Fanzine dos nabos de Gracián
Dedicado a uno de los más cuerdos grupos de locos conocidos. A cuerpos de hombres y mujeres con almas de poetas e ilustradores, de humoristas y narradores, de entrevistadores y artistas. A homes con forza de mulleres e a mulleres berrando po la insensatez das guerras que argallan a ignorancia, torpeza e ambición dos homes.
A fantasmas muy reales y muy vivos, muy sinceros y atrevidos, muy niños.
A todos eles e todas elas, toliñas e toliños que abren portas e xanelas para deixar entrar un vendaval de aire novo. A Eduardo Carreira, a Sonia Melón, a Manuel Vázquez, a Xosé Estévez, a Cone Juan Morado, a Amador F. Santín, a Xana Iriarte, a Ánxela Gracián, a Marta de Boal, a Xesús Trashorras, a Quique de Roxíos, a Xesús Bermúdez Tellado, a Xosé Manuel do Castro…
Me olvidaré de algunos y pido disculpas por ello, lógico error en un principiante, alguien que acaba de aterrizar en las páginas del fanzine, alguien que se alegra por el crecimiento en las aportaciones, artículos, viñetas ilustradas, firmas nuevas en el segundo número, alguien feliz de que surjan nuevas locas y nuevos locos aportando algo de cordura a un mundo necesitado de más amor, tolerancia, empatía, humor y belleza.
En marzo del presente año, la primavera no podía presentarse de mejor manera. Salía a la luz un Fanzine editado en Lugo por un grupo literario-creativo que se daba a conocer como Os nabo de Gracián.
Nada sabía de ellos, algo por otra parte muy natural cuando uno se encuentra lejos de esta tierra, inmerso en sus propias circunstancias y sus particulares guerras emocionales y medioambientales.
Tampoco sabía de un venturoso y próspero otoño en que el Fanzine sacaba a la calle un nuevo número. Imposible que fuera mejor, el primero era extraordinario, pero sí fue capaz de ampliar su registro, su mensaje, su belleza poética, sus reflexiones, abrir la revista a voces juveniles, a nuevas voces, a savia nueva, a nuevos territorios que comparten un tesoro común: la riqueza de una lengua, el gallego, capaz de expresarse en múltiples varientes lingüísticas, sociales y emocionales, tantas como sean capaces de crear y sentir grupos de hablantes en cualquier territorio luso, español o del mundo entero.
Reconozco que fue un ángel -cierto es que ya conocía la existencia de ellos desde hacía algún tiempo, de hecho guardo en mi ordenador un libro inédito que recoge apuntes e historias que relatan mis encuentros con alguno a lo largo de mi vida-, quien me puso en el conocimiento de este fanzine. Pues bien, este ángel, nada que ver con los testigos de Jehová que te abordan en cualquier esquina para donarte una revista, con la intención de compartir su mensaje de salvación, a espaldas de un mundo que sangra pero ellos en su tarea de salvación personal viven en su propio mundo, no me abordó así de repente, pues se trataba de un encuentro amable y amigable, el encuentro de viejos compañeros de trabajo que comparten inquietudes literarias. Este ángel humano tiene nombre propio: Xesús Trashorras quien ha desarrollado su vida laboral paseando canguros. Singular personaje que, más allá de su curiosa ocupación, escribe poesía, relatos cortos y toca el acordeón.
⁃ Espiño -me dijo, al otro lado del teléfono-, tengo un regalo para ti.
Y el regalo, que consistía en el primer número de esta revista, se convirtió en dos, cuando tras un café en una de las dulcerías tradicionales del casco histórico de Lugo, me llevó a un santuario que desconocía, santuario frecuentado por muchos locos cuerdos y por lo tanto singular y extraordinario lugar. Llegar a él y sentir que algo muy importante me había perdido a lo largo de mi último medio siglo fue todo uno.
A despensa do Saa, así se denomina el lugar, no es un bar. Nunca lo fue. Sólo hay que hablar con alguno de los parroquianos de todas estas décadas para confirmarlo. O simplemente escucharse a uno mismo cuando te encuentras en su interior. Su dueño la define como taberna tienda, pero es mucho más que eso. ¿Por qué, se preguntarán ustedes?
En un próximo artículo tal vez les hable de ello, ahora no. Ahora son esas dos ventanas, los fanzine, las que al abrirlas llenaron de aire fresco mis pulmones, un aire que hacia muchos años que no respiraba y que se encuentra en cada una de sus páginas, de las que deseo hablarles.
