Paseamos hoy por el barrio de San Gregorio, en concreto con la zona que conduce al Contrapeso y a la Urbanización de Arauz, donde vamos en busca de la calle Laureano Betancor Suárez y, encontramos su inicio en la calle Günther Kunkel (Botánico), desde donde con orientación Poniente-Naciente y, tras recorrer unos 250 metros, va a finalizar en la calle Los Pollos del Callejón (Luchadores).
Tiene paralela al Norte la calle Juan Carlos Suárez Monzón (Deportista) y al Sur la calle José Benítez Calixto (Exportador).
Esta nominación fue aprobada por el Ayuntamiento Pleno en sesión celebrada el 28 de diciembre de 2007, si bien la urbanización figura casi paralizada, con muy pocas edificaciones, debido a que no se han ultimado los servicios de la misma por irregularidades entre la promotora y la propia Administración Municipal.
Lo cierto es que desde hace aproximadamente unos cuatro años, el sector tiene un aire fantasmagórico y deprimente. Lo que iba a suponer una zona de expansión del Casco Urbano, ha quedado en poco menos que nada.
A estas circunstancias se suma además la caída en picado del sector inmobiliario arrastrado por el paro en la construcción, como sintomatología determinante de la actual crisis económica, que tipifica la nefasta alternativa de fuente económica que se ofertó por el gobierno de España a cambio de cargarse el mercado europeo del agro canario, toda una fantasmada, como la de ser considerados europeos y dentro de cuya Comunidad ocupamos el penúltimo lugar, somos los hermanos pobres junto a los griegos y los portugueses… de chiste es la cosa, ya que, no se merecen nuestro llanto.
Sinopsis de la nominación
Laureano Betancor Suárez, nace en el barrio de San Gregorio, de la ciudad de Telde, el 14 de febrero de 1914, hijo de Antonio María Betancor López y de Adela Ángela Suárez Naranjo, matrimonio que llegó a tener doce hijos.
Tras realizar los estudios de Enseñanza Primaria, en la escuela de Don Nicolás Espino, en El Roque. Luego la de D. Manuel Jiménez, ubicada en el solar donde está la actual Sociedad La Fraternidad, y más tarde, tres años interno en el Colegio Corazón de María, en Las Palmas, donde realiza los estudios de Comercio, los cuales determinarían su definitiva profesión.
Después de finalizada la Guerra Civil Española, en la que se ve inmerso a voluntad propia, por presentarse voluntario después de haber sido licenciado en la vida militar, habiendo participado de diversas batallas en el frente por el bando de los militares sublevados del General Franco, regresa a Gran Canaria.
Su vida en la política municipal pasa por ser Concejal del M.I. Ayuntamiento de Telde, por el Tercio Familiar, durante algo más de 20 años. En dicho período ejerce como Teniente Alcalde y en pocas ocasiones como Alcalde Accidental por cortos períodos de tiempo.
Fue bibliotecario del Excelentísimo Cabildo Insular, corresponsal del periódico “El Eco de Canarias”, radiotécnico aficionado, director municipal de Protección Civil, delegado local del Frente de Juventudes, jefe de la Vieja Guardia de Franco perteneciendo además a la Falange Española de la JONS.
En su establecimiento de la entonces calle General Franco (hoy Avenida de la Constitución), tenía un comercio de venta de diversos productos y materiales de radio, pesca, electricidad, etc.
Asimismo, fue directivo de varios equipos de fútbol de la ciudad de Telde y presidente de la Sociedad de Instrucción y Recreo “La Fraternidad”, durante unos siete años, entre 1968 y 1974, durante cuyo mandato, concretamente el 17 de noviembre de 1969, se pone la primera piedra en la obra de construcción del actual edificio de dicha sociedad. En ese período era Alcalde de nuestra ciudad Don Manuel Amador Rodríguez.
El Sr. Betancor Suárez, vivió importantes pasajes en la vida de nuestra ciudad, de los cuales no quiero hacer un somero detalle, por tener una opinión encontrada con los mismos, bien discordante con la realidad que luego se contó. Pasajes de los cuales fui testigo presencial y víctima desde dentro del propio Ayuntamiento, como funcionario.
El día 8 de abril de 2010, fallece Don Laureano Betancor Suárez en su ciudad natal, a la edad de 96 años.
