Como ya dejado escrito en la primera entrega del presente artículo, lo aquí manifestado nace de las propias experiencias de allegados, familiares y claro está, de nosotros mismos. En esta parte, volvemos a entremezclar los hechos históricos de nivel Nacional con los locales para así intentar dar una visión lo más ajustada a la realidad vivida, y que como bien dice el título ¡Los niños también fuimos testigos de lo que pasaba! La mayor parte de las veces, testigos mudos, pero al fin y al cabo, testigos. En aquel entonces se nos decía que los niños hablaban cuando las gallinas hacían pis. Cuando los mayores charlaban sobre éstas y otras cosas que rayaban lo político, miraban cautelosamente a su alrededor y si por casualidad los pequeños de la casa nos encontrábamos cerca, en plan aviso, se decía: ¡Cuidado que hay moros en la costa! De ésta manera lo que nos llegaba eran más bien rumores, comentarios… Y así nuestras mentes infantiles y juveniles iban creando su propia verdad sobre los hechos acontecidos. Unas veces acertábamos y otras tantas no.
El progreso económico de nuestra comarca y ciudad fueron evidentes, gracias al creciente número de firmas exportadoras de plátanos y tomates, que empleaban a un alto número de mujeres y hombres, no siempre en las mejores condiciones laborales. Cuarterías y aparcerías se veían por doquier así como el apilamiento de cañas, asemejándose a una tienda de indios. El gran pintor galdense Antonio Padrón, dejó plasmado en varios de sus lienzos, esas escenas tan propias del Sur de Tenerife, Norte y Sur de Gran Canaria y gran parte de las humildes tierras de Fuerteventura. ![[Img #1002785]](https://teldeactualidad.com/upload/images/11_2023/8356_cronista-foto-reducida-opinion.jpg)
Mi padre, gran observador de la realidad, siempre repetía: La economía de nuestra Isla se basa en que unos pocos vivan muy bien, gracias a que muchísimos otros vivan mal.
Manuel Fraga Iribarne, una de las mentes más privilegiadas del tardo-franquismo y después recién estrenada Democracia, cita en sus memorias que puntualmente preocupado por los derroteros que iba tomando ciertas políticas gubernamentales, tuvo la necesidad de comunicárselo al General Franco y éste, al igual que Franco, gallego, le brindó el siguiente y sorpresivo consejo: Don Manuel, usted haga como yo, no se meta en política.
En el Telde de entonces todos nos conocíamos y, consecuentemente, sabíamos de qué pata cojeaba cada uno. Nadie mostraba claramente sus ideas políticas, a no ser que fueras afecto al Régimen. La mayoría optaba por vivir discretamente, aceptando la situación para evitar disgustos. Otros, en cambio hacían alarde de sus convicciones que, a veces, no era tales, sino puro oportunismo político que no pocas veces traía aparejado un más que aparente reconcomiendo social y recompensa económica.
Las antiguas familias conservadoras-liberales y de izquierdas moderadas huían de tomar decisiones que los pudiera convertir en personas non gratas a la autoridad vigente. En una sociedad en que todos controlaban a todos era difícil que cualquier gesto pasara desapercibido por lo que, no pocas veces, se optaba por desaparecer socialmente, evitando así contactos y opiniones que pudiera comprometer.
