
La tarde del lunes 22 de septiembre, la ermita de San Pedro Mártir se transformó en un templo de la palabra. Bajo sus muros históricos comenzó el XI Festival Poético Luis Natera, con la emoción intacta de quienes cada año se reúnen para rendir homenaje al poeta y profesor que dejó su huella profunda en la memoria cultural de Telde.
El aire se impregnaba de solemnidad y cercanía. A las 19.30 horas, la presentación del poemario oficial de esta edición dio la bienvenida a una cita que va mucho más allá de lo literario: es un acto de continuidad, un puente entre la obra de Luis Natera Mayor y las nuevas voces que la recogen. Cuatro cuadernos, cuatro latidos de papel, marcaron el inicio de un festival que seguirá resonando durante toda la semana.
La escritora Carmen Saavedra García, encargada de conducir la velada, recordó la vigencia de la poesía de Natera, ese verbo que aún palpita en cada rincón de la ciudad. Y luego, uno a uno, comenzaron a alzarse los versos.
Los nombres se sucedían —Inmaculada Betancor, Adolfo García, Mercedes Eylo, Gloria Sastre, Estefanía Sosa Vega, Teresa Delgado, Conchi Miranda, Julio Pérez, Jesús Ruiz Mesa Orlando Auyanett, entre otros—, y con ellos las voces, los timbres distintos que tejían un tapiz coral. Cada recitador ponía su sello, pero todos compartían la misma brújula: mantener vivo el eco de Natera, su forma de entender la poesía como camino y resistencia.
El público escuchaba en silencio, entrelazando recuerdos y descubrimientos. Afuera caía la tarde sobre San Juan, pero dentro la palabra iluminaba el espacio, multiplicando la memoria. Era un arranque cargado de emoción, un recordatorio de que la poesía sigue siendo necesaria, porque une, porque sana, porque nombra lo que a veces cuesta decir.
El concejal de Cultura, Juan Martel, ausente por motivos de salud, subrayó que este festival “es una cita que conecta a Telde con la palabra y la memoria, pero también con la identidad cultural de la ciudad”. Y esa identidad quedó escrita, una vez más, en la voz de todos los que se sumaron a esta apertura.
El Festival continuará recorriendo lugares emblemáticos como la Biblioteca Saulo Torón, el Molino del Conde y la playa de Salinetas, hasta regresar de nuevo a la ermita el viernes 26, para la clausura oficial con poesía y pintura como aliadas.
Pero lo de este lunes quedará como la chispa inicial: versos compartidos en un espacio íntimo, donde Luis Natera volvió a estar presente, recordando que la poesía, cuando es verdadera, nunca se despide.
Reportaje gráfico del acto inaugural del XI Festival Luis Natera
Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.19