Canarias, injusto reparto de la riqueza

Como viene sucediendo en los últimos años, Canarias crece económicamente y continúa generando empleo, en lo que resulta determinante el empuje del sector turístico. Lo que, al margen de la escasa diversificación económica y sus implicaciones medioambientales y sociales, podría considerarse, en una primera mirada, un periodo exitoso. Pero lo es menos, mucho menos, cuando ese persistente incremento del Producto Interior Bruto (PIB) no se distribuye adecuadamente, aumentando de forma sustancial los ingresos de las grandes fortunas mientras buena parte de la población atraviesa crecientes dificultades para desarrollar una vida digna. Cronificando la pobreza. Consolidando una sociedad cada vez más desigual.

Comencemos por el crecimiento económico, muy relevante sin duda. La senda de crecimiento de Canarias tras la caída brutal del año 2020 por la pandemia de la Covid ha sido muy intensa. Logrando ya en junio de 2023, cuando acabó su legislatura el anterior Gobierno de Progreso, igualar el nivel del PIB prepandemia del año 2019. Además, en estos últimos años el incremento del PIB ha sido superior a la media del Estado español.

Crecimiento económico de España y de Canarias 

PIB Tasas de variación real (crecimiento real)

Fuente: INE Revisión 30 septiembre de 2025.  Contabilidad Regional España (CRE). PIB resultados. Enfoque funcional por CCAA.

En el texto de nuestra enmienda a la totalidad de los Presupuestos Canarios para 2026, Nueva Canarias-Bloque Canarista (NC-bc) considera que en este ejercicio de 2025 el crecimiento del PIB canario estará por encima del 3,5% (muy superior al 2,9% previsto por el Informe económico del Proyecto presupuestario) teniendo en cuenta los datos de su evolución los tres primeros trimestres del año (una media del 3,6%, según el ISTAC).

Un crecimiento, el de Canarias, sustentado, fundamentalmente, en la extraordinaria situación en que se encuentra el turismo, con las mejores cifras de su historia. Según datos del ISTAC, en 2024 se logró el récord absoluto de llegadas de turistas con 17,8 millones, 2,7 millones más (17,9%) que los visitantes del año 2019, antes de la pandemia. Y la estimación más prudente pronostica que acabaremos el año en torno a los 18,6 millones de turistas. Por otra parte, la facturación turística ascendió en 2024 a 22.351 millones de euros, cifra jamás antes alcanzada. Supone 2.786 millones más (14,2%) que en 2023, año en que los ingresos turísticos fueron 19.565 millones.

Respecto al empleo, las estimaciones de crecimiento de la Comunidad Canaria se encuentran por debajo de las previsiones de la AIREF. Apuntando a un crecimiento del empleo del 2,1% en este año 2025 y del 1,1% en 2026. Las estimaciones de la AIREF relativas al empleo prevén crecimientos en torno a un punto porcentual adicional en cada uno de esos ejercicios. Otra cosa bien distinta es su calidad, en términos de bajas retribuciones, malas condiciones laborales, inestabilidad y precariedad. Así, en 2024, a pesar de los buenos datos económicos para las empresas, Canarias es la comunidad autónoma con el salario medio bruto más bajo, con 2.051,7 euros frente a la media estatal que fue de 2.385,6 euros.

Pobreza estructural

Con datos económicos tan espectaculares podría deducirse que, de forma paralela, se ha incrementado la calidad de vida de los canarios y canarias. Lamentablemente no es así. Las clases medias y trabajadoras ven como no se incrementan suficientemente sus ingresos mientras la inflación aumenta y les hace perder mucho poder adquisitivo. Salarios de ayer, ya de por sí bajos, con precios de hoy, mucho más altos.

