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Jueves, 18 de Diciembre de 2025

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Calle de Laplace (Foto Luis A. López Sosa) Calle de Laplace (Foto Luis A. López Sosa)

El Valle de los Nueve Alto se asoma a la ciencia en su callejero

Una de sus vías recuerda al astrónomo, físico y matemático francés Pierre-Simon Laplace

cojeda Domingo, 20 de Abril de 2014 Tiempo de lectura:

Hoy nos vamos de paseo al sector de Malpaís, a la zona que se ha venido en denominar Valle de los Nueve Alto y allí, vamos en busca de la calle Laplace, cuyo inicio lo encontramos en la calle General Castaños, desde donde con orientación Sur-Norte, tras recorrer unos 480 metros aproximadamente, finaliza después de un giro a la derecha, en la misma calle de su inicio.
 
Linda por su lado del Naciente con la calle Lealtad y al Poniente lo hace con la calle Pereda.
 
Esta nominación aparece por primera vez en los trabajos preliminares del Censo Municipal de Habitantes y Edificios, referido al 31 de diciembre de 1975, pasando desde entonces a formar parte del Callejero que corresponde al Distrito 4º, Sección 1ª del mismo, sin que se pueda asegurar la misma al carecerse de documentación en la que podamos fundamentarnos.
 
Las edificaciones existentes en esta vía, al igual que otras de igual configuración, tales como las calles Árolas y Herodoto, hasta antes de su nominación se ubicaban en callejones que tenían la dirección postal por la carretera principal, así como, la numeración correlativa con la misma, lo que ocasionaba muchos errores de localización, haciéndose necesaria la adopción de nuevas nominaciones.
 
Todo el sector se encuentra emplazado en una amplia terraza al norte de la cual existe un promontorio basáltico, que se asoman al cauce del Barranco de Los Ríos, en el margen derecho de la carretera al Lomo de Magullo, en dirección al Poniente.
 
Sinopsis de la nominación
Pierre-Simon Laplace nació en Beaumont-en-Auge (Normandía) el día 28 de marzo de 1749 y falleció en París el día 5 de marzo de 1827. Fue un astrónomo, físico y matemático francés que inventó y desarrolló la transformada de Laplace y la ecuación de Laplace. Un ferviente creyente del determinismo causal.
 
Nacido en una familia de granjeros de la baja Normandía, marchó a estudiar en la Universidad de Caen donde fue recomendado a D'Alembert, quien, impresionado por su habilidad matemática, lo recomendó para un puesto de profesor en la Escuela Militar de París en 1767, donde tuvo entre sus discípulos a Napoleón.
 
En 1785 es nombrado miembro de la Academia de Ciencia y en 1795, miembro de la cátedra de matemáticas del Nuevo Instituto de las Ciencias y las Artes, que presidirá en 1812. En 1788 se casó con la joven Marie-Charlotte de Courty de Romanges perteneciente a una familia de Besançon, 20 años más joven que él con quien tuvo dos hijos, Sophie-Suzanne y Charles-Émile nacido en 1789 el cual alcanzaría el grado de general.
 
En 1795, Laplace empezó a publicar el primero de los cinco volúmenes que constituirán su “Mecánica celeste” y en 1796 imprime su “Exposition du système du monde”, donde revela su hipótesis nebular sobre la formación del sistema solar.
 
En 1799 fue nombrado ministro del interior durante el Consulado, aunque no estuvo en el cargo sino seis semanas. Su antiguo alumno Napoléon I le confirió en 1805 la legión de honor y en 1806 el título de conde del Imperio. En 1812 publica su “Teoría analítica de las probabilidades” y en 1814 su “Ensayo filosófico sobre la probabilidad”. En 1816 fue elegido miembro de la Academia Francesa. A pesar de su pasado bonapartista, tras la restauración de los Borbones fue lo bastante hábil como para conseguir ser nombrado marqués en 1817.
 
