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Lunes, 06 de Octubre de 2025

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Rostros de Telde

Alejandro Jiménez, encargado de material de la UD Telde

Llegó al club en 2007 y se ha convertido en una de las figuras fundamentales de los cuerpos técnicos

JUAN ANTONIO HERNÁNDEZ/Telde Domingo, 05 de Octubre de 2025 Tiempo de lectura: Actualizada Domingo, 05 de Octubre de 2025 a las 16:46:59 horas
Alejandro Jiménez, encargado de material de la UD Telde (Foto: Juan Antonio Hernández)Alejandro Jiménez, encargado de material de la UD Telde (Foto: Juan Antonio Hernández)

El fútbol se sostiene sobre una red de oficios silenciosos que garantizan el orden del juego y la continuidad de los clubes. Detrás las alineaciones, fuera del campo de fútbol y al magen de las ruedas de prensa existen tareas que exigen disciplina, método y lealtad. La estructura de un equipo depende del talento de quienes lo representan en el campo y también del rigor de quienes lo preparan todo antes de que ruede el balón. En ese territorio sin focos reside en dos figuras esenciales: el delegado y el encargado del material.

 

Alejandro Jiménez Ortega (El Calero, 20 de diciembre de 1979) forma parte de ese engranaje invisible en la UD Telde. El multifacético teldense atiende a este periódico en el cuarto del material de El Hornillo, justo al lado del vestuario de los árbitros. Desde hace más de quince años su trabajo preserva la vida interior del equipo. “Yo vine aquí por primera vez a echarle una mano a un entrenador y a raíz de ahí me quedé dentro de los cuerpos técnicos, tanto de material como de delegado. Básicamente siempre he estado de delegado, pero muchos años también de encargado de material”.

 

Llegó al club en torno a 2007, cuando aún nadie imaginaba que se convertiría en una figura indispensable. “Vine para ayudar y me quedé. Me motiva estar con los grupos de personas que me encuentro y el amor por el club, sobre todo”. Desde entonces, combina funciones que unen logística, convivencia y responsabilidad.

 

Su jornada comienza antes de que el campo despierte. Abre el vestuario, revisa el botiquín, acomoda las indumentarias y prepara balones, petos, picas cónicas o lo que sea. “Me aseguro de que a los jugadores no les falte nada, tanto material deportivo como la ropa que llevamos. Que ellos no tengan que preocuparse de nada, que todo va a estar disponible”.

 

El vínculo con el Telde se forjó mucho antes de su trabajo actual. Jiménez declara que su padre le traía al campo allá en los años noventa, cuando el equipo estaba en Segunda B. “Venir un domingo por la mañana y ver al Telde jugando contra equipos peninsulares significaba mucho para un teldense”.  En aquellas gradas nació el afecto que hoy se ha convertido en compromiso vital. “Para mí el Telde lo es todo, tanto como socio como trabajador del club. Llevo muchos años y siento al equipo como nadie. No más que nadie, pero sí como mucha gente que quiere al Telde”.

 

Jiménez ha pasado por distintas etapas y clubes: el extinto Universidad de Las Palmas, UD San Gregorio, CD Calero y UD San Fernando. En el primero estuvo como encargado de material unos cuantos años. “Una bonita experiencia también, muy buena gente allí”, asegura.

 

De cada etapa conserva recuerdos y amistades. “Con todos los entrenadores me he llevado bien. Al final estás conviviendo con ellos en un vestuario; hay buenas y malas temporadas, pero de todos me llevo la amistad. Si no se cumplieron los objetivos, eso ya es tema del fútbol. A nivel personal, con todos he salido bien porque siempre he dado con buenas personas”.

 

Los árbitros también forman parte de su experiencia: “El delegado tiene que estar pendiente de los árbitros y que no les falte nada. Que vengan a tu casa y se sientan como si estuvieran en la suya, y ayudarles en todo lo posible”. Y aunque los trencillas tienen mala fama, él los conoce muy bien y los entiende: “Hay muchos árbitros buenos. Arbitrar un partido de fútbol no es fácil. En hora y media se cometen muchos fallos, como los cometen los jugadores. Al final ellos son los que tienen la última palabra y nadie está de acuerdo, pero es muy complicado”.

 

Como socio de la UD Telde, Jiménez habla desde la experiencia de los años duros. “Lo que ha hecho esta directiva no tiene nombre. Si no llega a ser por ellos, el Telde seguramente no hubiera estado ni en competición. Todos los que queremos al equipo tenemos que agradecerles lo que han hecho. impagable”.

 

La resurrección del club tras la crisis de 2017-2019 forma parte de su memoria más reciente. Incluso llegó a perder la esperanza por el escudo que ahora porta en el lado izquierdo del pecho. “Como socio estaba dando por muerta a la entidad. Gracias a esta directiva que entró, con Juan Francisco Morales, Fran Navarro [ahora en la FIFLP], Roberto Medina y Daniel Ascanio han hecho un trabajo encomiable”.

 

Esa época, en la que la institución estuvo más cerca de la morgue que del césped, ha quedado atrás y ahora recuerda con entusiasmo el último ascenso. “El club cumplió un objetivo de llevar al equipo de la ciudad a donde se merece. Sabía que lo iba a conseguir porque la directiva está haciendo mucho esfuerzo, y lo ha hecho muy temprano". También conserva los momentos difíciles. “Los descensos fueron los peores recuerdos, cuando bajamos a Primera Regional”.

 

El ascenso del Telde a Tercera devolvió esperanza a la afición. “El club ha ido hacia arriba. Hace unos años había poca cadena debido a las penurias, pero con esta directiva ha sabido reponerse. Ahora mismo ha dado un giro impresionante. Los equipos de la cadena tienen buenas categorías y el club va a más”.

 

Su relación con el entorno humano define la naturaleza de su oficio más allá de las paredes de los estadios. “Sigo hablando con muchos de ellos y con otros mantengo contacto por teléfono o por redes”. Esa red de vínculos representa la dimensión social de su trabajo, de la que advierte a los futuros delegados que es absolutamente imprescindible: “A quien esté pensando en meterse en este mundillo le digo: te tiene que gustar y venir con ilusión, porque estás a expensas de un grupo de personas para que no les falte de nada”.

 

Alejandro Jiménez acumula un cuarto de siglo ejerciendo de delegado y encargado de material, lo cual no le resulta impedimento para mantener la vitalidad. “Vengo con la misma ilusión como si fuera el primer día”, dice. “Sé que me voy a encontrar un buen grupo de trabajo y vengo comodamente a desarrollar mi tarea

 

El cierre de la jornada laboral repite un mismo gesto. Revisa los materiales, ordena las taquillas y apaga las luces. “Me gusta cerrar el vestuario. Es el momento en que pienso en todo lo que hemos hecho y en lo que viene". En esa rutina se resume el sentido de su vida en el club. “Mientras el Telde siga jugando, seguiré ayudando en lo que pueda”.

 

Su figura simboliza el hilo invisible del fútbol del campo hacia los vestuarios. Representa el tipo de fidelidad que sostiene el fútbol regional y mantiene viva la identidad de una ciudad. Alejandro Jiménez pertenece a ese linaje de trabajadores que hacen posible cada jornada sin ocupar portadas.

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