aún recorren nuestras costas buscando alimentos o tal vez intentando encontrar un lugar donde no llegue el ser humano.
Efemérides
Hoy casualmente se cumplen 78 años, de aquel 17 de julio de 1936, día en el que el capitán general de Canarias, Francisco Franco Bahamonde, llega al Puerto de La Luz a bordo del correillo “Viera y Clavijo”, que procedía de Tenerife. La visita se debía a la presidencia del entierro del general Amadeo Balmes y tras las honoras fúnebres, Franco se trasladó al Hotel Madrid, donde ocupó la habitación designada con el número diez, fuertemente protegido por una escolta. Mientras tanto el enlace del general Mola, Félix F. Maiz, a las siete de la mañana ponía unos telegramas en la localidad francesa de San Juan de La Luz.
Estos telegramas iban dirigidos al general Sanjurjo, que estaba en Estoril (Portugal), otro al general Seguí que estaba en Sevilla y el otro al propio general Franco. Era la señal para el alzamiento militar, mientras en Melilla y Ceuta se estaba terminando de redactar un parte de guerra que iba a ser suscrito por el general Franco. El levantamiento de África estuvo a punto de fracasar, cuando el Gobernador ordenó a la Guardia de Asalto que arrestara a los conspiradores, que estaban reunidos en el salón de la Torre, pero un grupo de legionarios persuadieron a los guardias para que se unieran a ellos.
A las 16:20 horas se inició el alzamiento en Melilla, al apoderarse los amotinados del mando civil y militar y fue detenido el general Romerales, quien fue asesinado días después. Una vez la ciudad en su poder, el nuevo comandante general, coronel Solana, estableció comunicación con el teniente coronel Yagüe, que se encontraba en Ceuta y que también había controlado la ciudad. Así se iniciaron unos sangrientos episodios en la historia de España y tras una Guerra Civil que duraría casi tres años, siguió un crudo período de posguerra y dictadura militar de más de 36 años.
Un día tal como mañana, hace ahora mismo 15 años, es decir el 17 de julio de 1999, fallece John Fitzgerald Kennedy Jr., en un accidente de avión al caer su avioneta al Océano Atlántico, pereciendo él, su esposa Carolyn Bessette y una hermana de ésta llamada Lauren. John John, como se le conocía, había nacido en Washington el día 25 de noviembre de 1960, fue uno de los hijos del presidente estadounidense John F. Kennedy y su mujer Jacqueline. El hermano pequeño de Caroline Kennedy, ejerció como abogado, periodista y editor. Nació tan solo dos semanas después de que su padre fuese elegido como el 35 presidente y estuvo en el enfoque público desde su infancia.
Vivió sus primeros tres años de vida en la Casa Blanca y bajo la mirada atenta de los medios de comunicación, hasta que su padre fue asesinado tres días antes de su 3º cumpleaños. El saludo que realizó al ataúd de su padre durante la procesión fúnebre se convirtió en una mediatizada imagen de los años 60. Creció en el lado noroeste de Manhattan (Nueva York) y fue fotografiado muy a menudo. Su madre se casó en segundas nupcias cinco años después de enviudar con el magnate griego Aristóteles Onassis, aunque su figura paternal fue su tío Bobby, ya que cuidó de Jackie, Caroline y de él.
Aunque estudió en el neoyorkino Collegiate School, acabó graduándose en el instituto Phillips Academy y se matriculó en la Universidad de Brown, donde se graduó en Historia (1993). Allí, donde fue miembro de la fraternidad Phi Psi, ganó en 1989 Juris Doctor. Reprobó el examen dos ocasiones antes de aprobarlo en su tercer intento. Desde los años 80 hasta que murió, Kennedy fue una de las personas más vistas y fotografiadas en Manhattan. El clan de los Kennedy no acepto nunca ni las honras fúnebres de Carolyn Vésete, ni el enterramiento en la cripta familiar.
Ha sido por casualidad, pero al buscar una efemérides para este día, la primera que me he tropezado ha sido la de la visita del general Franco a Gran Canaria, el día antes del golpe militar y no la he rehuido, porque pienso que los hechos históricos no hemos de omitirlos u ocultarlos, ya que, ello nos llevaría al error de volver a repetir los mismos pasos en cualquier momento.
No es un hecho que se reseñe para homenajear a nadie, no queremos resaltar la figura de nadie, ni la de los republicanos ni la de los golpistas, ya que las culpas de que condujeran el país a una Guerra Civil, habría que repartirlas de alguna forma, sin entrar a valor los porcentajes que habría de adjudicarse a un bando u otro.
Casualmente este hecho es consecuente del narrado la semana pasada, respecto al asesinato de José Calvo Sotelo, asesinato que se dijo durante mucho tiempo que fue la llama que prendió la mecha para que estallara la Guerra Civil Española.
No vamos a culpar a nadie de aquellas barbaries que se dieron en los acontecimientos bélicos, pero por un bando y por el otro, hubieron asesinatos y abusos por doquier. Al final el homenaje puede ir dirigido muy bien a las víctimas que perecieron por la desidia o la ignorancia de los del otro bando, sea cual fuere aquel.
Fueron unos hechos bélicos que no finalizaron con ninguna victoria y si fue una contienda en la que todos perdimos a alguien o algo de nuestro entorno familiar más querido. La forma que se les arrebató la vida a esas víctimas da igual, lo mismo fuera en el campo de batalla, por una bala perdida o mediante el asesinato, con un tiro en la nuca, este último como consecuencia siempre de una falsa denuncia, por lo general anónima, a la que el descerebrado de turno hizo caso.
No es esto un homenaje a nadie, se hace la reseña precisamente para dejar bien claro aquello que no debiéramos permitir que vuelva a suceder jamás, para exigir que los políticos sean honestos y honrados, para que la sociedad camine en el nivel de vida idóneo en el que se den las circunstancias de la buena convivencia, sin exclusiones, sin descalificaciones y sin intolerancia de ningún tipo.
Una sociedad donde reine el diálogo, el respeto a la opinión mayoritaria y la concordia, que permita dentro de la cultura el crecimiento de nuestra sociedad, aunque sólo sea por el bien de aquellos que nos han de suceder, pero no debemos dejar que todos los logros que se han conseguido política, laboral y socialmente, nos sean arrebatados y nos posterguen de nuevo a aquellos tiempos de carencias y nefastos recuerdos.
No debiéramos permitir que nos hagan caminar hacia atrás, no debiéramos permitir que nos sitúen en las tinieblas del pasado, no debiéramos permitir que se propicie de nuevo el panorama en el que nos enfrentemos hermanos contra hermanos, hagamos uso de nuestra inteligencia para decirles que no vamos a ser sus fieles lacayos, sus mansos corderos o sus enmudecidas víctimas.
Dejamos hoy aquí nuestro paseo, guardamos en nuestra gena todas las consideraciones positivas de esta crónica, nos la echamos a la espalda (como el propio tiempo) y emprendemos otra caminata con rumbo al noroeste, nos dirigimos al barrio de La Pardilla, donde visitaremos la calle Lomo Caraballo, para conocer algo más del lugar de su ubicación y lo referente al protagonista de la nominación, pero bueno… eso será en la próxima ocasión, si Dios quiere, allí nos vemos. Mientras tanto cuídense.
Sansofé.
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