
Un día como hoy, en Diciembre de 1978, el pueblo español acudía, a las urnas y votaba masivamente la nueva Constitución, un 91,81% favorable, frente a un 8,19% en contra, junto a los partidos independentistas y comunistas
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Los llamados “Padres de La Constitución” que idearon y redactaron sus 169 Artículos, un Preámbulo, 4 Disposiciones y 1 Disposición final, distribuidos por partidos, fueron, 3 de la UCD, 1 de AP, 1 del PSOE, 1 de CiU y 1 de PSUC, aunando, según sus criterios, las necesidades y deseos de un pueblo, el español, trabajador, respetuoso y educado al que ofrecieron, Leyes y Normas, para seguir adelante, pasando página a beligerantes épocas pasadas vividas. Con ilusión y entrega se aceptaron las nuevas normas de convivencia para un inmediato futuro más prometedor.
Se consiguió y la llamada “Transición” fue una realidad que, traspaso nuestras fronteras demostrando al mundo, durante décadas, la madurez de un pueblo que, habiendo salido de una guerra civil, vivía y convivía y todos tiraban en una misma dirección.
Como casi es lógico, había discrepancias, interpretaciones varias, intereses personales o regionales pero, todo se dirimía bajo el amplio paraguas imparcial de La Constitución que nos habíamos impuesto.
Ante toda esta aparente tranquilidad política y social, el pueblo español, seguía a lo suyo, trabajo, entrega y disfrute de lo que llegó a llamarse la “nueva España” pero, llegó la “Ley de Memoria Histórica” que, olvido el ya viejo Pacto de Toledo, desenterrando viejas rencillas, truncando el Descanso Eterno de Vencidos y Vencedores y volviendo al modelo de las dos Españas, donde los vencidos tratando de encontrar los restos de sus seres queridos omitían a los de los vencedores.
En esta caza de brujas, permítaseme la expresión, todo lo que no era por la izquierda, era nefasto, cruel y ruin, sin detenerse a pensar que, la sangre derramada por unos y otros, fue sangre española, en la mayoría de los casos, sin saber porque. Que fueron obligados a participar y a vivir aquellos inhumanos acontecimientos y que, las mortales balas, llegaban de ambos bandos, en las dos direcciones.
No debemos de mirar, los acontecimientos del pasado con acritud, debemos de enjuiciarlos situándonos en el momento histórico en que se produjeron y no extrapolarlos a otra época o a la actual.
La tan recurrida Democracia, nacida en la Grecia Antigua, de la mano de Pericles, político, jurista y orador, cinco siglos antes de nuestra era, al interpretarla hoy, según nuestras conveniencias y actitudes personales, nos alejan y desvirtúan aquellos verdaderos principios y normas por la fue concebida.
El progreso no es olvidar, abolir o destruir lo que, de regímenes anteriores, hemos heredado, es avanzar en el bien común de las presentes y futuras generaciones y en evitar volver a cometer los errores del pasado.
Lo que nos pide La Constitución que, hoy celebramos, es la unión, es el perdón, es la comprensión del que no piensa igual y es, en definitiva, caminar por la misma senda donde la presente y futuras generaciones, juntas, construyen un mejor porvenir.
Antonio Santana Rivero es vecino de Telde. Fue pregonero de las fiestas de San Francisco de Telde en 2025.

























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