Entre los lugares de encuentro destacaban el Casino La Unión, sito en La Alameda de San Juan y La Fraternidad, cuya sede era la antigua casa familiar de don Maximino Alonso Jiménez, en la misma Plaza de Los Llanos. La primera sociedad de cultura y recreo tenía fama de acunar a las mentes más ultraconservadoras, tanto en lo social como en lo religioso, y por que no decirlo, en lo económico; aunque había de todo como en botica. Algo parecido ocurría en la Frate diminutivo que comenzó a ponerse en boga durante la década que venimos relatando. Aquí solo cambiaba y, no era poco, la masa social, formada en su mayor parte por trabajadores por cuenta propia en donde destacaban los gremios artesanales, así como medianos y pequeños comerciantes, funcionarios, campesinos y ganaderos a todos los niveles… ¡Por supuesto, ni decir tiene que las mujeres, en aquellos tiempos más del 53% de la población, jamás serían admitidas como socias! Solo pisarían las diferentes Sociedades (La Diversión de Lomo Magullo, la antigua Obrera y campesinos de San Antonio del Tabaibal, la también obrera de Cánovas del Castillo ambas, obligatoriamente, tuvieron que cambiar su nombre tras el llamado Alzamiento Nacional de 1936, y las ya largamente mentadas con anterioridad). Las féminas no podían acceder a la cantina ni mucho menos la sala de juegos (Pin pon, billar, mesas de cartas, dominó, parchís, damas, y ajedrez), se les excluía de la sala de lectura de prensa y por supuesto no se les dejaba ni acercar a la biblioteca. La mujer-adorno o mujer florero, como algunos no dudaban en calificarlas solo acudían los domingos por la tarde y, siempre acompañadas, al salón de baile. Allí, aunque muchas no eran consciente de ello, eran mostradas como verdaderos trofeos de caza por sus maridos, novios y pretendientes. Oso decir que en las horas previas a los bailes de sociedad las abuelas, madres y tías se hartaban de aconsejar con severas amonestaciones como debía comportarse la señorita en cuestión. Ya sé que todo esto, a juicio de los jóvenes de ahora pudiera parecer vejatorio, pero no se crean que nosotros no pensábamos lo mismo, pero estábamos acostumbrados a tragar.
Entre otras formas de sociabilizar estaban las de acudir al cine, la ciudad era un verdadero emporio cinematográfico, contando con siete salas de proyección, a saber: El Cervantes, Cinema Telde, Atlántico, Arauz, Capri, Silva Cinema, El Calero, Cine Parroquial o del cura. Y la otra forma de hacer amistades era acudir puntualmente a los llamados paseos, éstos tenían un recorrido prestablecido, que más o menos comenzaba en la puerta misma del Colegio Labor y frente a las oficinas de telefónica y concluía en el llamada por los viejos del lugar Plaza de Arnao, que como ya hemos dicho trocó su nombre durante La Republica por Parque de Franchy Roca y que nosotros en los aproximadamente cuarenta años de la Dictadura, le denominábamos Parque León y Joven. Los jóvenes de ambos sexos , bien trajeados, mejor peinados y oliendo ellos a varón dandi y ellas a Mirurgia o Heno de Pravia, se encaminaban por las calles General Franco, Rivero Bethencourt y María Encarnación Navarro. Trayecto de ida y vuelta que hacían en grupos, aun cuando alguno o alguna tuviera novio/novia. Estos entretenidos paseos fueron amenizados, no pocas veces, por nuestra querida y admirada Banda Municipal de Música, interpretando trozos de zarzuela, pasodobles, coplas y canciones del folclore canario.
Las verbenas y las fiestas patronales de San Juan Bautista (24 de junio) y San Gregorio Taumaturgo (17 de noviembre), así como la de La Inmaculada Concepción de Jinámar (8 de diciembre) y otras tantas de barrios y pagos eran momentos propicios para asistir a las célebres y siempre populares verbenas, en donde ya se bailaba suelto al ritmo frenético de los nuevos grupos musicales (De éstos hemos escrito largamente en algún que otro artículo).
No hemos dejado para último lugar las misas y procesiones, por ser éstas menos importantes, ya que la vida religiosa en la España del Nacional Catolicismo eran de obligado cumplimiento. La Ciudad del Vaticano, junto a Portugal y a la República Argentina, fueron los tres países que reconocieron al Régimen de Franco. Un nuevo Concordato afianzó la buena sintonía, ya existentes en tiempos de Guerra, entre la Santa Sede y los distintos Gobiernos de España. Recordemos aquí y ahora, que el Alzamiento Militar contra la República fue bendecido por el Papado de Roma, desde el primer momento, calificándolo de Santa Cruzada contra el Marxismo.