⁃ ¡Qué belleza y fuerza tiene la portada! -exclamé ante Xesús, observando, tras la ventana de papel, la incendiaria imagen lograda por su autor, Lorenzo Montes, al plasmar un cálido atardecer con tonalidades amarillentas, anaranjadas y rojizas, sólo rasgadas por las negruzcas siluetas de muchos pájaros volando.
⁃ En el Fanzine, un grupo de amantes de la palabra y de la ilustración disfrutamos con ello -responde Xesús, serio bajo su sombrero, con la satisfacción encubierta tras su forma de hablar, de modular sus palabras, una satisfacción que no revelaban las facciones de su rostro, ni siquiera sus gestos, más propios de una partida de póker.
⁃ Xesús siente el orgullo de un trabajo bien hecho, el placer que supone el reconocimiento al esfuerzo y la calidad literaria de un buen grupo de amigas y amigos -elucubré, pero mantuve el silencio.
Jesús, que ese es su nombre en castellano, escribe y habla en gallego, como todos los componentes de esta tan singular como extraordinaria revista. Yo traduciré sus impresiones a un espacio lingüístico común: el castellano, espacio que me permite hacer partícipes a mis lectores canarios de la riqueza de sus ideas, de la importancia de valorar nuestra propia identidad, de la fortaleza que todos deberíamos tener para proteger nuestro entorno y nuestra tierra. Las luchas necesarias para defender lo propio son similares. Los mismos demonios, el mismo apocalipsis amenaza la vida, la calidad de vida y a la gente. Aquí, en Galicia, uno de los más demoledores viene de mano de un proyecto suicida: Altri, devorador de tierras, de agua y de atmósfera. En Canarias, viene de mano de la explotación industrial de las granjas acuícolas, jaulas marinas donde se hacinan millones de peces contaminando sus aguas, exterminando la vida oceánica, hiriendo de muerte las playas y ensuciando el litoral de todos.
Siempre es la misma lucha y similares son los demonios. Siempre se trata del beneficio de unos pocos a cambio de la salud, el medioambiente y el empobrecimiento de todos los demás.
Fue en A despensa do Saa donde, tras franquear su entrada, me encontré respirando un aire diferente. Xesús me presento a Xosé Manuel Sáa, artífice de A despensa, singular capitán de una nave, cultural y tabernaria, cuya derrota señala un rumbo fijo, el encuentro libertario de las ideas, un capitán que pretende que su taberna sea un lugar de lucha y resistencia.
Y fue ahí donde Xesús puso en mis manos el segundo número del Fanzine.
Cuando me lo pasó, tras solicitárselo a Xose Manuel, me sentí partícipe de un material prohibido, era como si me hubieran entregado algunas de aquellas cuartillas impresas, folletos prohibidos editados en la clandestinidad, materiales que pasaban de mano en mano, a espaldas del poder establecido y de sus temidos esbirros en época de la dictadura.
Me sentía, con su lectura, partícipe de una propaganda subversiva, algo que confirmé al llegar a casa y disfrutar con la lectura de cada hoja, con el placentero análisis de cada ilustración, con el meticulosa trabajo de interpretación de cada verso, de cada línea narrativa.
¡Qué placer sentía! ¡Claro que era subversivo, si entendemos como tal el rechazo de las guerras, la denuncia de los abusos a la Naturaleza y una apuesta valiente por la poesía y la belleza!
En una sociedad plana y enferma, donde el consumismo se ha convertido en el dios imperante, una sociedad adocenada y conformista que no protesta, que no sale a la calle a pesar de que le roben el aire, el agua y la tierra. Está callada, nada manifiesta, de ahí la importancia de espacios como éste, lugares de lucha, espacios antisistema, centros generadores de contracultura, espacios propicios para conversar, reir, sentir, soñar… donde su existencia supone una esperanza futura y un lugar de encuentro ahora.
Me he situado junto al mostrador. En mis manos los dos fanzines. Acerco el segundo a mi rostro para echarle un ojo a su portada. La ilustración semeja un Ave Fénix o, al menos eso creo yo. Se trata de un pájaro trazado con potentes pinceladas rojas, amarillas y moradas. Un pájaro de fuego con el ojo verde, a punto de atrapar la luna y varias estrellas. Una visión naíf, plasmada por un adulto con alma de niño: Alfonso Pexegueiro.
