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Jueves, 25 de Septiembre de 2025

Actualizada Jueves, 25 de Septiembre de 2025 a las 18:15:53 horas

Desde la acera del frente

Prostitución y trata

Gregorio Viera

GREGORIO VIERA VEGA Lunes, 22 de Septiembre de 2025 Tiempo de lectura: Actualizada Lunes, 22 de Septiembre de 2025 a las 13:15:49 horas

El próximo día 23 de septiembre es el Día Internacional contra la Explotación Sexual y la Trata de Personas, por tal motivo, lo adelanto en mi reflexión semanal, pues en los próximos días se van a desarrollar unas Jornadas de sensibilización “Prostitución en la Cultura” a través de la Asociación Daniela Oblatas.

 

La prostitución y la trata de mujeres y niñas con fines de explotación sexual no son fenómenos aislados; constituyen el sítoma más brutal de un sistema patriarcal que mercantiliza los cuerpos femeninos. Es precisamente en el patriarcado donde radica el origen de ambos fenómenos. Todas las corrientes feministas coinciden en que la prostitución y la trata existen debido a una demanda masculina que consume cuerpos de mujeres en contextos de impunidad.

 

Esta demanda se alimenta de ideas patriarcales que cosifican a la mujer y la conciben como un objeto al que se puede acceder sexualmente mediante pago. La trata es la expresión más violenta de esta dinámica, donde el cuerpo de la mujer es literalmente robado, secuestrado y vendido.

 

Dentro del movimiento feminista también existen distintas perspectivas en relación con la prostitución. La corriente abolicionista, por ejemplo, considera la prostitución como violencia machista. Se sostiene que la prostitución es inherentemente explotadora e incompatible con la igualdad, ya que la distinción entre “voluntario” y “forzado” es engañosa. Nadie elige la prostitución en condiciones de igualdad real. 

 

La pobreza, la violencia previa, la falta de alternativas y las estructuras patriarcales constituyen coacciones que invalidan un consentimiento libre. Además, se aboga por la descriminalización de las mujeres en prostitución, que penaliza la demanda (a los clientes), el proxenetismo y la trata, al tiempo que ofrece alternativas reales de salida a las mujeres (vivienda, formación, apoyo psicológico). “Sin demanda, no hay trata”.

 

El feminismo regulacionista/pro-derechos: Esta perspectiva, asociada a parte del feminismo autónomo y a colectivos de trabajadoras sexuales, defiende que el principal problema es el estigma, la criminalización y la falta de derechos laborales. Distinguen claramente entre trata (delito) y prostitución (actividad). Afirman que muchas mujeres ejercen con cierto grado de agencia y que negarles esa capacidad es paternalista. El problema, señalan, no es el acto en sí, sino las condiciones precarias e inseguras en las que se ejerce, fruto de la clandestinidad.

 

En los últimos años ha surgido otra corriente: el feminismo interseccional. Se trata de una corriente feminista que reconoce que el género se cruza con otras categorías sociales como la raza, la clase, la orientación sexual o la discapacidad, creando experiencias de opresión y privilegio únicas y que no son simplemente una suma de partes. Este enfoque busca visibilizar las realidades de mujeres con múltiples identidades oprimidas y desarrollar soluciones que aborden la complejidad de la desigualdad en su totalidad, en lugar de centrarse únicamente en el género.

 

El feminismo interseccional añade una capa crucial de análisis: la prostitución y la trata afectan desproporcionadamente a mujeres racializadas, migrantes, empobrecidas y trans. No es casualidad. El sistema se ceba con los cuerpos más vulnerabilizados por el patriarcado, el racismo y el capitalismo. Cualquier solución debe, por tanto, ser interseccional y abordar estas múltiples opresiones.

 

Es posible que la solución no resida en optar por una postura simplista, sino en prestar atención a las diversas voces de las mujeres afectadas: las supervivientes de trata, las que ejercen la prostitución y las que militan en colectivos. A partir de sus experiencias, se podrían construir políticas que, ante todo, protejan sus derechos, su seguridad y su dignidad humana. La lucha común continúa siendo la erradicación del patriarcado que, en sus múltiples formas, perpetúa la explotación de las mujeres, vendiéndolas y comprándolas, incluso desde las esferas que aparentan oponerse a ella...desde la acera de enfrente.

 

Gregorio Viera Vega fue concejal del PSOE en el Ayuntamiento de Telde.

 

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