Aquanaria calla ante una denuncia clave sobre la elevada mortandad de peces antes del vertido

La negativa de Aquanaria a ofrecer explicaciones sobre la denuncia interna de un buzo y licenciado en Biología, adelantada por TELDEACTUALIDAD, ha encendido aún más las alarmas en torno a la gestión de sus jaulas marinas frente a la costa de Melenara y Tufia. La empresa se limita a reiterar que fue “víctima de un vertido exógeno”, evitando cualquier valoración sobre unos hechos que cuestionan seriamente su relato oficial.

Una respuesta evasiva
Ante la petición expresa de este periódico para aclarar la denuncia, Aquanaria optó por el silencio selectivo. En su escueta respuesta, la compañía afirma que “no hace valoraciones sobre la información publicada” y vuelve a insistir en que la mortandad de peces se debió a un vertido ajeno a su actividad, comunicado —según sostiene— por los cauces oficiales.

No hay una sola referencia a la denuncia fechada el 7 de septiembre de 2025, ni a los hechos descritos en ella.

Correo con la respuesta de la empresa remitido a TELDEACTUALIDAD

La denuncia que precede a la crisis
Tal y como publicó TELDEACTUALIDAD el pasado 27 de diciembre, un trabajador de Aquanaria, buzo del equipo de maniobras y licenciado en Biología y Acuicultura, alertó por escrito a las autoridades de una elevada mortandad diaria de peces, cifrada en hasta 5.000 kilos al día, semanas y meses antes de que se produjera el episodio de contaminación marina de octubre.

En el documento avanzado por este periódico dgital, el denunciante advertía de la presencia de la bacteria Lactococcus sp. en las jaulas de Melenara y Origen (Tufia), señalando que el problema se repetía desde hacía al menos tres años sin que la empresa adoptara medidas correctoras eficaces.

Impacto directo en la costa
La denuncia describe un escenario grave: peces muertos en avanzado estado de descomposición, restos orgánicos acumulados en el fondo y en superficie, grasa flotante y vísceras expuestas. El propio trabajador señalaba que estos restos alcanzaban la orilla de la playa de Melenara, confirmando un impacto ambiental directo sobre el litoral y las zonas de baño.

Pese a ello, Aquanaria nunca comunicó públicamente este episodio, a pesar de su potencial gravedad sanitaria y ambiental.

Un desfase temporal que lo cambia todo
El elemento más revelador de esta denuncia es el desfase temporal. La mortandad masiva descrita se produjo mucho antes del vertido industrial que la empresa señaló posteriormente como causa de la muerte de las lubinas.

Este dato desmonta la secuencia oficial y refuerza la hipótesis de que existía un problema estructural previo en las jaulas marinas, ahora bajo investigación por distintas instancias.

Respaldo ciudadano y científico
La Plataforma Ciudadana Por un Litoral Limpio calificó el pasado 29 de diciembre la denuncia como un hecho de “extrema gravedad”, subrayando que introduce un nuevo escenario que obliga a revisar el relato oficial. El colectivo alerta de una posible ocultación de incidentes con impacto en la salud pública y el medio marino.

Además, recuerdan que estos hechos coinciden con estudios científicos internacionales, como el difundido por MisPeces, que documentan la presencia de patógenos como Lactococcus petauri en granjas de acuicultura intensiva, reforzando la necesidad de evaluaciones sanitarias independientes.

Silencio empresarial, dudas crecientes
Mientras la Fiscalía, el Seprona y otras instancias continúan investigando, el silencio de Aquanaria ante una denuncia documentada, interna y previa a la crisis de octubre resulta cada vez más difícil de justificar.

La falta de explicaciones públicas no solo alimenta las dudas sobre la gestión sanitaria de las jaulas, sino que agrava la percepción de falta de transparencia en una actividad que opera en un espacio público tan sensible como el litoral teldense.