Palmito Retoño denuncia el abandono de sus canchas a mes y medio del inicio de la liga insular

El Club de Bola y Petanca Palmito Retoño, ubicado en el barrio teldense de Las Longueras, ha denunciado públicamente el grave deterioro de sus canchas a poco más de mes y medio del inicio de la liga insular, una situación que —aseguran— podría dejarlos fuera de las competiciones por segundo año consecutivo. El colectivo insiste en que no busca “politizar nada”, sino soluciones urgentes para poder entrenar y competir con seguridad.

Instalaciones inutilizables

Las imágenes remitidas por el club a TELDEACTUALIDAD muestran charcos, terrenos impracticables y estructuras que consideran peligrosas. “Es imposible entrenar y competir de esta manera”, lamentan. Recuerdan que el año pasado se quedaron fuera de todas las competiciones por no contar con subvenciones ni canchas en condiciones.

Una pérgola que genera más miedo que protección Los miembros del club destacan que la pérgola instalada hace unos meses “no sirve para nada” y, lejos de ofrecer refugio, representa un riesgo grave. Cuando llueve, el agua se embalsa sobre la estructura, lo que la obliga a soportar un peso que podría provocar su colapso. “No tenemos ninguna confianza para meternos en las canchas; puede suceder cualquier incidencia”, aseguran.

El temporal agrava el abandono

Tras el paso de la borrasca Claudia, los jugadores temieron que la pérgola saliera volando “por los aires”. Este viernes volverán a las canchas a partir de las 16.30 horas, armados de cubos y escobas para achicar el agua con sus propios medios, porque —dicen— nadie más lo hará.

Un barrio que se siente olvidado

Los usuarios recuerdan que en su día se cerró el antiguo club recreativo y social de Las Longueras, donde realizaban actividades comunitarias. “Ahora, con esto de la petanca, esperamos que no pase lo mismo. Nos están empujando a aburrirnos y dejarlo todo. Siempre nos tienen como un barrio imaginado”, denuncian.

Riesgo también para la cantera de niños

El Palmito Retoño subraya que no solo juegan personas mayores: también cuentan con una pequeña cantera de niños y niñas que entrenan allí regularmente. “Tenemos mucho miedo de que pueda pasarles algo. Incluso nos han pedido llevar escolares para practicar bola canaria, pero en estas condiciones no nos atrevemos”, explican.

El club invita a las autoridades municipales a visitar las canchas y comprobar por sí mismas la situación real de unas instalaciones que, advierten, pueden dejar a Las Longueras fuera del deporte autóctono un año más si no se actúa de inmediato.