Toponimia del lugar
La toponimia “San Gregorio”, data desde 1866, año en el que se finalizan las obras de construcción del templo neoclásico actual, que mediante proyecto del arquitecto Diego Nicolás Eduardo, se fue realizando paulatinamente durante casi 90 años. Una vez ultimada la construcción del templo, se adopta como patrono del mismo a San Gregorio Taumaturgo, bajo cuya advocación se pone éste.
El templo de Los Llanos, ocupa el mismo solar que anteriormente ocupara la ermita que mandara construir Alonso Rodríguez de Palencia o Palenzuela, tras finalizar la conquista de la isla en los inicios del siglo XVI. Más tarde en la segunda década del siglo XVII se ha de reconstruir la misma por ofrecer amenaza de ruina, ampliándose la capacidad de la primera, pero ambas orientadas de Norte a Sur. Estas ermitas estuvieron bajo la advocación de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro.
Con el cambio de la toponimia de “San Gregorio”, empieza a caer en desuso la de “Los Llanos”, que fue el primer nombre que tomó el barrio de “arriba” o “Los Llanos de Jaraquemada”, por tener allí tierras y un ingenio de moler caña de azúcar Gonzalo de Jaraquemada, quien lo adquirió a Alonso Rodríguez de Palencia o Palenzuela.
Arauz, es como ha llegado a nuestros días, de forma algo degenerada o transformada, la antroponimia con la que se conocía un sector de La Barranquera, que comprendía entre el Parque Franchy Roca y el Barranco de Las Bachilleras, al Norte y Sur, respectivamente. Por el Poniente le delimitaba la antigua Carretera al Sur –hoy calle Doctor Melián Rodríguez- y la Carretera que conduce al barrio del Caracol por la parte del Naciente.
Esta antroponimia se refiere a Don Juan de Araus o Araoz, quien fue escribano de esta Ciudad en el año 1507, el cual era propietario de una gran finca en el sector. Posteriormente vendió la misma a Don Francisco de Carrión, quien años después la subdividió entre varios propietarios.
Desde principios del siglo XVIII y hasta finales del siglo XIX, existió en el lugar la llamada “Plaza de Araus”, que no era si no una explanada donde se celebraba semanalmente un mercado en el que se trataba la venta de productos agrícolas o de ganado y al que acudían personas de diferentes puntos de la isla. Luego los “fielatos” marcaron el principio de su final.
El paso del tiempo dicen que cura cualquier herida o cambia las cosas, y es una gran verdad. La nominación de “Plaza de Araus” se traslada en las primeras décadas del siglo XX a otra explanada situada al Norte de la primigenia.
Pero ya entonces, la vida que movía el mercado que existiera en la zona se había trasladado a la Plaza de Los Llanos (Plaza de San Gregorio), con mayor auge una vez abolidos los “fielatos”, convirtiéndose en el motor socio-económico del municipio y generando la instalación de una gran variedad de comercios y establecimientos.
Posteriormente aquella “Plaza de Araus” se construye como tal y se plantan árboles, siendo nominada en la época de la II República, como Plaza Franchy Roca, en honor del político grancanario.
Más tarde durante el período de la dictadura franquista, esta nominación es cambiada por la de “Plaza de León y Joven”, para posteriormente, hace tan sólo unos 25 años volver a nominarse como “Plaza Franchy Roca”, por la primera Corporación Municipal de nuestro actual Estado Democrático.
Efemérides
Un día tal como hoy, hace ahora mismo 756 años, es decir el 11 de mayo de 1258, en las inmediaciones de París, concretamente en el departamento francés de Essonne, en el lugar conocido como Corbeil, actualmente Corbeil-Essonnes, se celebra el “Tratado de Corbeil”, que fue un acuerdo firmado por el rey Luis IX de Francia y Jaime I el Conquistador, rey de Aragón. La muerte de Ramón Berenguer V de Provenza en 1245 y la boda de su hija Beatriz con Carlos de Anjou (hermano de Luis IX), así como la muerte de Ramón VII de Tolosa, la hija del cual estaba casada con otro infante de la casa real francesa, habían debilitado la posición internacional de la Corona de Aragón.
