
El entrenador de la UD Telde, Tino Déniz, afronta una de las semanas más exigentes desde su llegada al banquillo. Después de la derrota en Arona ante el Marino, el técnico ha centrado su discurso en la serenidad, el trabajo y la autocrítica como herramientas para salir de la zona baja. “Después de una derrota abultada como la del domingo, claro que duele, pero lo importante es reconocer los errores. Les pedí a los jugadores que aprendieran de ellos, que asumieran lo que hicimos mal, sobre todo los fallos groseros. Siempre se cometen fallos, pero no de esa magnitud”, explicó.
Déniz insistió en que el equipo debe mantener la cabeza fría y evitar caer en la desesperación. “Mientras estemos a tiro de piedra de salir, no hay que perder la calma. Estamos a un partido, a tres puntos. El problema sería si los demás siguieran sumando y nosotros no. Hay que seguir trabajando y mejorando jornada a jornada para encontrar otro ritmo de competición".
El técnico reconoció que el golpe en Arona fue "duro", pero prefiere convertirlo en una lección. “Las derrotas enseñan mucho. Hay que mirar hacia adelante y no recrearse en lo negativo. Lo importante es cómo reacciona el equipo y qué aprende de cada tropiezo".
Durante la semana, la plantilla disputó un amistoso ante el juvenil A del Arucas que permitió dar minutos a los menos habituales y observar a jugadores juveniles del club. “Nos sirvió para ver a los que habían tenido menos protagonismo y también a algunos chicos jóvenes que están viniendo a probar. Quiero conocerlos, ver si pueden participar en los entrenamientos del primer equipo y, con el tiempo, en alguna convocatoria”, comentó Déniz.
La enfermería sigue siendo una de las principales preocupaciones del entrenador. “Siguen los mismos de siempre: Manuel Alemán, Pedro Relloso… La buena noticia es Álvaro, que nos ha dado una alegría esta semana. No llegará al domingo, pero ha mejorado mucho y probablemente la próxima semana podrá entrenar con el grupo".
Pese al difícil inicio de campeonato, Déniz considera que el grupo está asimilando sus ideas. “Poco a poco el equipo va entendiendo lo que quiero. Estoy implantando mis conceptos y, aunque lleva tiempo, se nota evolución. Lo que pasa es que la categoría es durísima: cualquiera te complica un partido. Aquí no hay rivales cómodos ni campos sencillos".
El técnico no oculta las dificultades, pero mantiene el optimismo. “Perder nunca es agradable, ser colista tampoco. Pero no queda otra que seguir trabajando e intentar mejorar. Si no se puede sumar de tres, hay que sumar de uno. La liga es larga y los equipos que más progresan son los que saben mantenerse firmes en los momentos difíciles".
Sobre la falta de miedo ante los grandes rivales, fue contundente: “Eso no existe en el fútbol. Respeto, siempre; miedo, nunca. Si alguien tiene miedo, debe dedicarse a otra cosa.” inalmente, Déniz recalcó que su prioridad inmediata no es mirar la clasificación, sino consolidar una identidad de juego. “El trabajo es lo que nos sacará adelante. Con tranquilidad, compromiso y confianza, los resultados llegarán. No hay otra manera.”
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