En “Exposition du système du monde” (Exposición del sistema del mundo), en el año 1796, expuso una teoría sobre la formación del Sol y del sistema solar a partir de una nebulosa o remolino de polvo y gas. Aunque con mucho mayor detalle y múltiples refinamientos, esta "Hipótesis nebular" permanece en nuestros días como el fundamento básico de toda la teoría de la formación estelar. Por otra parte, demostró también la estabilidad del sistema solar, sentó las bases científicas de la teoría matemática de probabilidades (en su obra “Théorie analytique des probabilités”, donde, entre otros logros, formuló el método de los mínimos cuadrados que es fundamental para la teoría de errores) y formuló de manera muy firme e influyente la imagen de un mundo completamente determinista.
 
Atento a los descubrimientos de nebulosas realizados por William Herschel en Inglaterra, Laplace pensó que el colapso gravitatorio de una nebulosa podría haber dado origen a la formación del Sol y que el material orbitando en torno al Sol podría condensarse para formar una familia de planetas. Esta teoría explicaba de manera natural que todos los planetas orbiten en torno al Sol en el mismo sentido (de oeste a este) y que sus órbitas estén en un mismo plano. Herschel concordó con esta idea y la generalizó para explicar la formación y evolución de todas las estrellas y de sistemas estelares.
 
Es recordado como uno de los máximos científicos de todos los tiempos, a veces referido como el Newton de Francia, con unas fenomenales facultades matemáticas no poseídas por ninguno de sus contemporáneos.
 
Laplace creó una curiosa fórmula para expresar la probabilidad de que el Sol saliera por el horizonte. Decía que era en lo sucesivo la regla de sucesión, podía aplicarse en todos los casos donde no sabemos nada, o donde lo que conocíamos fue cambiado por lo que no. Aún es usada como un estimador de la probabilidad de un evento, si sabemos el lugar del evento, pero sólo tenemos muy pocas muestras de él.
 
Laplace creía fuertemente en el determinismo causal, tal como puede apreciarse en la siguiente cita:
“Podemos mirar el estado presente del universo como el efecto del pasado y la causa de su futuro. Se podría concebir un intelecto que en cualquier momento dado conociera todas las fuerzas que animan la naturaleza y las posiciones de los seres que la componen; si este intelecto fuera lo suficientemente vasto como para someter los datos a análisis, podría condensar en una simple fórmula el movimiento de los grandes cuerpos del universo y del átomo más ligero; para tal intelecto nada podría ser incierto y el futuro así como el pasado estarían frente sus ojos”.
 
Este intelecto se refiere al “demonio de Laplace”. Los descubrimientos de la física moderna, especialmente la Física Cuántica y el principio de incertidumbre prueban que la existencia de tal intelecto es imposible al menos en principio.
 
 
Toponimia del lugar
La toponimia “Valle de los Nueve”, surge por ser dividida en nueve datas esta zona, en los repartos de tierras y aguas realizado por Pedro de Vera, una vez finalizada la conquista de la isla, el sector está comprendido entre el Lomo de Bristol y el Barranco de Los Ríos y que forma un hermoso valle,
 
De otro lado encontramos la toponimia “Malpaís”, que nos habla de la configuración del suelo por esta zona, existiendo actualmente algunos testimonios de roques y maipés, productos de la conformación del lugar tras las erupciones volcánicas de finales del cuaternario que dieron origen y forma al relieve de nuestras islas.
 
El “malpaís” al igual que el “maipez”, son residuos expulsados en las erupciones volcánicas, el primero de mayor volumen constituye construcciones pétreas y el segundo de menor tamaño llega con el tiempo y la erosión a convertirse en “lapilis” o lo que es lo mismo “el picón”, existen actualmente hermosos testimonios de estas construcciones volcánicas, que dicho sea de paso, no se conservan en ningún modo.
 
Los beneficiarios de las datas que formaban el grupo de los nueve –cuyos nombres no conocemos-, debieron encontrarse inicialmente con unos terrenos poco idóneos para la agricultura, por lo que debieron emprender grandes y penosas labores de rochado, previamente pactadas en las datas, al objeto de hacerlos productivos. Sobre el “malpaís” o el “maipez”, una vez acondicionado se echó una capa de tierra de cultivo traída de otros lugares, se dieron forma a las cadenas de terrenos, se instalaron los riegos y se empezó el cultivo de la caña de azúcar.
 