Por este tratado, la hija de Jaime I, Elisabet, se casaría con Felipe, heredero de Luis IX; el rey francés, como heredero de Carlomagno, renunciaba a los derechos sobre los condados de Ampurias, Barcelona, Besalú, Cerdaña, Conflent, Gerona, Osona, Rosellón y Urgel. Jaime I, a cambio, renunciaba a la comarca de la Fenolleda y Perapertusés, que incluían los castillos de Puilaurens, Fenollet, Castellfisel, Peyrepertuse y Quéribus. Además, renunció a sus sobre, derechos Tolosa Quercy, Narbona, Albi, Carcasona (recibidas en feudo de Tolosa desde el 1213), Rasés, Béziers, Termes y Menerbés. También renunció a Agde y Nimes (cuyo vizconde se reconocía como feudatario del rey aragonés desde 1112) y Rouergue, Millau y Gavaldá.
Quedaban el vizcondado de Carlat y el señorío de Montpellier con la baronía de Omeladés. La renuncia a los derechos feudales sobre Foix fue rechazada por el rey al ratificar los documentos el 16 de julio de 1258. El 17 de julio el rey renunció a los derechos sobre Provenza en favor de Margarita, hija de Ramón Berenguer IV y esposa del rey francés. El efecto fundamental del tratado fue eliminar definitivamente a los monarcas de la Corona de Aragón como factores políticos en el mediodía francés. Un efecto secundario fue la transferencia de Provenza a la Casa de Valois, la cual, tras la extinción de la casa, se incorporó a la corona francesa.
Salvador Felipe Jacinto Dalí i Domènech, marqués de Dalí de Púbol, nació en Figueras el día 11 de mayo de 1904. Fue un pintor, escultor, grabador, escenógrafo y escritor español, considerado uno de los máximos representantes del surrealismo. Salvador Dalí nació a las 8:45 horas de aquel día, en el número 20 de la calle Monturiol, en Figueras, provincia de Gerona. El hermano mayor de Dalí, también llamado Salvador, había muerto de un «catarro gastroenterítico infeccioso» unos nueve meses antes. Esto marcó mucho al artista posteriormente, quien llegó a tener una crisis de personalidad, al creer que él era la copia de su hermano muerto. Su padre, era abogado de clase media y notario, de carácter estricto. Con cinco años, sus padres lo llevaron a la tumba de su hermano y le dijeron que él era su reencarnación, una idea que él llegó a creer.
Dalí es conocido por sus impactantes y oníricas imágenes surrealistas. Sus habilidades pictóricas se suelen atribuir a la influencia y admiración por el arte renacentista. También fue un experto dibujante. Los recursos plásticos dalinianos también abordaron el cine, la escultura y la fotografía, lo cual le condujo a numerosas colaboraciones con otros artistas audiovisuales. Tuvo la habilidad de forjar un estilo marcadamente personal y reconocible, que en realidad era muy ecléctico y que «vampirizó» innovaciones ajenas. Una de sus obras más célebres es “La persistencia de la memoria”, el famoso cuadro de los «Relojes blandos», realizado en 1931.
Como artista extremadamente imaginativo, manifestó una notable tendencia al narcisismo y la megalomanía, cuyo objeto era atraer la atención pública. Esta conducta irritaba a quienes apreciaban su arte y justificaba a sus críticos, que rechazaban sus conductas excéntricas como un reclamo publicitario ocasionalmente más llamativo que su producción artística. Dalí atribuía su «amor por todo lo que es dorado y resulta excesivo, [su] pasión por el lujo y su amor por la moda oriental» a un autoproclamado «linaje arábigo», que remontaba sus raíces a los tiempos de la dominación árabe de la península ibérica. Salvador Dalí, después de una lujosa pero ajetreada vida, falleció en Figueras (Gerona), el día 23 de enero de 1989.
Ahora, contemplando el amanecer de esta imagen, pensamos en la sabiduría que encierra en si mismo el paso del tiempo y como, las cosas de hoy mañana se ven de otra forma. En su andar, el tiempo se vuelve sigiloso cuando reclama por los vestigios que deja a su paso.
Por eso mismo hemos de tener la serenidad de admitir que ese paso del tiempo trata en todo momento de condenar al olvido la memoria de la gente, aunque en realidad ese olvido es momentáneo, ya que, llegado el momento no hay disfraz que puede eternamente ocultar un sentimiento donde lo hay, ni fingirlo donde no lo exista.
