20 años no es nada

Ayer tarde salí a pasear con mi madre, entramos en un restaurante y vi pasar para otra mesa un plato con papas fritas. Lo miré bien y eso de que se te mete por el ojo y se me antojó que podrían ser papas del país, quiero decir, se veía que no eran papas congeladas, así que pedimos un plato de papas fritas. Tengo que decir que, estaban buenísimas, pero, a la hora de pagar miro la cuenta y cual fue mi asombro al ver que dicho plato costaba tres euros.

¿Un plato de papas fritas tres euros? Como no estoy acostumbrada a pedir eso fuera de casa, pues sinceramente, me asombró, aunque lo más seguro es que sea su precio normal. Miré a mi madre, que la veía como una señora muy mayor con sus 98 años, cosa que, a mí me hace sentir joven, aunque también sea mayor, y pensé cómo en 23 años ha cambiado tanto la vida. Si yo le digo a mi madre ahora (no se lo digo, porque, la pobre con su demencia, no se iba a enterar), si estuviera con su tino, que, el platito de papas que nos comimos costó quinientas pesetas, no sé qué me hubiera dicho, con lo que significaba una peseta para ella y para todo el país hasta que ya no se pudo volver a usar el 28 de febrero de 2002. 

En un chasquido de dedos se van los años, y veo que 20 años no es nada, como dice la canción de Carlos Gardel. Y utilizaré, aunque no con el mismo significado, algunas de sus palabras para seguir con el relato. 

Aunque quisiéramos el regreso, eso nunca va a pasar, todo quedó en el recuerdo. Volví a mirar a mi madre y vi su sien plateada, su mente marchita y febril su mirada, errante en las sombras, ella busca y no nombra. No se puede vivir con el alma aferrada a dulces recuerdos que ya no están en ti. Y ese olvido que todo destruye, a ella no le ha matado toda su ilusión (ella es feliz con cualquier regalo insignificante que le hagas), guardo escondida una esperanza humilde, que es la que ella sienta todo mi amor. Y es que es un soplo la vida, porque 20 años no es nada y mi deseo es que ella sea feliz, los años que le quede por vivir. Y hoy, 3 euros, no es nada. 

Ana Chaceta es escritora.