El caso del teldense Aythami Santana reaviva el debate sobre los clubes cannábicos

«Mi hijo no es ningún delincuente. Mi hijo no es un traficante de drogas», exclama con serenidad y firmeza Mabel Fernández, madre del teldense Aythami Santana, en declaraciones recogidas por el periódico Canarias7.

Santana, activista y presidente de la asociación cannábica Beletén, creada en 2009, se encuentra desde noviembre de 2024 en prisión, cumpliendo una condena de cinco años por los delitos de tráfico de drogas y asociación ilícita. Su caso ha despertado un intenso debate en el ámbito nacional y ha movilizado al movimiento cannábico, que denuncia la inseguridad jurídica en la que operan estas asociaciones.

Según la familia, el trabajo de Beletén siempre se basó en consumo exclusivo para socios, con fines que en muchos casos son terapéuticos, y en la lucha contra el narcotráfico. «Mi hijo siempre defendió este decálogo, contra el mercado de drogas y los traficantes. Ahora depende de qué tribunal juzgue a cada asociación», insiste la madre.

Ante esta situación, la plataforma de familiares y amigos de Aythami Santana ha convocado una marcha por su libertad y dignidad este sábado a las 11.00 horas, que partirá de la Ciudad de la Justicia de Las Palmas de Gran Canaria y concluirá en la prisión de Las Palmas I, donde cumple condena.

En un manifiesto, la plataforma denuncia que «estas condenas lanzan un mensaje equivocado, ya que parece preferible que los consumidores acudan al mercado ilegal antes que optar por un modelo de autogestión colectiva y responsable».

El movimiento también recuerda que en la última década los clubes cannábicos y sus usuarios han perdido derechos, hasta desembocar en situaciones como la de Santana: «Un activista, cultivador y presidente de una asociación está en prisión por proteger la salud de los socios y defender un modelo avalado en múltiples ocasiones tanto a nivel estatal como internacional».

A través de la web www.aythamilibertad.com se ha abierto un espacio para difundir su caso y recoger apoyos, con el objetivo de dar visibilidad a esta situación y reclamar una regulación clara de las asociaciones cannábicas en España.