Paisajes evocadores de la Navidad y el Nacimiento en Telde

Recorremos los alrededores del municipio de Telde cuya diversidad de paisajes forman parte de la memoria colectiva que a través del tiempo se han ido acumulando plenos de experiencias, de vivencias que desde nuestra infancia hoy recordamos con el cariño, orgullo y magua de quienes compartieron con nosotros aquellos años en que todo quedaba lejos, el campo que nos rodea, el cielo y mar que nos acoge, caminos nuevos se fueron abriendo para conducirnos al ilusionante futuro buscando el de la vida, y hoy nos encontramos en este 2025, en el sendero del presente reviviendo como cada año el tiempo de Navidad, siempre deseando con los aires isleños, los de nuestra Gran Canaria y el de la gran ciudad que, contra viento y marea, es Telde, lo mejor que se nos escapa del corazón dirigidos a nuestros seres queridos, presentes y ausentes, amigos, compañeros, ciudadanos en definitiva que formamos y sentimos nuestro entorno social teldense.  

Pero, hay algo tan sencillo, que en estas fechas se hace patente como el recuerdo de aquellas Navidades de los años de nuestra infancia y juventud, por acercarnos a aquellos años 50’ y 60’ y, quien les dedica esta reflexión, siempre sentí allí donde estuviera a distancias más allá del horizonte marino que asomado al borde de nuestras atalayas o miradores costeros se escapaban de mi conocimiento, hoy lo revivo, pero latiendo al ritmo vital del bello escenario, en aquel camino hacia el Cascajo y bordes del Barranco, actual Corredor Paisajístico de Telde para escoger motivos y llevarlos al rincón de aquella habitación de mi inolvidable barrio de El Ejido, donde armábamos el belén, buscando las figuras de otros años, alguna ya perdida, otras rotas, organizando valles y barrancos, estanques, acequias, molinos, alguna que otra piedra o roca de restos volcánicos con musgo y callaos aún húmedos por las lluvias de esta época, un río con papel de platino, pintando o tiñendo papeles de cielos, estrellas, lunas y dibujando para recortar la estrella que orientó a los Magos. Quién diría que por estudios y observaciones nos enteraríamos que se trataría del cometa Halley, años más tarde, no hace mucho, subiríamos a la cumbre para observar e intentar captar su paseo o el de otro cometa por el Cosmos de nuestra galaxia sobre el rincón atlántico canario. 

En la mañana luminosa que nos ha permitido estas pasadas borrascas he mirado nuestro entorno con aquellos ojos infantiles y la naturaleza nos ha brindado un bello cromático marco natural de verdes que tapizan nuestros fértiles suelos a veces abocados a la erosión, sequedad y aridez por la continuidad de los períodos de sequía y en la actualidad las consecuencias del cambio climático. Pero vivamos el tiempo que nos ha tocado y dando gracias que aún lo podemos disfrutar, compartir y en la serenidad de una noche como la que nos aguarda, entorno a la mesa de la celebración del nacimiento del niño Dios, desde el corazón, en la memoria de quienes nos enseñaron y apostaron su esfuerzo en tiempos que fueron de mayores sacrificios que hoy los vemos muy lejanos, y por ofrecernos una vida mejor, lo lograron y celebramos su memoria compartida con toda, la ciudadanía y sociedad que tomaron parte en el desarrollo colectivo de un pueblo, Telde revive y celebra su Navidad.

Una noche para regresar a casa por Navidad, sin más sobresaltos que la alegría de encontrarnos y darnos la mano para elevar una oración y un canto al cielo por las buenas oportunidades que nos brinda la Vida y pedir por una Paz, que no sea solo la propia de la noche que celebramos, que sea duradera y los pueblos del mundo puedan ser bendecidos para un encuentro global en el que todos podamos compartir la verdadera Paz tan deseada. Por todos los necesitados, los que sufren enfermedad, y con mayor comprensión prestemos nuestra atención y ayuda a los vulnerables. 

Vivamos una vez más la Noche de Paz y encontremos en nuestros paisajes la lectura de una historia humana que ha ido dejando sus huellas y en la actualidad debemos respetar y conservar para legar a las generaciones futuras lo que recibimos y legarlo en mejor estado, nuestros antepasados con menos, quizás hicieron más. Que en el recuerdo de aquellos humildes nacimientos y de nuestros barrios encontremos un atisbo de luz, como en el tradicional Belén de San Gregorio, obra del siempre recordado Pepe Sánchez nos lo muestra cada año. En Telde, con la fe e imaginación de este tiempo de Adviento, ante el árbol o el belén, nos inunde la esperanza y alegría de la venida del niño Jesús, y desde sus cuatro puntos cardinales luzca el renacer de un nuevo Nacimiento. Feliz Navidad. Gracias.

Jesús Ruiz Mesa, colaborador cultural de TELDEACTUALIDAD.

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