La riqueza se concentra cada vez en menos manos. Una minoría de 7.113 personas acumulan conjuntamente una riqueza de 25.811 millones de euros, el equivalente al 47,6 % del PIB de Canarias de 2023. Además, como señala un informe de la Universidad de La Laguna, “el 10 % de los hogares que más riqueza acumulan poseen aproximadamente el 60 % de la riqueza” y la mitad inferior de los hogares (“el 50 % que menos tiene”) posee solamente entre el 2 % y el 4 % del total de la riqueza de nuestro Archipiélago. Apuntando, asimismo, que el 10% más rico acumula entre 80 y 85 veces más riqueza que el 50 % más pobre en Canarias. En el resto del Estado esa relación es de entre 45-50 veces. 

Además, el impacto del aumento del PIB en la reducción de la pobreza es claramente insuficiente. Y algunos factores, como la vivienda, contribuyen aún más al empobrecimiento de una parte significativa de la población. Canarias es globalmente mucho más rica, pero la mayoría de su gente no mejora sus difíciles condiciones.

Como señalan numerosas investigaciones, el carácter estructural de la pobreza en Canarias hace que el crecimiento económico por sí solo no baste para reducir la desigualdad. Hacen falta políticas desde las administraciones públicas, al margen del mercado, para luchar contra la desigualdad y contra la pobreza. Y cuando esto no se hace la pobreza se cronifica.

Diversos estudios, informes y datos confirman que Canarias suspende en esta asignatura. La tasa AROPE en Canarias en 2024 fue del 31,2% de la población frente al 25,8% en España. Esto significa que 695.402 personas están en riesgo de pobreza y/o exclusión social, que es lo que mide esta tasa configurada con una metodología común por parte de la Unión Europea. Sigue estando 5,4 puntos porcentuales por encima de la media estatal y es la quinta comunidad autónoma con mayor tasa.

Mientras, la tasa de pobreza severa afectó al 10,1% de la población en 2024, creciendo 4 décimas respecto a 2023 (9,7%). Este dato en España fue del 8,4%. La pobreza severa se mide con el umbral del 40% de la mediana de la renta de España. Esto significa que en 2024 había en el Archipiélago 225.000 personas con ingresos inferiores a 644 euros al mes, es decir, por debajo del umbral que marca la pobreza más extrema. Con datos alarmantes, además, en pobreza infantil, el 40,2% de niños, niñas y adolescentes de Canarias (unos 91.000) viven en riesgo de pobreza o exclusión social, una de las más altas del Estado.

Impuestos y políticas laborales

El economista francés Thomas Piketty, especialista en desigualdad económica y distribución de la renta, destaca que los impuestos y las políticas estatales juegan un papel clave a la hora de tratar de mitigar la desigualdad, haciendo hincapié en figuras tributarias sobre la riqueza y la herencia para incidir en una auténtica redistribución de la riqueza. El Gobierno canario de CC y PP hace justo lo contrario. Como muestra su eliminación del Impuesto de Sucesiones y Donaciones que grava la transmisión de la riqueza, favoreciendo a una pequeña minoría de privilegiados que hereda patrimonios superiores a 300.000 euros por heredero. Y que supone que la Comunidad Canaria pierda 180 millones de euros en esta legislatura.

Cuando la riqueza generada queda, en gran medida, en manos de unos pocos. Cuando la fiscalidad no es progresiva y beneficia de forma nítida a las minorías con mayores recursos. Cuando las políticas sociales son insuficientemente dotadas y peor gestionadas, como ocurre con la dependencia. Cuando sucede lo mismo en el tratamiento a los servicios públicos. Cuando los salarios son muy bajos y la cesta de la compra sigue siendo de las más elevadas del Estado español. Cuando uno de los principales problemas, la vivienda, merece apenas 25 millones de euros en unas cuentas públicas que se elevan hasta los 12.491 millones…

Cuando todo esto pasa, Canarias está condenada a continuar presentando cifras inadmisibles de pobreza y desigualdad, incrementando los abismos sociales. Urge, por tanto, un profundo cambio en las políticas económicas, fiscales y sociales, así como más y mejor empleo, para que esta sociedad sea más justa y cohesionada. Para que los buenos datos económicos impacten, de verdad, en el bienestar colectivo.

Román Rodríguez es secretario nacional de Formación, Programas y Estrategias de Nueva Canarias-Bloque Canarista (NC-BC).