La Casa Condal de Telde acogió, en la mañana de este miércoles, la celebración de la cata tradicional que determinará las mejores naranjas del municipio. Así, un jurado experto, formado por dos técnicos del Gobierno de Canarias, cuatro del Cabildo de Gran Canaria y el rector de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), Lluís Serra, testó la fruta protagonista de diez fincas diferentes participantes en esta nueva edición, incluida en la Feria de la Naranja 2025.
El nombre de los galardonados se conocerá el próximo domingo 14 de diciembre, a las 13.00 horas, en la plaza de San Gregorio, durante la celebración del evento multitudinario.
“Un año más, Telde premia la excelencia y la calidad de sus productos de kilómetro cero con este reconocimiento que pone en valor el trabajo que los citricultores del municipio llevan a cabo, de manera incansable, los 365 días del año”, explica la concejala de Sector Primario, María Calderín. “En nombre de esta ciudad les damos las gracias por su labor, que impulsa la posición de nuestros productos agroalimentarios hacia lo más alto y mantiene la naranja de Telde como una de las mejores de Gran Canaria, conocida en todo el Archipiélago”, concluye la edil.
Los participantes
Cabe destacar que las diez muestras de naranjas, algunas pertenecientes a diferentes fincas pero al mismo citricultor, este año vinieron de la mano de: David González, Jorge Cadena, Floro González, Luis López, Agustín Cabrera y varios miembros de la familia Medina (José Medina Ojeda, Raúl Medina Romero, José Medina Romero y Agustín Medina Ojeda).
Por parte del jurado, las dos técnicas del Gobierno de Canarias participantes se corresponden con Pino Ortega y Dolores Armas, mientras el Cabildo de Gran Canaria estuvo representado por Santiago García, Rosa Hernández, Ángeles Pérez y Armando Rodrígiez. Además de Lluís Serra.
Desarrollo de la cata
Identificadas por códigos, cada citricultor depositó, horas previas al comienzo de la cata, sus mejores naranjas en bandejas, en la Casa Condal. Los catadores, al llegar, recibieron instrucciones sobre los pasos a seguir y, a continuación, comenzaron a probar, tomar notas y puntuar. Primero juzgaron la apariencia y, posteriormente, procedieron al corte.
En este sentido, tuvieron en cuenta factores como la limpieza exterior de la fruta, el grosor de la cáscara -a menos grosor, mejor puntuación- y el olor. Luego llegó el turno del teste, para juzgar el dulzor, la acidez y la jugosidad, entre otros aspectos a tener en cuenta. Así, entre los cítricos de una finca y otra, ingirieron pan bizcochado y manzana, entre sorbos de agua, para limpiar el sabor de cara a la siguiente cata.


















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