2025: regresión global, resistencia local

Este 2025 que finaliza ha cumplido los peores augurios y confirmado una situación mundial deleznable. Donde se impone el autoritarismo, el belicismo, los planteamientos más reaccionarios, la persecución de la disidencia y el absoluto desprecio a la legalidad internacional. Continuando la guerra en Ucrania y completándose un auténtico genocidio en Gaza, sin la menor reacción de la comunidad internacional. Con los intentos de impedir que los saharauis decidan su propio destino. Con las amenazas de Trump a la Unión Europea y su actitud cada vez más imperialista en América Latina o en Groenlandia. Un mundo el que se pretende vaciar de contenido a la democracia y acabar con el estado social nacido tras las Segunda Guerra Mundial, para establecer, sin el menor disimulo, un nuevo orden al servicio de los exclusivos intereses de los multimillonarios.

En esas circunstancias globales, Nueva Canarias-Bloque Canarista (NC-bc) ha ejercido en el Parlamento canario una oposición tenaz, consecuente y propositiva a las políticas conservadoras del Gobierno de las dos derechas. Ofreciendo alternativas progresistas y viables a los problemas de Canarias.

Así ocurre respecto a la fiscalidad. Frente a las decisiones regresivas de CC y PP que benefician a la minoría que más tiene, planteamos una fiscalidad progresiva y justa, que, entre otras cosas, recupere el impuesto de donaciones y sucesiones para las rentas más elevadas. Lo hemos vuelto a hacer, muy recientemente, en nuestras enmiendas a los Presupuestos de la Comunidad Canaria para 2026. Así mismo, reiteremos la necesidad de implantar una tasa turística que paguen los no residentes y cuya recaudación se invierta en la rehabilitación de las infraestructuras públicas y la preservación de los recursos naturales.

Incluimos la tasa en una serie de reivindicaciones para modificar el actual modelo turístico. Entre ellas frenar a medio y largo plazo el crecimiento en las islas turísticas mediante la desclasificación de suelo turístico no desarrollado, a suelo rústico, a través de mecanismos como el que ofrece el art. 221.1 de la Ley del Suelo. Así como, de manera transitoria hasta la definición y aplicación de nuevas medidas de contención del aumento poblacional, establecer una limitación al crecimiento de plazas alojativas (hoteleras y extra-hoteleras) condicionado a las distintas realidades insulares en las islas turísticas. Y con un tratamiento diferencial a las islas verdes, con un crecimiento moderado desde parámetros de calidad y respeto medioambiental. También planteamos una normativa de vivienda vacacional que no se pliegue a los grandes tenedores.

Límites al crecimiento turístico

Consideramos que poner límites al turismo es esencial si queremos evitar continuar en la senda del excesivo crecimiento poblacional, que se traduce en atascos, elevado consumo de energía y agua, así como de territorio. En la dimensión de los servicios públicos educativo y sanitario, así como en las mayores dificultades para el acceso a la vivienda. Sin límites al crecimiento turístico, las actuaciones frente al reto demográfico están condenadas al fracaso. Con la paradoja, además, de que el fuerte crecimiento económico y el aumento de los ingresos turísticos coinciden con ser campeones en bajos salarios y en pobreza.

No es de recibo que el 10% de la población de las Islas acapare el 60% de la riqueza. Ni que tengamos casi un tercio de ciudadanos y ciudadanas en riesgo de pobreza, más del 40% de pobreza infantil y alrededor de 220.000 personas en situación de pobreza severa. Situación que debe ser revertida con un mejor reparto de la riqueza que se genera en las Islas, mediante una fiscalidad justa, mejores salarios para sus trabajadores y trabajadoras y unos servicios públicos de calidad, adecuadamente financiados y mejor gestionados; por eso reclamamos el cumplimiento del 5% del PIB que recoge nuestra ley educativa y acabar con el maltrato que sufren nuestras universidades públicas por parte del Ejecutivo de CC y PP.

