
Lo que ocurre en este municipio debería ser estudiado en las universidades como un buen ejemplo de incompetencia y dejadez. El hecho de que después de más de un mes, no sepamos nada de lo que ha ocurrido con los vertidos al mar, no es solo una muestra de ineptitud sino de falta de respeto a los vecinos, quienes deberíamos ya conocer a estas alturas qué ha sucedido con este grave atentado medio ambiental, que ha acabado con la vida de miles de peces y nos ha dejado a todos sin playas.
Veamos los hechos: el pasado dos de octubre, la empresa Aquanaria comunica e informa al ayuntamiento de un vertido ilegal al mar, al parecer, se sabe ahora, un vertido que contenía ácido sulfúrico y cuyo origen está aún por determinar. La empresa, que explota dos jaulas marinas radicadas en Melenara, no recibe respuesta por el ayuntamiento, por lo que Aquanaria, la propietaria de las piscifactorías, denuncia los hechos en fiscalía ante la nula acción del edil.
Ante esta situación, ¿Qué hace el alcalde? Nada. Nos debemos enterar por los medios que la denuncia constaba sobre la mesa desde hacía un mes y que no se había tomado ninguna medida para paliar o al menos indagar el origen de los vertidos. El alcalde, quien tiene competencias en el litoral, debería haber realizado las actuaciones de modo inmediato. Es decir, convocar a las partes implicadas y tener una reunión urgente con el área de medio ambiente, de pesca, urbanismo, con el cabildo y con todas las partes afectadas para abordar entre todos el grave problema de los vertidos ilegales.
Pero, en lugar de esto, se ha hecho el sordo, el ciego y se ha presentado como lo que es, un buen concejal de fiestas, pero no el alcalde que necesita esta ciudad. En primer lugar, porque es él quien preside el consejo de administración de Agua de Telde, una empresa mixta pública privada, en la que tiene amplias competencias. Podría, al menos, haber utilizado su personal experto en emisarios subterráneos para que tomasen muestras del agua y hecho indagaciones. Pero nada de esto se hizo.
Otro tema es si las piscifactorías deberían estar alejadas de la costa a más de tres kilómetros y no lo están, pero seguramente fue el mismo ayuntamiento quien le dio los permisos necesarios para situarse donde lo hacen. Si su ubicación debería estar frente a nuestras playas con el peligro que supone o lo que afea el paisaje es otro problema más que se ha de resolver.
Pero lo que no es de recibo ni se puede tolerar es que, ante un hecho de estas dimensiones, después de más de un mes de los vertidos ilegales en el mar, no sepamos absolutamente nada de lo que pasa. Nuestras playas siguen cerradas y el acceso al baño no es seguro ni se sabe las consecuencias que puede tener en nuestra salud.
Por estas razones, los vecinos de Telde han convocado una manifestación este domingo a las diez de la mañana entre Salinetas y Melenara para protestar por “la dejadez institucional y la falta de transparencia” y de actuaciones de este municipio, además de reclamar soluciones para que no vuelva a ocurrir de nuevo. Tarde o temprano, la causa judicial acabará saliendo, pero entonces será ya demasiado tarde. Mientras, debemos pedir responsabilidad a quienes debieron estar al frente de esta crisis y no lo han hecho. El alcalde, cuando menos, ha actuado de manera negligente, pues tenía que haber impedido que esto ocurriera, o al menos, una vez tuvo conocimiento de los hechos, debía haber hecho más de lo que hizo.
Y al final, como siempre, quienes pagamos las consecuencias somos los ciudadanos de Telde. Este domingo en Salinetas y Melenara manifestaremos nuestra protesta.
Nieves Rodríguez Rivera es profesora de Lengua y Literatura y escritora.























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