Statistiche web
El tiempo - Tutiempo.net
695 692 764

Lunes, 06 de Octubre de 2025

Actualizada Lunes, 06 de Octubre de 2025 a las 20:53:31 horas

Opinión

Más pastillas, menos conciencia: el fracaso silencioso de nuestra forma de vivir

Esteban Rodríguez

ESTEBAN RODRÍGUEZ Lunes, 06 de Octubre de 2025 Tiempo de lectura: Actualizada Lunes, 06 de Octubre de 2025 a las 18:30:45 horas

Vivimos dormidos: solo reaccionamos cuando ya es tarde

 

Queremos vivir bien. Queremos sentirnos sanos, plenos, capaces de disfrutar la vida. Pero, en la práctica, esa aspiración se queda muchas veces en un deseo superficial.

 

Nos ocupamos de nuestra salud, de nuestras emociones o de nuestro bienestar cuando ya es tarde, cuando algo nos rompe o nos supera. Solo ante la enfermedad, una lesión o una crisis vital, solemos detenernos y preguntarnos qué está pasando. Y aun así, lo hacemos a medias.

 

Con frecuencia, buscamos la salida más rápida: una pastilla, un tratamiento puntual, un consejo inmediato que nos quite el dolor y nos devuelva a la rutina. Pero rara vez nos preguntamos por qué ese dolor apareció en primer lugar, qué lo originó o qué tiene que enseñarnos.

 

La píldora que nunca cura: por qué seguimos viviendo en la superficie

 

Vivimos en la cultura de la inmediatez. Lo queremos todo rápido, sin esfuerzo, sin detenernos demasiado. Ante el malestar, pedimos soluciones exprés: una píldora que nos ayude a dormir, otra que calme la ansiedad, un suplemento que nos dé energía, un “parche” que disimule lo que no funciona.

 

El síntoma es una señal, un aviso. Y si lo silenciamos sin atender a lo que lo provoca, tarde o temprano volverá, quizá con más fuerza.

 

La píldora rápida nos devuelve momentáneamente la ilusión de bienestar, pero no nos transforma. El resultado: una vida en la que sobrevivimos más que vivimos, en la que nos mantenemos en la superficie sin bucear en lo que realmente importa.

 

La enfermedad de la prisa: anestesiados y sin profundidad

 

Esa superficialidad no solo se refleja en la manera en que cuidamos la salud. También afecta a la forma en que nos relacionamos con nosotros mismos y con los demás.

 

No nos escuchamos lo suficiente. Vamos demasiado deprisa, saltando de una actividad a otra, de una pantalla a otra, sin tiempo para preguntarnos cómo estamos en realidad. El ruido exterior ocupa tanto espacio que apenas oímos lo que pasa dentro.

 

Si no hay relación auténtica con uno mismo, tampoco puede haberla con los demás.

 

Queremos vivir bien, pero no hacemos nada por lograrlo

 

Quizá el mayor síntoma de esta desconexión sea que nos hemos olvidado de preguntar. Preguntar de verdad.

 

No basta con preguntarse cómo quitar un dolor. La cuestión profunda es: ¿qué me quiere decir este dolor?
 

No basta con preguntarse cómo ganar más tiempo. La verdadera pregunta es: ¿qué quiero hacer con el tiempo que ya tengo?
 

No basta con preguntarse cómo calmar la ansiedad. La pregunta es: ¿qué vacío estoy intentando llenar con tanta prisa?
 

Formular buenas preguntas es mucho más importante que obtener respuestas rápidas.

 

El precio de no escucharnos: vidas superficiales y fácilmente manipulables

 

En este contexto, no es extraño que muchas personas vivan con una sensación de insatisfacción permanente.

 

Nos dejamos llevar por impulsos, por la urgencia de consumir, responder, actuar. Y así, sin darnos cuenta, vivimos desconectados no solo de nosotros mismos, sino también del entorno: de la naturaleza que nos sostiene, de los alimentos que nos nutren, de los vínculos humanos que podrían darnos profundidad.

 

Cuanto más lejos estamos de nuestra propia calma, más necesitamos estímulos externos para llenar el vacío. Y más buscamos soluciones rápidas que no resuelven nada.

 

Nos cuidamos cuando ya estamos rotos

 

Pero esta no tiene que ser la única forma de vivir. La crítica no es un rechazo, sino una invitación. Señalar lo que falta es también abrir un espacio para lo que puede ser.

 

Podemos elegir cuidarnos antes de rompernos. Escucharnos antes de que el dolor nos obligue a detenernos. Preguntarnos antes de buscar respuestas inmediatas. Y, sobre todo, aprender a estar presentes en lo que hacemos, en lo que sentimos, en lo que somos.

 

La propuesta: otra forma de vivir

 

Aquí aparece una filosofía práctica que sintetiza este llamado a la consciencia:


MAXIMÍN, momentos de máximos con lo mínimo.

 

No es una teoría abstracta ni un sistema rígido. Su fuerza está en la sencillez. Propone tres pilares:

 

Presencia → estar estando, escuchar lo que ocurre en uno mismo y en el entorno.
 

Calma → observar sin juicio, responder desde la serenidad en lugar de reaccionar con impulso.
 

Amor → abrirse a una mirada amplia, hacia uno mismo, hacia los demás y hacia el entorno.
 

En lugar de recurrir siempre a píldoras químicas, MAXIMÍN ofrece píldoras de consciencia: pequeñas reflexiones, metáforas y preguntas que iluminan el camino.

 

Píldoras MAXIMÍN

 

“Lo que no escuchas en calma, tu cuerpo te lo gritará en dolor.”
 

“Cada instante es un regalo que se disuelve, como la ola en la orilla.”
 

“Respira como quien bebe agua: lento, con gratitud.”
 

Reflexión final

Es posible que nos sintamos empujados a buscar soluciones rápidas y a vivir en la superficie. Pero podemos elegir otro camino: cultivar la profundidad, formular preguntas valiosas, escucharnos con calma.

 

La filosofía MAXIMÍN es una invitación a hacerlo. A recuperar la presencia en lo cotidiano, a transformar cada instante en un momento genuino. Porque cuando aprendemos a vivir con lo mínimo, descubrimos que tenemos lo máximo.

 

Esteban Rodríguez García es coach en gestión emocional y mindfulness.

Comentar esta noticia

Normas de participación

Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.

Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.

La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad

Normas de Participación

Política de privacidad

Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.222

Todavía no hay comentarios

Quizás también te interese...

Quizás también te interese...

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.