Estos terrenos, al igual que otros tantos que tienen su base sobre residuos volcánicos en otros lugares del archipiélago, son proclives a poseer grandes condiciones para la agricultura y en poco tiempo este valle gracias al duro trabajo de la gente asentada allí, se convirtió en todo un vergel.
 
No fue siempre así, ya que, las tierras que primero se prepararon para el cultivo fueron las de las zonas costeras, adquiriendo el derecho exclusivo del agua, con grave deterioro de los posteriores asentamientos hacia el interior, que se quedaban relegados a ver pasar el agua hacia los terrenos de la costa, sin posibilidad de poder utilizarlas, lo que siempre ocasionó históricas desavenencias.
 
Las Ordenanzas de Francisco Ruiz de Melgarejo a mitad del siglo XVI, los nombramientos de Alcaldes de Aguas, posteriormente los Alcaldes Constitucionales en 1833 y luego las posteriores leyes de aguas, no pudieron evitar a corto plazo que siguiera produciéndose las penosas circunstancias de ver pasar el agua hacia la zona costera y la amenaza de ser declarados “reos de delito” aquellos que desviaran las aguas de los cauces naturales.
 
Es a finales del siglo XIX, cuando se consolidan las Heredades de Aguas tanto del Valle de los Nueve y la de la Vega Mayor de Telde, no exentas de pasar por más de un litigio en los que se pretendían esgrimir derechos históricos creados sobre las aguas y los cauces públicos.
 
Parte de los diversos grupos de asentamientos, que se realizan fuera del Casco Urbano, en las zonas de extrarradio, que se dispersaron del núcleo central en torno al año 1850, formando nuevas poblaciones que con el paso de los años se consolidan dando origen y vida a los diversos barrios que hoy conocemos.
 
Tras el fracaso del cultivo del nopal para la cría de la cochinilla y su inversión en el proceso de obtención de los tintes naturales y no cuajando la idea de introducir el cultivo de la morera como base para la cría del gusano de seda, se emprende en Canarias un nuevo ciclo agrícola, se inicia el cultivo de la platanera en las zonas costeras y terrenos inicialmente preparados y bajo regadío, mientras que en las zonas de secano se cultiva el tomate.
 
Todas estas circunstancias hacen que se cultiven grandes extensiones de terrenos desde el final de la zona cumbrera hasta el mismo litoral costero, todo fue una gran vega de hermosa frondosidad, era la Vega Mayor de Telde que tanta vida y nombre dio al municipio.
 
Hemos de mencionar el hermoso trabajo de investigación que sobre la zona del Valle de los Nueve, ha realizado el compañero y amigo Pelayo Suárez Alejandro, en el que se sostiene que el origen de la toponimia es anterior al mencionado por el Dr. Hernández Benítez, ya que, figura en documentos testamentarios la mención de Barranco de los Nueve, plasmando en una lograda publicación los argumentos en los que se fundamenta.
 
Efemérides
Hoy se cumplen 190 años de aquel 20 de abril de 1824, día en el que nace en Barcelona Francisco Pí y Margall, quien llegaría a ser un afamado político, filósofo, jurista y escritor español. Asumió la presidencia del Poder Ejecutivo de la Primera República Española entre el 11 de junio y el 18 de julio de 1873. Como político, fue partidario de un modelo federalista para la Primera República Española, sabiendo conjugar las influencias de Proudhon para llevar a cabo la política del Estado con tendencias del socialismo democrático. Contrario a la monarquía española en cualquiera de sus variantes y formas, participó activamente en la oposición a la misma, por lo que sufrió censura, cárcel y exilio.
 
Después de la Revolución Gloriosa fue diputado en Cortes Generales, donde dirigió el Partido Federal, siendo además Ministro de la Gobernación con Estanislao Figueras. Tras la dimisión de este, las Cortes le eligieron Presidente, cargo desde el cual se enfrentó a la Tercera Guerra Carlista y la Revolución Cantonal, defendiendo el Proyecto de Constitución Federal de 1873. Se vio obligado a dimitir ante la imposibilidad de desarrollar su labor de gobierno tras el Cantón de Cartagena.
 