Fueron los años cuarenta, cincuenta y sesenta del pasado siglo XX prolijos en la creación de parroquias en toda la Diócesis de Canarias y muy especialmente en la Ciudad de Telde. en el pago de Jinámar el VII Conde de la Vega Grande de Guadalupe, don Fernando del Castillo y Del Castillo, junto a su esposa doña María Teresa Rivero, llevaron a cabo la restauración y ampliación de la Iglesia de Nuestra Señora de La Inmaculada Concepción. En otros lugares se elevaron las iglesias del Santo Cura de Ars y Nuestra Señora del Carmen en Las Clavellinas, la de Nuestra Señora de Fátima de El Calero, Santa Rita de Casia en las inmediaciones del Aeropuerto de Gando, Nuestra Señora del Carmen y San Pedro en El Ejido y San Isidro Labrador en La Pardilla.
La celebración del Concilio Vaticano II, intenta fortalecer y renovar a la Iglesia Católica. Si hasta entonces las relaciones Iglesia-Estado gozaron de un inmejorable estado de salud, con la subida de Pablo VI al Trono de San Pedro, éstas se caracterizaron por vivir una continua marea de crisis.
Sinceramente creo que hemos hecho una casi exhaustiva descripción de aquellos años sesenta que tanto dieron de sí. Desde la llegada de los primeros discos de Beatles, la moda y los modos ye-yés la conmemoración de los 25 Años de Paz, El Referéndum y la designación de Juan Carlos de Borbón y Borbón como Príncipe de España y heredero de su corona.
A nivel de Gran Canaria, el Cabildo Insular, acometió grandes obras en sus infraestructuras hidráulicas (Presas y galerías), así como una amplia política de repoblación forestal (Pudiendo contarse en la actualidad con algo más de 14,000.000 de árboles plantados en su totalidad en los últimos 75 años), destacando en esta labor las presidencias de don Matías Vega Guerra y don Federico Díaz Bertrana. Estos dos presidentes se les debe el rearme cultural de Gran Canaria, iniciándose con la creación de la Casa de Colon (1949-51) como gran centro de la Historia Hispanoamericana, a través de congresos y de sus celebérrimos Anuarios de Estudios Atlánticos. En líneas semejantes se inaugura en Telde la Casa-Museo León y Castillo (1954), autentico Centro de investigación y promoción de la Historia Contemporánea, tanto canaria como española en general. premios tan prestigiosos como el Viera y Clavijo y el León y Castillo vinieron para reactivar el conocimiento de nuestra Historia pasada y reciente. La puesta en marcha de la Casa de Galdós(1951) y los Congresos Galdosianos reclamaron para la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria su importancia como lugar natal de tal insigne escritor.
Las consolidaciones y mejoras del Puerto de La Luz en la Bahía de Las Isletas, la creación de la C.I.N.S.A. (Compañía Insular de Nitratos Sociedad Anónima) en la entonces montaña explanada de Las Salinetas, el diseño y desarrollo de la Ciudad del Mar, que aumentaba la superficie de Las Palmas de Gran Canaria en todo su litoral, desde el Castillo de San Pedro Mártir, erróneamente llamado de San Cristóbal, hasta la Playa de Alcaravaneras. Así como el diseño y desarrollo de la llamada Autopista del Sur (Solo dos carriles) hicieron realidad algunos sueños grancanarios a los que debemos sumar la ampliación y mejora del Aeropuerto de Gando.
La agricultura de exportación (Plátanos y tomates) capítulo esencial de nuestra economía, pronto fue superada por nuevos cultivos, esta vez bajo los plásticos de invernaderos para pepinos, pimientos, flores, plantas ornamentales, etc. que ya enviábamos a Europa, no solo en barcos, sino también en aviones.
