El Cabildo de Gran Canaria ha completado la segunda pieza de su plan de apoyo al gran proyecto de ampliación y modernización de El Museo Canario con la adquisición del antiguo hogar infantil de San Rosalía, en Telde, propiedad hasta ahora de la sociedad científica. Además, la adquisición permite la salvaguarda del emblemático edificio en el casco de la ciudad teldense y su futuro uso sociosanitario por parte del Gobierno de la isla.
La compra, consumada esta semana ante notario por algo más de 4 millones de euros, permitirá a la entidad culminar el proceso de reforma y ampliación en el que está inmersa su sede en Vegueta con el respaldo decidido del Gobierno de la isla, pues se suma a la inyección financiera inicial de 4 millones, dinero que resultó crucial para romper con el bloqueo del proyecto tras más de una década. Ambas partidas suman por tanto 8 millones y forman parte del Plan Adiciones de Inversiones con Remanentes.
Así lo explicaron esta mañana en rueda de prensa el presidente del Cabildo, Antonio Morales, la consejera insular de Política Social, Isabel Mena, y el presidente de El Museo Canario, Diego López. “Aunamos memoria con el impulso definitivo de El Museo Canario, guardián de nuestra historia, conservación del patrimonio insular y futuro, en este caso a través de su próxima conversión en centro de referencia social y sociosaniaria en el casco de Telde”, resumió Morales.
El edificio de Santa Rosalía ha sido adquirido a través del Instituto de Atención Social y Sociosanitaria (IAS) del Cabildo. La consejera de Política Social subrayó que el proyecto que abordará su reconversión en espacio sociosanitario adaptado a las necesidades del siglo XXI mantendrá la fachada y los elementos arquitectónicos que lo distinguen.
Y, sobre todo, respetará el deseo del doctor Gregorio Chil y Naranjo, fundador de El Museo Canario, ya que el inmueble siempre estuvo destinado a fines sociales y a las personas más necesitadas. Y establece un coherente hilo de continuidad en el tiempo, ya que su gestión recayó durante un siglo en el propio Cabildo de Gran Canaria, que ahora será el titular de la propiedad.
“Ganamos un espacio fundamental y combinamos la protección del patrimonio histórico con el uso de un espacio que siempre ha estado vinculado a una misión social. Y se encuentra en un espacio urbano y rodeado de servicios, en sintonía con la filosofía de una atención inclusiva y centrada en las personas”, recalcó Mena.
El proyecto de El Museo Canario
Centrándose en el proyecto arquitectónico, Antonio Morales agregó que “la intervención que apoya el Cabildo y que lleva a cabo El Museo Canario dará lugar a un espacio museístico y de divulgación de referencia en Canarias y España. Y lo hará en el barrio de Vegueta, donde el Cabildo también avanza en la apertura del Museo de Bellas Artes de Gran, el MUBEA, o la reforma del CAAM. Son ejemplos del uso de la arquitectura y el urbanismo como herramientas para la transformación y la mejora de la sociedad insular y que cristaliza en múltiples proyectos más impulsados por el Cabildo en toda la isla”.
El presidente insular recordó también que El Museo Canario opera también como fondo concertado insular de arqueología en virtud del convenio suscrito en 2021, que conlleva además la subvención anual de 600.000 euros por parte de la Corporación. Además, este convenio está sustentado en la estrecha colaboración entre ambas partes para cumplir objetivos comunes.
“Esta aportación, que prácticamente dobla a la que existía anteriormente, está resultando vital para la conservación, restauración, catalogación y digitalización de los fondos, lo que facilita igualmente su investigación, divulgación y exhibición”, señaló.
“Las dos operaciones que hoy presentamos son magníficas para abordar el desarrollo físico del proyecto de El Museo Canario, lo cual es sumamente importante para la conservación del patrimonio que albergamos”, remachó el presidente de la institución científica, Diego López.
La finca, recuerda la entidad científica en una nota de prensa, era propiedad de El Museo Canario por el legado testamentario de su primer director, el teldense Gregorio Chil y Naranjo, quien a su vez la había heredado de la familia de su madre, Rosalía Naranjo Cubas. Fue su voluntad que el edificio estuviera dedicado a ofrecer servicios sociosanitarios, por lo que durante todo el siglo XX y parte del XXI funcionó como hospital de beneficencia, hospicio o centro de acogida de menores.
El propio Chil y Naranjo estableció la posibilidad de que El Museo Canario enajenara la finca, siempre que sus beneficios se destinaran a hacer posible el crecimiento de la institución que había impulsado en 1879 y dirigido hasta su fallecimiento en 1901. Esta condición, al igual que otras similares impuestas a otros elementos del patrimonio que el doctor legó a la Sociedad Científica, demuestra su visión atemporal, pues la herencia material de Chil y Naranjo ha sido clave para la supervivencia de El Museo Canario en diversas ocasiones, como lo es ahora la venta de la finca de Santa Rosalía.
Los ingresos obtenidos por el Museo Canario por esta venta posibilitarán la continuidad del proyecto de ampliación de sus instalaciones en Vegueta y la configuración de un gran centro científico y cultural para la conservación, el estudio y la difusión del patrimonio histórico canario.


























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