¡Es curioso cuando hablo de todos estos autores, sin conocer a ninguno! Pero es Xesús quien me ha llevado a su mundo, quien me ha abierto la puerta del Purgatorio, y una vez abierta, el Paraíso o el Infierno se encuentran tras sus poesías, narraciones cortas, viñetas e ilustraciones.
Sus palabras transmiten y trascienden. Sus palabras golpean fuerte en mi interior y enseñan, protestan, claman, gritan, muestran belleza, dolor, pasión y calma. Se muestran sinceras.
Hay tanta calidad literaria, hay tanta fuerza en cada una de las ilustraciones que me siento pequeño, apenas un aprendiz en el uso de la palabra escrita y, humilde, muy humilde. Me gustaría conocer a cada uno de estos gestores de la vida y la palabra.
Mientras me quedaré con frases sueltas, con palabras clave, con algún que otro verso que, grabados en mi interior, me acompañarán en ese placer tan personal como es la lectura y el placer de escribir.
Suerte Xesús, suerte compañeras y compañeros. Que los números del fanzine se sucedan, al menos con la periodicidad trimestral que habéis iniciado.
Soy consciente, lo sé como escritor, que tras cada número publicado hay mucho esfuerzo, muchas horas y muchas revisiones, pero la vida cuando la entendemos así, desde el grito, la repulsa, la manifestacion y el arte, requiere de valentía y empeño. Y de tabernas como A despensa de Sáa y sus reconfortantes presentaciones y encuentros.
Aún siento el agradable calor proporcionado por los Mencías degustados en su barra y el recuerdo de una visión tan curiosa como original: decenas de libros acompañando botellas de vino, intercalados entre ellas, descansando sobre ellas, profusamente repartidos y repartidas por toda la taberna, formando un conjunto muy apropiado de ilusiones compartidas, de proyectos expuestos y de promesas dionisíacas.
Pero ahora no es el momento de la taberna sino de poner en valor la creación literaria y los cuentos, de reconocer y divulgar el trabajo bien hecho.
Difícil es escoger ejemplos que definan la belleza del trabajo publicado en las fancines, pues igual de valiosos son todos ellos. Me quedo pues con unos versos de Xesús Trashorras que, en aras a la amistad que nos une, disculpará mi osadía al divulgarlos.
Soidade:
Achegueime a ela, en silencio.
A través da xanela
contemplaba como a choiva caía
suavemente.
Quixen acariñala, pero cando estendín
a man
esvaeceuse coma un soño.
Entón souben
que sería para sempre a miña compañeira.
Soledad:
Me acerqué a ella, en silencio.
A través de la ventana
contemplaba como la lluvia caía
suavemente.
Quise acariciarla, pero cuando extendí
la mano
se desvaneció como un sueño.
Entonces supe
que sería para siempre mi compañera.
El ouriolo que titula el Fancine es una oropéndola en castellano. Una hermosa ave, rara de observarla en Gran Canaria aunque existan esporádicas citas de haber sido observado y fotografiado algún que otro ejemplar en Gáldar, Bandama y Juncalillo del Sur. En Galicia es habitual en todo su territorio. Prueba de ello son las múltiples denominaciones que recibe tan hermosa ave: ouriol, oureol, ouriolo, oriolo, ourolo, ouripenlo, papafigo, maripéndola, merlo marelo, merlo rei, milleiro, millarou, galo cereixeiro, galo real, galo de braña, crego marelo, bagullo, barazán, figomarelo, rodrigoliro, vichelocrego…, según el contexto geográfico donde se encuentre, hecho constatable que nos habla de la riqueza de la lengua gallega y de las singularidades de cada zona, de cada localidad. Hasta medio centenar de acepciones para identificar el mismo pájaro, una riqueza lingüística que se hace extensible a cada una de las aves que viven y frecuentan las tierras de Galicia.
Y recuerden si se acercan a Lugo -una visita obligada si se trata de locos en busca de cordura-, en A taberna de Sáa, encontrarán ambos Fanzines, para su consulta. Acérquense y abran, al menos, una de las dos ventanas. Yo abrí las dos. No miento si les digo que hacía tiempo que no recibían mis pulmones un aire tan puro y regenerador, tan libertario y tan fresco.
José Manuel Espiño Meilán, amante de los caminos y de la vida. Lector, escritor y educador ambiental.

































Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.107