El Régimen emulando a los regímenes, ya definitivamente derrotados, de Alemania e Italia, crea a finales de los cuarenta, la Universidad Laboral de Gijón y una red de institutos laborales a lo largo y ancho de nuestra geografía. Acción esta última que premia a Telde, en la segunda mitad de los cincuenta, con un centro ejemplar de estudios de bachillerato, del que tan necesitados estábamos. El Instituto Laboral, hoy es conocido por haber sido titulado con el nombre del artista José Arencibia Gil.
En la década de los sesenta y por iniciativa del Señor Conde de la Vega Grande, don Alejandro Del Castillo y Bravo de Laguna y otros empresarios insulares, se planeó y desarrolló el emporio turístico del Sur de Gran Canaria, con el denominador común de San Agustín-Costa Canaria, que en verdad ocupaba los terrenos limítrofes a las playas de San Agustín, Las Burras, El Veril, Playa del Inglés y Maspalomas. Desde ese momento hasta el día de hoy el turismo se convierte en el gran motor de la economía grancanaria, canaria y española toda.
Fue también en esos años cuando el Ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga Iribarne presentó ante los Procuradores de las Cortes Españolas su supuesta renovación de la norma no escrita, pero sí aplicada de la férrea censura a los Medios de Comunicación (Periódicos, revistas, libros, radio y televisión ). A tal iniciativa se le llamó pomposamente Ley de Prensa. A pesar de la bonanza económica, la evolución política era nimia o claramente inexistente. Los sindicatos de clase iban tomando posiciones y ganando masa social frente al Sindicalismo Vertical de raíz falangista. Desde mitad de los años cincuenta pero sobre todo en la década que nos viene ocupando, los sesenta, hay un claro florecimiento de industrias con capital netamente local. Destacaremos aquí las diferentes fabricas de tabaco, cerveceras, alimenticias, pesqueras (No obviaremos la presencia de las grandes flotas japonesa, coreana y soviética). Y como no los nuevos astilleros para reparación de buques, las empresas de abastecimiento para aquellos barcos extranjeros, que amarraban en el Puerto de La Luz, convertido en uno de los mejores y más concurridos del Estado Español. Ni decir tiene la gran incidencia que tuvieron las empresas de importación y exportación, acercándonos al comercio internacional y haciendo de Las Palmas de Gran Canaria y por tanto de la Isla, un lugar privilegiado y vanguardista. Notoria fue la presencia de la colonia hindú, que si en un primer momento (Finales del siglo XIX llegaron de la mano de los ingleses y que en los años cincuenta y sesenta del pasado siglo XX sumaron el mayor número de comercios abiertos al público.
Sinceramente creo que hemos hecho una casi exhaustiva descripción de aquellos años sesenta que tanto dieron de sí. Desde la llegada de los primeros discos de Beatles, la moda y los modos ye-yés, la Conmemoración de los 25 Años de Paz, El referéndum y La designación de don Juan Carlos de Borbón y Borbón como Príncipe de España y heredero de su Corona. Y así un largo etcétera de luces y sombras. Todo ello aderezado por la lucha clandestina del Partido Comunista de España, la oposición de algunos gobiernos europeos al Régimen Franquista, y la creación de la organización terrorista ETA… (Todo ello estudiado y publicado por especialistas en Historia Contemporánea y que como podrán comprender excede con creces de este trabajo de Historia Local).
¡Hay tantas cosas que contar! En algunos artículos he sentido la frustración de no dejar fe exacta de lo acontecido, pero la mayor o menor amplitud de lo escrito no viene marcada por la falta de conocimiento del tema en cuestión, sino por una recomendación editorial que, continuamente, nos repiten algunos de nuestros lectores:¡Por favor, acorta en lo que puedas Tus aportaciones históricas, cuando publiques en medios digitales, pues su lectura en tables, ordenadores y mucho más en pantalla de móviles se hace tediosa y, es un fastidio estar tan interesado en el tema como cansados en su lectura! A todos ellos, vuelvo a pedir disculpas, si una vez más me he dejado llevar por mi pasión por la Historia de la Patria Grande y Chica.
Antonio María González Padrón es licenciado en Geografía e Historia y cronista oficial de Telde.











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