
Vecinos de la calle Raimundo Lulio de La Pardilla han manifestado su apoyo a que la entrada principal al barrio permanezca cerrada, una medida tomada por el Cabildo de Gran Canaria que ha generado división de opiniones entre los residentes.
Los vecinos favorables al cierre sostienen que la vía presentaba "problemas de peligrosidad" y "exceso de velocidad". Al contrario de los partidarios de la apertura, estos vecinos sostienen que la restricción al tráfico ha supuesto una "mejora significativa" en la seguridad y el "descanso" de las personas que viven junto al tramo afectado.
Según expresan en un comunicado remitido a TELDEACTUALIDAD, “durante años se ha convivido con una circulación peligrosa y a gran velocidad, sin que las solicitudes de instalación de badenes o medidas reductoras fueran atendidas”. Aseguran que en el último año y medio se han producido accidentes y atropellos de animales domésticos, y que el tránsito de motocicletas “alcanzaba velocidades que hacían temer una tragedia mayor”.
Los firmantes indican que el cierre ha permitido recuperar la "tranquilidad del entorno" y que la calidad de vida "ha mejorado notablemente”. Consideran que por "apenas un minuto" de trayecto adicional "no puede ponerse en riesgo la seguridad de todo un vecindario” y piden que se priorice la protección de los residentes "frente a la comodidad de quienes utilizan la vía como acceso rápido".
Asimismo, apuntan que la nueva organización del tráfico “ha mejorado la fluidez en la autovía”, y reclaman que el Ayuntamiento de Telde mantenga el cierre “para garantizar un entorno seguro donde los niños puedan jugar y los vecinos desplazarse sin miedo”.
Más residentes se suman en apoyo de la medida
Tras la publicación de la versión de vecinos de la parte baja de La Pardilla, otros residentes, que habitan en la parte alta del barrio, por encima de la iglesia, se han sumado a las voces que respaldan el cierre de la carretera mencionado en el último comunicado municipal, coincidiendo con la opinión de algunos residentes de la calle Raimundo Lulio.
“Consideramos que el cierre ha aportado más seguridad al barrio. La entrada y salida siguen siendo accesibles, con apenas unos minutos de diferencia, y creemos que es cuestión de acostumbrarse. En general, valoramos positivamente el cambio”, señalan desde la comunidad vecinal.
No obstante, insisten en que el debate no debería centrarse únicamente en la reapertura del vial, sino en reclamar mejoras reales en materia de seguridad vial. “En nuestra zona no hay aceras, no existen badenes ni control de velocidad, y los adelantamientos son continuos en una carretera muy estrecha y de doble sentido, lo que supone un riesgo para peatones y conductores”, añaden.
Los vecinos también reclaman la instalación de badenes en la bajada de Makro, donde aseguran que los vehículos circulan con exceso de velocidad, así como un mayor control policial para reducir el riesgo de accidentes.
En definitiva, el sentir general del vecindario es que las reclamaciones deben enfocarse en que las autoridades competentes adopten medidas eficaces de control y seguridad en toda la vía, más allá del debate puntual sobre la reapertura del tramo cerrado.
Comunicado íntegro de los partidarios del cierre
Los vecinos de la Calle Raimundo Lulio defendemos el cierre de la entrada de La Pardilla
Quisiera dar voz a los vecinos que realmente vivimos en la zona afectada por el cierre de la entrada de La Pardilla, especialmente a los que residimos en la Calle Raimundo Lulio. Hablo en nombre de la mayoría de quienes habitamos este tramo y queremos expresar nuestro apoyo firme a que el cierre sea permanente.
Durante años hemos convivido con la peligrosidad de esta carretera. Muchos de los que ahora reclaman su reapertura no viven aquí; residen más adentro del barrio y lo único que les preocupa es ahorrar un minuto en su trayecto diario. Sin embargo, ese minuto que ellos ganan supone para nosotros poner en riesgo nuestra seguridad cada día.
Quienes vivimos en esta calle hemos solicitado en reiteradas ocasiones la instalación de badenes u otras medidas que redujeran la velocidad del tráfico, sin obtener respuesta. Algo tan cotidiano como sacar la basura se convierte en un acto de riesgo: los vehículos circulan a altas velocidades, a escasos metros de nuestros cuerpos, sin importarles el peligro que generan.
En el último año y medio, dos perros han sido atropellados y se han producido varios accidentes entre vehículos que circulaban a gran velocidad y coches de vecinos estacionados. Las motocicletas, además, alcanzan velocidades tan excesivas que tememos que cualquier día ocurra una tragedia mayor, afectando incluso a personas.
Desde el cierre de la carretera, nuestra calidad de vida ha mejorado notablemente. La tranquilidad, la seguridad y el descanso por fin forman parte de nuestro día a día. Por apenas un minuto de desvío en la nueva ruta, no puede ponerse en juego la seguridad de todo un vecindario. Las personas vivimos en nuestras casas, no en los coches, y debe prevalecer la calidad de vida de los vecinos sobre la comodidad de llegar un minuto antes.
Además, el tráfico en la autovía ha mejorado visiblemente gracias a esta nueva organización, como reconocen muchos conductores que la utilizan a diario.
Por todo ello, quienes realmente vivimos en la zona afectada decimos con firmeza: no a la reapertura de la carretera. Defendemos un barrio seguro, donde los vecinos puedan dormir tranquilos, los niños jugar en la calle y la gente hacer deporte sin miedo. La felicidad y la seguridad de las personas deben estar siempre por encima de un simple minuto de trayecto.
Fefa | Viernes, 10 de Octubre de 2025 a las 22:09:48 horas
Me parece indignante que sean tan egoístas y solo piensen en ellos mi calle y muchas más tienen más d tanto como esa calle vamos a pedir que la cierren haber en fin , ojalá la reabran
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