Hay un pensamiento de Facundo Cabral, ese gran poeta y cantor argentino lamentablemente desaparecido, que rezaba: “Nacemos para vivir, por eso el capital más importante que tenemos es el tiempo, es tan corto nuestro paso por este planeta que es una pésima idea no gozar cada paso y cada instante, con el favor de una mente que no tiene limites y un corazón que puede amar mucho más de lo que suponemos”.
Lo único que realmente nos pertenece es el tiempo, incluso aquel que no tiene otra cosa cuenta con eso, es un patrimonio totalmente reservado de la persona, no dejando espacio alguno para el dominio de un tercero sobre tus sentimientos. No hay nada que sea más importante y que tanto te pertenezca como tu propio tiempo, debiendo aprovecharlo al máximo, ya que, es como el viento, arrastra cosas como los sentimientos livianos y deja solamente los que son de peso.
Tu tiempo es a la vez cuna y templo de tu vida y tu amor, nadie tiene facultad alguna para enmasillarlo, para ocuparlo o para hacértelo perder, ya que, quien se ocupe de ello, demuestra no tener vida propia ni amor por ningún otro ser humano, se quiere solo a sí mismo y su egoísmo, no le deja ver las imperfecciones de las que está sustentado y que irremisiblemente le conducen mediante la prepotencia, a la descalificación de todo cuanto le rodea y que no sea de su cosecha.
Por todo ello, es por lo que no pienso perder mi valioso tiempo de ahora, en entrar a analizar los méritos propios de ciertos personajes que, pasan a la historia de nuestra ciudad sin tener a ciencia cierta las condiciones humanas idóneas o haber realizado labores dedicadas al bien común, que le presenten como tal. Alguien, siguiendo algún falso interés le inviste de esos méritos y a nadie se le ocurre contrarrestarlos, bien sea por desconocimiento de la verdad o por la falta de interés en desvirtuar los mismos, por ser muy pobre la razón que le podría llevar a ello.
Fui perseguido en mi trabajo a finales de la década de 1960, por no ir al mismo ataviado de corbata y chaqueta (era más cómodo para trabajar y rendir plenamente, no iba a exhibirme como algunos). Fui amenazado con la pérdida del puesto de trabajo por no callar ciertos abusos y calumnias vertidas contra mi empresa en el periódico “El Eco de Canarias” (contesté con una crónica que titulé “Insecticidas en Telde”, publicada en el periódico “La Provincia” en el año 1969). Fuimos tachados de “rojillos baratos”, junto a otros jóvenes de la época, cuando en un escrito con más de 500 firmas nos opusimos al diseño del proyecto para la construcción de la Sociedad “la Fraternidad” (tabiques exagonales que perdían y desaprovechan espacios útiles y, esa fachada que daba la sensación de ser un palomar), fue aprobado dictatorialmente y nos sentimos mal en aquel entonces, pensamos que éramos demasiado jóvenes para contar con un criterio respetable o considerado dentro de la sociedad.
No obstante, en un espacio de tiempo, alguien me comentó que ocurra lo que ocurra, aún en el día más borrascoso, las horas y el tiempo pasan. Las aguas vuelven a su cauce natural y aunque no quieran, los de antes te darán ahora la razón, ya que, se puede engañar a algunos todo el tiempo y a todos algún tiempo, pero lo que no se puede es engañar a todos todo el tiempo.
Ahora, tal vez después de haber pasado un tiempo, algo más de medio siglo, la gente en el trabajo no está obligada a llevar chaqueta y corbata, hay una silla al otro lado de la mesa para que se pueda sentar el que viene a ser atendido, la libertad de expresión en público o en la prensa es legal (siempre desde el respeto) y urbanísticamente el edificio de la Sociedad “La Fraternidad” siguen siendo un adefesio urbanístico que junto a otros similares se cargaron la identidad del urbanismo del barrio de Los Llanos, aquel neoclásico tardío que habíamos heredado de nuestros ancestros y que ahora, aunque pase el tiempo, no conseguiremos rescatar.
Dejamos aquí hoy nuestro paseo, guardamos en nuestra gena todo lo positivo que hayamos podido tratar y emprendemos una nueva caminata con rumbo hacia el Naciente, nos vamos al barrio de La Garita, donde visitaremos la calle Laurel, con la idea de saber algo más del lugar de su ubicación y sobre esa planta medicinal y condimentosa, pero bueno… eso será en la próxima ocasión, si Dios quiere, allí nos vemos. Cuídense mientas tanto.
Sansofé.
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