Como intelectual se dedicó esencialmente a la Historia, la Filosofía y el Arte. Se le considera como uno de los intelectuales representativos del pensamiento más avanzado de la segunda mitad del siglo XIX. Escribió multitud de obras y fue redactor y director de varios periódicos. Tuvo contacto con las grandes figuras de la intelectualidad europea de la época, lo que le granjeó una enorme reputación en España y fuera de ella. Con una biografía intachable debida a su honradez, acompañada por una dedicación intensa a sus principios políticos, se ha convertido en un referente de la tradición democrática española. Muere en Madrid el 29 de noviembre de 1901.
 
Casualmente un día como hoy, hace ahora mismo 133 años, es decir el 20 de abril de 1881, por real orden se crea la Junta de Puertos de La Luz y de Las Palmas, dicha orden se dicta al amparo de la Ley de Puertos Francos de 1880 por la que se autorizaba la creación de las Juntas de Obras de Puertos, el subgobernador de las islas de Lanzarote, Fuerteventura y Gran Canaria, siendo el subgobernador de Gran Canaria Agustín Bravo de Laguna y Joven. Por otro lado se constituye la Junta de Puertos, siendo vicepresidente de la misma el comandante de Marina Pedro del Castillo Westerling; contador Jorge Rodríguez Falcón; tesorero Juan Bautista Carló y un grupo de seis personalidades más entre las que destaca el decano del Colegio de Abogados, Don Antonio López Botas.
 
La importancia de los puertos radica en ser un soporte impulsor del comercio y por tanto un instrumento generador de progreso, circunstancias que hacen necesaria la intervención de multitud de agentes en la actividad portuaria. La Junta de Obras del puerto (actualmente conocida como Autoridad Portuaria) fue una de las instituciones fundamentales para el buen funcionamiento del mismo, consecuencia de ello era su normativa reguladora. Para el desarrollo y ejecución de su cometido, la Junta de Obras contaba con una financiación procedente tanto de las subvenciones recibidas del Estado o de particulares, como de las recaudaciones que efectuaba de arbitrios sobre la navegación y el tráfico marítimo.
 
La aplicación de todos estos recursos financieros necesitaba la aprobación del correspondiente presupuesto. Asimismo, esta institución estaba fuertemente regulada, jurídica, económica y administrativamente, toda vez que la normativa afecta a la misma establecía cómo debía estar organizada, como así lo muestran los Reglamentos de Organización y Régimen de la Junta de Obras de puertos de 1901 y 1903. En este trabajo se analizan los citados reglamentos desde la perspectiva económica, contable y financiera, al objeto de determinar la organización de la Junta de Obras. Para la aplicación empírica de este estudio se ha tomado como fuente primaria la contabilidad desarrollada por la Junta de Obras de los Puertos de La Luz y Las Palmas para los años 1907-1908, reflejada en su primer Libro Diario, en el cual se registran todas las operaciones y por tanto constituye el fiel reflejo de la realidad económica del puerto.
 
Hoy podemos observar la grandeza de hombres como Pierre-Simón Laplace y como, sus investigaciones y estudios, después de más de un cuarto de milenio, siguen estando actualizados y son de gran ayuda a los actuales estudios en el campo de la astronomía. Son esas personas, como Laplace, los que pueden ser considerados como verdaderos genios, aunque como contrapartida, exista a la par gran cantidad de personas que desconozcan precisamente su valía. Son las consecuencias de la incultura o de la ignorancia, aunque estos sepan manejar cualquier artilugio informático de última hora.
 
Sus teorías sobre la formación del sistema solar y otras tantas como la posibilidad de que pueda existir vida en otros mundos de otras galaxias, hoy se siguen estudiando y siguen reclamando una gran atención de los científicos del momento, sin que se desvirtúen las mismas en el contexto actual. Fue un astrólogo adelantado a su tiempo.
 
