Miguel Guerra ilumina el patrimonio oral canario en el Círculo Cultural

Turcón-Ecologistas en Acción ofreció el pasado viernes en el Círculo Cultural de Telde una de esas citas que no solo informan, sino que reconcilian al público con su propia identidad. A petición de muchos simpatizantes, el colectivo organizó la conferencia “La aportación de Pancho Guerra al Patrimonio Cultural de Canarias”, impartida por Miguel Guerra García de Celis, presidente de la Fundación Canaria Pancho Guerra y sobrino directo del autor.

La charla comenzó con humor y guiños al habla popular: conduerma, embelesado, empardelarse… Voces que, como recordó el ponente, pertenecen a un patrimonio lingüístico que corre el riesgo de apagarse si no se usa. Desde ese arranque, Miguel Guerra propuso un viaje al universo cultural y emocional que Pancho Guerra volcó en su obra.

El creador de un imaginario colectivo
Francisco Guerra Navarro, conocido universalmente como Pancho Guerra, fue escritor, periodista y poeta. Nacido en 1909 en Tunte, dejó una obra marcada por el amor a la cultura canaria y especialmente por su icónico personaje Pepe Monagas, figura central de cuentos y entremeses que retratan con lucidez y humor la sociedad del siglo XX: el deporte, las carreras de galgos, las fiestas, el curandero, los emigrantes, los oficios, el mar y su gente.

Identidad, raíces y la Escuela Luján Pérez
Miguel Guerra profundizó también en el peso cultural de la Escuela Luján Pérez, espacio decisivo para la construcción de una sensibilidad artística y social que influyó de manera directa en Pancho Guerra. Allí se forjó una mirada sobre el pueblo canario que combina costumbrismo, crítica social, ternura y memoria colectiva.

Un público entregado a una charla que se hizo cuento
La exposición se convirtió en un encuentro emotivo sobre lo que significa ser canario: una forma de vivir, sentir y relacionarse con la tierra. El cierre no podía ser otro que un homenaje a los versos del propio autor: “Arriando velas, largando al viento la rumantela, echa ron ventorrillero…”, de Somos Costeros, que puso punto final a la velada.