
Un hito histórico para varios barrios de medianías de Telde. El alcalde Juan Antonio Peña acaba de anunciar, a las 18.00 horas, en el antiguo colegio de La Solana, que desde ese mismo momento los vecinos de La Solana, Valle Casares, Barranco García Ruiz y Palmital Bajo disponen de agua potable todos los días, poniendo fin a décadas de restricciones que limitaban el suministro a solo tres jornadas semanales y afectaban a unas 800 personas, confirmándose así lo avanzado días atrás que hoy daría a conocer "resultados tangibles" para estos barrios teldenses.
El antiguo colegio de La Solana fue escenario este lunes 29 de septiembre, de un acontecimiento que quedará grabado en la memoria colectiva de varios barrios de medianías de Telde. El alcalde, Juan Antonio Peña, anunció ante decenas de residentes que, desde ese mismo instante, los vecinos de La Solana, Valle Casares, Palmital Bajo y el Barranco García Ruiz dispondrán de suministro diario de agua potable, poniendo fin a décadas de cortes que limitaban el servicio a apenas tres días por semana y que afectaban directamente a unas 800 personas.
De la incredulidad a la emoción
Muchos de los presentes llegaron al encuentro con escepticismo. Acostumbrados a escuchar promesas incumplidas, esperaban un discurso más, sin resultados concretos. Sin embargo, la sorpresa fue mayúscula cuando Peña confirmó que las tuberías ya estaban funcionando con normalidad y que, por primera vez en generaciones, podrían abrir el grifo todos los días de la semana.
La incredulidad inicial dio paso a un ambiente cargado de emoción. Vecinos se abrazaban, otros aplaudían de pie y algunos incluso rompieron a llorar. Lo que para la mayoría es un gesto rutinario —abrir un grifo— se convirtió para estos barrios en un acto histórico de justicia social.
Un logro trabajado en silencio
El alcalde estuvo acompañado por el concejal de Aguas, Juan Francisco Jiménez, y por el gerente de la empresa mixta Aguas de Telde, Luis Rúa-Figueroa, quienes coincidieron en subrayar la magnitud de este avance. Durante su intervención, Peña recordó que nunca quiso “prometer lo que no podía garantizar”, ni en campaña electoral ni en sus años de oposición.
“Preferí trabajar en silencio, con informes, estudios y gestiones constantes. Sabía que no podíamos permitirnos más frustraciones. Hoy, por fin, podemos decirlo con orgullo: ya tienen agua todos los días de la semana”, declaró el alcalde
La noticia marca un antes y un después en la relación de los vecinos con la institución municipal, tras años de sentirse relegados y olvidados.
Un problema enquistado
El déficit en el suministro de agua ha sido uno de los problemas más enquistados en la historia reciente de Telde. Los habitantes de La Solana y Valle Casares llevaban décadas denunciando los cortes, que no solo dificultaban la vida diaria, sino que también encarecían las facturas: al restablecerse el servicio, el aire en las tuberías disparaba el consumo registrado.
La situación generaba graves consecuencias en la salubridad de las viviendas y obligaba a muchas familias a organizar su vida en torno a un calendario hídrico. Cocinar, lavar la ropa o asearse dependía de si “tocaba” agua ese día, un sistema propio de otra época que generaba indignación y sensación de abandono.
La solución: un pozo en Santa Brígida
El logro anunciado este lunes es el resultado de dos líneas de actuación abiertas por el Ayuntamiento desde 2023. La primera, aún en marcha, consiste en llevar agua desalada desde la planta de Salinetas hasta estas medianías. Para ello, el Consistorio solicitó al Cabildo de Gran Canaria 1,4 millones de euros destinados a ampliar la producción y canalización. Peña recordó que el gobierno anterior perdió cerca de 2 millones que habían sido concedidos para la misma finalidad “y nunca se ejecutaron las obras”.
La segunda línea, que resultó decisiva, fue la búsqueda de pozos disponibles en la isla. Tras un exhaustivo estudio se localizó uno en Santa Brígida, que cumplía con los requisitos de calidad y caudal. A partir de ahí, se revisaron y repararon las canalizaciones existentes hasta La Solana y Valle Casares, se realizaron pruebas sucesivas, se emitieron informes sanitarios y se ejecutaron ajustes técnicos hasta confirmar, el pasado miércoles, que el suministro podía garantizarse sin interrupciones.
“Preferí callar, aguantar críticas y no anunciar nada hasta tener todos los informes favorables. Otros vinieron aquí a prometer y a engañar. Yo he venido a cumplir”, afirmó Peña en referencia a quienes lo acusaban de inacción
Beneficios inmediatos y dignidad recuperada
El impacto del suministro diario será inmediato y profundo. Las familias podrán organizar su día a día sin depender de un calendario de cortes, mejorando su calidad de vida. Desde un punto de vista sanitario, se asegura la higiene básica y el bienestar de los colectivos más vulnerables. Y, a nivel social, se devuelve a estos barrios la dignidad y la confianza en las instituciones.
Los vecinos, al regresar a sus casas tras el acto, comprobaron por sí mismos que el agua corría ya por los grifos de forma continua. Un gesto sencillo, pero cargado de simbolismo, que marca el fin de una etapa de carencias.
Un cambio histórico en Telde
El anuncio supone algo más que una mejora técnica: es la corrección de una desigualdad histórica en el acceso a un servicio básico. A partir de ahora, abrir un grifo en La Solana o en Valle Casares deja de ser un acto condicionado por la incertidumbre para convertirse en un derecho garantizado.
La ciudad de Telde escribe así una nueva página en su historia reciente. Un triunfo colectivo que demuestra que, con trabajo riguroso, paciencia y voluntad política, es posible revertir situaciones de injusticia que parecían enquistadas para siempre.
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