
La pasada noche, operarios del Cabildo de Gran Canaria procedieron a cerrar definitivamente el acceso a La Pardilla desde la GC-1, donde hasta ahora quedaba un hueco lateral junto a la barrera de bloques de hormigón.
El espacio estaba siendo utilizado de forma reiterada por ciclomotores que sorteaban la barrera, accediendo de manera indebida a la vía, según explicaron fuentes vecinales. Aunque los coches no podían atravesar, las motos sí lo hacían, incluso en maniobras arriesgadas.
La situación, además de constituir un riesgo de seguridad vial, despertaba preocupación por la posibilidad de que este paso fuera aprovechado por conductores que intentasen huir de controles policiales. “Imagínate que alguien viene huyendo de la policía y entra por aquí con la moto; ya no lo pueden coger”, señalaba un vecino que presenció la actuación.
Para evitar esta práctica peligrosa, el Cabildo envió un equipo de mantenimiento que soldó y reforzó el cierre con una valla metálica, eliminando así la posibilidad de paso por el lateral.
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