Cuando en un hombre como Pí y Margall confluyen dotes de filósofo, jurista, político y escritor, no deja de significar que esta dotado de una mente preclara y por ende, sus razonamientos, en raras ocasiones pueden estar exentos de razones contundentes en el momento de su pronunciamiento. Desde entonces, hace casi dos siglos, su oposición directa a la monarquía no deja de estar actualizada, si bien, el socialismo democrático no fraguó antes ni ahora tampoco ha fraguado.
 
Hoy tenemos una monarquía que de poco o casi nada nos sirve dentro del contexto político de la nación, son meras figuras decorativas que ocasionan diariamente gastos innecesarios que no nos reportan ninguna ventaja. Hoy podemos abiertamente no estar a favor de la monarquía y no nos pasa nada, lo contrario que hubiese pasado en otros períodos históricos, en los que se nos tacharía posiblemente de herejes o de enemigos de la nación, a pesar de que antes y ahora se mantengan estas figuras con dineros del erario público, es decir, con lo que cualquier hijo de vecino ha de contribuir proporcionalmente, respecto al dinero que gana para poder vivir y comer de su propio trabajo.
 
Es un pecado capital que seguimos arrastrando los latinos y en especial los españoles respecto a la ineficaz figura, que en la actualidad puede suponer mantener una monarquía. Por suerte, las decisiones que regulan o guían los destino de nuestro país, no radican en el criterio o determinación de un monarca, es el sistema parlamentario dentro del cual se decide en una mayoría de votos, representativa también mayoritariamente del pueblo, cuales han de ser aquellas. Con lo dual se demuestra claramente la innecesaria figura de la monarquía, lo demás puede ser paparruchas protocolarias que puede realizar cualquiera otra persona de un Ministerio de Exteriores.
 
La importancia de la creación de la Junta de Obras de Puertos de la Luz y Las Palmas y la laboriosa intervención, que históricamente, ha tenido la misma en el desarrollo y crecimiento de nuestros puertos, marcan un capitulo importantísimo en la historia de nuestra isla. Laboriosidad que ha conseguido que aquel puerto de refugio de hace siglo y medio, hoy sea considerado el puerto europeo más grande fuera de la propia Europa, a pesar de los pesares y a pesar de que no guste en otras instancias, desde donde también históricamente, se ha pretendido siempre estar por delante de nuestra isla en todos los logros, aunque fuera generalmente a expensa de hurtarnos nuestro derecho a los beneficios que nos pudieran corresponder en la materia que fuera.
 
Las circunstancias, también históricas, en estos momentos han cambiado y además de la anterior consideración, nuestro Puerto de La Luz es el que más movimiento comercial tiene actualmente dentro de los contextos expuestos. Por si fuera poco, el pasado 24 de noviembre de 2013, se celebró la XXVIII Edición de la mayor regata transatlántica de Europa, la Atlantic Rally for Cruisers (ARC), con 226 embarcaciones y 1.400 tripulantes, evento que constituyó des primera hora y durante toda la mañana una fiesta de música, colorido y expectación, a la cual concurrieron varios miles de personas que ocuparon el Muelle Deportivo, la Avenida Marítima y los miradores de los barrios situados en la parte alta de la ciudad.
 
Hoy habría que recordar especialmente la figura del comandante de Marina Pedro del Castillo Westerling y toda aquella junta directiva que iniciara el camino que ha venido recorriendo durante la vida de la Junta de Obras de los Puertos de La Luz y Las Palmas, hoy habría de reconocerse humilde y orgullosamente la valía de aquellas personalidades y en silencio, con una reposada mirada a todo el entorno de la zona portuaria, agradecerles el celo y profesionalidad que dedicaron a aquella labor en sus pasos iniciales, sin los cuales nuestros puertos no tendrían la importancia que hoy tienen, importancia que como canarios nos honra.
 
Dejamos aquí nuestra intervención de hoy, para dirigirnos a otro lugar, nos vamos con rumbo hacia el Naciente, concretamente al barrio de Calero Bajo, donde visitaremos la calle Juan de Miranda (Pintor), con el fin de saber algo más del lugar de su emplazamiento y sobre este personaje del siglo XVIII, pero bueno, eso... será en la próxima ocasión, si Dios quiere, allí nos vemos. Mientras tanto cuídense.
 
Sansofé.
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