La Dirección General de Emergencias del Gobierno de Canarias modificó este martes el nivel de vigilancia sobre el episodio de contaminación marina que afecta al litoral de Telde desde hace varias semanas. A partir de las 12.00 horas de este 9 de diciembre, la situación pasa oficialmente a prealerta, según lo previsto en el Plan Territorial de Emergencia de Protección Civil de Canarias.
La decisión se adoptó en la reunión del PLATECA celebrada esta mañana, después de varias jornadas de supervisión aérea y análisis técnicos sobre el estado del mar.
El cambio se produce tras constatar que el foco de emisión (la piscifactoría) no está activo y que en su entorno no se detectan restos de descomposición ni en superficie ni en los viveros. En los últimos tres días, la presencia de residuos flotantes o restos orgánicos en tierra ha sido mínima y los medios aéreos no han visualizado material en el mar, lo que complica su recogida.
Pese a la mejora, se mantiene el dispositivo de seguimiento con equipos de la Unidad de Apoyo a Emergencias, inspectores de Salud Pública y efectivos municipales, que continúan realizando controles y análisis a lo largo del litoral afectado.
Las playas que siguen cerradas al baño son Melenara, Salinetas, Tufia, Aguadulce y Ojos de Garza, mientras se prolonga la vigilancia para garantizar condiciones seguras antes de su reapertura.
El anuncio del Gobierno de Canarias de que la crisis ambiental en aguas marinas del municipio de Telde remite y el PLATECA baja el nivel a prealerta coincide con la nueva movilización ciudadanada convocada para el próximo sábado en Salinetas por la Plataforma por un Litoral Limpio. Será, tal y como adelantó TELDEACTUALIDAD, una cadena humana para protestar por la contaminación generada por las jaulas marinas.
La decisión se adoptó en la reunión del PLATECA celebrada esta mañana, después de varias jornadas de supervisión aérea y análisis técnicos sobre el estado del mar.
Respecto a este episodio de contaminación, el consejero de Política Territorial y Aguas, Manuel Miranda, informó en el Parlamento de que los helicópteros de vigilancia y el personal técnico desplazado han verificado la ausencia de nuevos vertidos. Pese a ello, señaló que persisten restos y manchas en el agua que “podrían generar algún tipo de patología”, motivo por el cual la situación no permite todavía reabrir las zonas de baño.
Cinco playas continúan cerradas
Los enclaves afectados siguen siendo Melenara, Salinetas, Ojos de Garza, Tufia y Aguadulce, cerrados desde hace más de un mes. Miranda recordó que la competencia para autorizar la reapertura corresponde al Ayuntamiento de Telde, aunque advirtió de que las condiciones actuales no invitan al levantamiento de las restricciones.
"Catástrofe natural"
El consejero reconoció que el suceso constituye “una catástrofe natural”, derivada de la muerte y descomposición de miles de lubinas en las jaulas marinas. Explicó que la investigación continúa abierta para determinar si el origen está en un vertido externo que afectó a los peces o en un incidente generado dentro de la propia instalación acuícola.
Investigación penal en marcha
Miranda confirmó que fue la empresa concesionaria quien presentó la denuncia ante la Fiscalía. En la actualidad, el caso está siendo investigado por el SEPRONA de la Guardia Civil y por la Fiscalía de Medio Ambiente. El consejero se comprometió a esclarecer el origen del episodio y aseguró que, si procede, se abrirán expedientes sancionadores, tanto si se trata de un vertido externo como de responsabilidad de la granja marina.
Demandas de transparencia política y social
Durante el debate parlamentario, la diputada socialista Alicia Vanoostende reclamó mayor transparencia, acceso a los informes de análisis de agua y la presencia de responsables políticos en la zona afectada. Subrayó que la ciudadanía exige saber quién es responsable del daño ambiental y económico provocado. “Quien contamina, paga”, insistió, recordando que se trata de una de las peores crisis en la costa de Canarias en veinte años.
La diputada del Partido Popular Sonsoles Martín, vecina de la costa, calificó la situación de “desagradable” y criticó la falta de información. Reclamó claridad sobre el origen del problema y el establecimiento de controles que eviten su repetición. “La ciudadanía demanda responsabilidades y garantías”, concluyó.
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