
Con estupor e indignación, no exenta de preocupación, leo en la prensa digital local, TeldeActualidad, la contaminación de las playas y calas de nuestro amado Telde. La emblemática Playa de Melenara y la, hasta hace pocos años restringida, Playa de Salinetas, era casi de uso exclusivo de una élite socio/económica de esta Ciudad, están contaminadas por no se sabe de qué pero, los peces de la piscifactoría de Aquanaria, se están muriendo y el agua que llega a las playas es aceitosa y da mal olor.
Parece que, por revelaciones de la empresa Aquanaria, el problema no radica en sus jaulas, ni en la alimentación que dan a sus peces, está en el “emisario submarino nº 222” que, en la zona, vierte junto a los detritus residuales de la Ciudad, sin depurar, algún veneno de desconocida procedencia y con gran capacidad destructiva, ocasionando unas pérdidas económicas multimillonarias directas y otras tantas por daños de imagen comercial.
Quizás, para los habitantes de las zonas y asiduos usuarios de las playas, las pérdidas económicas y de imagen de una empresa, entran dentro del riesgo que conlleva estar en el mercado y sujeta a los vaivenes del mismo. El problema, el grave problema, radica, según mi criterio, en el envenenamiento de unas aguas que se deslizan por la arena y en la que nos introducimos, unos por tradición, otros buscando cierto placer y liberación, otros por prescripción facultativa y, así, un largo etc., pero si nos atenemos a, la gran mortalidad de los habitantes de la jaulas marinas y otros fuera de ellas que, están en la cadena alimenticia, debemos de pensarlo muy detenidamente.
Nuestros niños, tan ávidos de jugar y entregarse al chapoteo playero, están en serio peligro, nuestras féminas, con su delicado y complejo sistema reproductivo y, todo ser humano que, pensando en la capacidad regenerativa e inmunológica del agua de mar, estamos poniendo en peligro nuestra salud a corto, medio o largo plazo. No es una alarma infundada es una realidad actual.
En las facturas que puntualmente nos llegan por el suministro de agua a nuestros hogares, existe un cargo refrendado por el B.O.P., (nº 99 del 03-08-2.012), donde se autoriza a la compañía suministradora a un cargo, según la cantidad de agua consumida, para el mantenimiento de la red de saneamiento y depuración de nuestros detritus. No sé si la cantidad cargada es suficiente para la total depuración, puede que no, pero eso no da pábulo a que, por quien corresponda, se inhibe de su reponsabilidad y se este envenenado nuestros mares, no solo a nivel local, este problema es a nivel insular, regional o nacional, yo diría que a nivel mundial.
Parece ser que desde el p.p. 3 de octubre, los pescadores profesionales de la zona detectaron el problema. Aquanaria, también observo un comportamiento inusual de los peces en cautividad y no se hizo nada para remediarlo. En los siguientes días la mortalidad masiva hizo su aparición y las muestras de agua tomadas entorno a las jaulas, presentaba ausencia alarmante de oxigeno por causas de un agente químico externo. Y tampoco se hizo nada.
El 9 de octubre, según la versión de la empresa Aquanaria, se informó a las autoridades locales correspondientes y fue hasta en 15 ocasiones y tampoco se hizo nada. Han pasado los días y se sigue envenenado nuestro litoral y no se hace nada, ni por las autoridades sanitarias, ni por la empresa concesionaria de la depuración. Todo sigue igual, esperando a no se sabe qué.
Puede que la actual cuota para la depuración no sea rentable, pero eso no es óbice, para que lenta y disimuladamente estemos envenenando a nuestras familias. La solución no es reparar o prolongar el emisario submarino, la solución es detectar el origen del ilegal vertido químico y depurar hasta el último m3. de detritus. Si no es rentable con la actual cuota, subirla o buscar una subvención que la haga viable y si hacen falta más depuradoras que se amplíen las existentes o se hagan cuantas sean necesarias. Pero no podemos seguir, solapadamente, jugando con nuestra salud.
Antonio Santana Rivero es ciudadano de Telde.



























Cachoqueso | Viernes, 07 de Noviembre de 2025 a las 18:59:40 horas
Buen artículo Don Antonio;
Aunque sigo pensando, que si esta contaminación cruzada, como Vd. opina (detritos y algo más), estaba dando visos de suceder y el emisario, que lleva toda la vida funcionando, sin una contaminación tan importante...
¿Quién controla dichos detritos/ vertidos a día de hoy, y por qué no han hablado los técnicos de dicha emisión, y si la cara política, de tal magnicidio, que sigue sin tranquilizar a la población, 1 mes después?.
¿Quién autorizó que esas jaulas, que ya de por si se encuentran al lado de un emisario ejercieran tal actividad, y fuera un ELEMENTO más de la contaminación que se produce diariamente?.
¿Qué hay del fondo marino que sostiene toda la basura generada por: heces, piensos, restos de peces?. ¿Por qué no se habla de ella y lo que es más acuciante, porqué no se ha limpiado aún, por parte de la empresa?.
... Y lo más problemático.... ¿volverá a suceder, dado el desconocimiento de su procedencia y mantenimiento, que nunca se ha producido, de unas jaulas que seguirán produciendo pescado muerto, no se sabe cuándo, dado que a día de hoy no las quieren retirar?....
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