Un audiovisual detalla la posible “tormenta tóxica” bajo las granjas marinas de Melenara

La Plataforma Ciudadana por un Mar Limpio ha completado su denuncia pública con la difusión de un vídeo explicativo que analiza en detalle lo ocurrido en las granjas marinas frente a la costa de Gran Canaria, un episodio que, según se expone, pudo provocar la mayor mortandad de peces registrada en la acuicultura española, con hasta 2.500 toneladas de lubinas muertas en cuestión de días.

El material audiovisual sitúa el origen del problema bajo la superficie del mar, en las propias jaulas de piscifactoría, donde —según la explicación científica recogida— se habría producido una catástrofe silenciosa. Frente a la versión inicial de la empresa propietaria de las instalaciones, que atribuyó los hechos a un vertido industrial externo procedente de una tubería submarina, el vídeo contrapone una hipótesis distinta respaldada por la comunidad científica: un colapso interno generado por la propia actividad de la granja.

Cuatro factores encadenados
El vídeo resume la explicación científica en cuatro pasos clave. En primer lugar, los peces ya se encontraban debilitados por una infección bacteriana, con una mortandad previa estimada en unos 5.000 kilos diarios, a lo que se sumó una temperatura del agua elevada, en torno a los 24 grados, muy por encima del umbral óptimo para la lubina, lo que incrementó el estrés y redujo el oxígeno disponible.

En segundo lugar, se produjo una acumulación masiva de residuos orgánicos. Al comer menos por la enfermedad, gran parte del pienso medicado no era ingerido y, junto a las heces y peces muertos que no se retiraban con rapidez, fue depositándose en el fondo marino bajo las jaulas, formando una auténtica alfombra de materia en descomposición.

El tercer factor fue la anoxia, es decir, la desaparición del oxígeno en el fondo marino. Las bacterias encargadas de descomponer esos residuos consumieron todo el oxígeno disponible, generando una zona muerta sin capacidad para sostener vida marina.

Finalmente, al agotarse el oxígeno, entraron en acción bacterias anaerobias que liberaron sulfuro de hidrógeno, un gas altamente tóxico. Según el vídeo, este gas ascendió desde el fondo en forma de burbujas —un fenómeno descrito como efecto jacuzzi— y quemó las branquias de los peces, provocando la mortandad masiva en muy poco tiempo.

Las pruebas descartan el vertido externo
El audiovisual contrasta esta teoría con los datos disponibles sobre la supuesta contaminación externa. Los análisis del agua a la salida de la tubería cercana no detectaron anomalías, no aparecieron peces salvajes muertos en la zona y otra instalación de la misma empresa, situada junto a esa conducción, no registró ningún daño. Además, la depuradora no comunicó incidencias durante esos días.

La Plataforma subraya que la insistencia en la tesis del vertido externo podría estar relacionada con las indemnizaciones reclamadas, ya que la empresa cifró las pérdidas en 30 millones de euros, una cantidad que solo podría exigirse a terceros o a la administración si se descartara un fallo interno.

Un problema global, no un caso aislado
El vídeo concluye que lo ocurrido en Gran Canaria no es un hecho excepcional, sino un patrón documentado en países como Noruega o Chile, vinculado al modelo de acuicultura intensiva. Altas densidades de peces, presión por maximizar beneficios y el aumento de la temperatura de los océanos por el cambio climático crean, según los expertos citados, un escenario propicio para que se repitan estas “tormentas tóxicas”.

La Plataforma Ciudadana por un Mar Limpio sostiene que esta explicación refuerza la necesidad de revisar el modelo de explotación acuícola, mejorar los controles ambientales y garantizar transparencia total en la investigación de un episodio que sigue teniendo consecuencias directas sobre el litoral y la ciudadanía de Telde.