Desde NC-bc hemos planteado, también, soluciones al problema de la vivienda. Proponiendo un programa canario de alquiler seguro, en el que el Gobierno actúa como arrendador y garante, para tratar de sacar al mercado parte de las 210.000 viviendas vacías que hay en las Islas. Y promoviendo incentivos fiscales -reducciones del impuesto de transmisiones patrimoniales y en el IRPF- para la juventud y las rentas bajas, para facilitar la compra o alquiler de la vivienda habitual.

VI Congreso Nacional

En el plano interno, en este 2025 sufrimos la escisión de una parte de la organización. Planteada desde un presunto discurso renovador, la práctica confirmó que nada tenía que ver con ese objetivo. Que solo se trataba de dar un volantazo para intentar situar a NC-bc junto al municipalismo conservador de Ciuca y en la órbita de Coalición Canaria. Bajo una poco novedosa amalgama de personalismo y de transfuguismo, que no duda en autodefinirse “ni de derechas ni de izquierdas”.

No compartimos ese proyecto regresivo. Lo confirmó nuestro VI Congreso nacional, en el que reafirmamos raíces, ideas y propuestas de carácter nítidamente progresistas y nacionalistas. Un Congreso que definió las grandes líneas de actuación de la organización para el próximo periodo, centradas en la lucha por una vivienda digna y un empleo de calidad, por la defensa de los servicios públicos, en el marco de una Canarias sostenible social, económica y medioambientalmente. Así como la defensa de los valores democráticos y su rechazo a la extrema derecha y sus políticas reaccionarias, racistas, xenófobas, machistas, homófobas y contrarias al estado social. Y en el que se produjo una profunda renovación generacional en la dirección del partido, incrementando, además, en los distintos órganos de dirección, la presencia de mujeres -con paridad plena en todos los órganos nacionales-, y de personas de distintos territorios insulares.

En el VI Congreso renovamos, además, el carácter de izquierdas y nacionalista de la formación; y su firme compromiso de buscar alianzas en ese espacio para el próximo periodo. Es una tarea que estamos iniciando conscientes de sus dificultades, pero también de la imperiosa necesidad de alcanzar acuerdos que permitan afrontar unidos desde las izquierdas de las Islas el ciclo ultra reaccionario que se vive en el conjunto del planeta, y que ya comienza a plasmarse con el fuerte crecimiento de la ultraderecha en la Unión Europea, en las elecciones generales en el Estado español y, lo veremos en las autonómicas y locales de 2027, en Canarias.

No solo se trata de que avance electoralmente una formación que no esconde su rechazo al feminismo y niega la existencia de la violencia machista, que reniega de la protección del medioambiente y la lucha contra la Crisis Climática, que da constantes muestras de xenofobia y racismo. Más grave aún es que esos programas reaccionarios logre imponerlos al PP en sus negociaciones para establecer gobiernos en distintas nacionalidades y regiones. Lo hemos visto en los últimos años en varias comunidades autónomas, la más reciente Valencia; y lo veremos ahora, intensificado, en Extremadura.

Por eso, estamos convencidos de que las izquierdas canarias, poniendo por delante lo mucho que nos une frente a las diferencias que podamos tener en algunos temas, debemos establecer acuerdos unitarios para lograr la máxima presencia en las instituciones. Para defender a los trabajadores y trabajadoras, a las pensiones y a los servicios públicos, a los derechos de las mujeres y del colectivo LGTBI, al acceso a la vivienda, a la lucha contra la Crisis Climática, a la apuesta por un modelo económico sostenible y justo. Para, asimismo, defender consecuentemente los intereses de la mayoría social canaria en las Cortes Generales. En definitiva, a la democracia, a las libertades, a los derechos sociales y al autogobierno, frente a una involución política de muy graves consecuencias para el conjunto de la Humanidad.

Román Rodríguez es secretario nacional de Estrategia, Programas y Formación de Nueva Canarias-Bloque Canarista (NC-BC).