
Si Fernando Clavijo no convoca ahora elecciones, es porque no quiere: la reforma del Estatuto de Autonomía le permite disolver el Parlamento y citar a la ciudadanía en las urnas. Pero no tiene ningún incentivo. Razón: ¿para qué adelantar si tiene prácticamente seguro otro mandato? Para esto consumes lo que queda, menos de dos años, y luego le añades otros cuatro. Jamás pensó verse el lagunero en un panorama como este, tan idóneo
como distinto a los anteriores. La jugada de Gran Canaria le ha salido a la perfección. Y el PSOE (principal opositor) está arrinconado, próximo a vivir una situación similar a la de los soldados ingleses y franceses en Dunkerque en 1940; en los inicios de la Segunda Guerra Mundial cuando quedaron totalmente rodeados por la Alemania nazi.
Pensemos que durante la primera legislatura de Clavijo, Gran Canaria era el contrapunto. De hecho, eso representaba el Cabildo de Gran Canaria presidido por Antonio Morales. Es más, no se entiende el pacto de las Flores posterior (2019-2023) sin el precedente del agüimense en la Casa Palacio de Bravo Murillo. Pero eso es ya el mundo de ayer. Un mundo que no existe. NC resistió la embestida, pero CC la ha dividido. Y la jugada para Clavijo ha salido redonda.
Lo suyo es que en este momento el PP esté pensando en cómo quedarse con la institución insular que masculla (y con razón) que ya acaricia con los dedos. Está por ver cómo el partido de Teodoro Sosa, CC y la regidora de Mogán, Onalia Bueno, hacen las planchas electorales. Este sí será un momento delicado, quizá el único, para todos ellos, pues implicará sacrificios si aspiran (va de suyo) a casar las candidaturas. Ir por separado supondría competir entre ellos y la división castiga electoralmente.
Vamos, Clavijo atesora hoy por hoy un pronóstico presidencial plácido hasta 2031. Entonces, con el presidente sumando tres mandatos (discontinuos), tendrá CC que decidir entre Teodoro Sosa o Rosa Dávila. Ese dilema futuro dependerá, eso sí, de lo que logre Sosa en 2027. Mientras tanto, imperará la incertidumbre en Gran Canaria, que es lo que más le interesa a CC. A mayor zarandeo grancanario, el cielo electoral está más despejado para CC en el resto del archipiélago. Por eso, ocurra ya lo que ocurra, Clavijo ha ganado. Que Sosa pueda cumplir políticamente con los que le acompañan en su nuevo viaje es harina de otro costal: no hay cama para tanta gente. Pero esa es otra historia. CC ha logrado su propósito. Y Sosa y Dávila redoblarán esfuerzos para granjearse respectivamente méritos de cara a la candidatura presidencial en 2031.
























Incrédulo | Martes, 09 de Septiembre de 2025 a las 12:17:30 horas
Es decir, por esa regla de tres, no se tiene en cuenta además del auge de Teodoro, en las demás islas, ni el aumento de votos previsible, de los Vox y compañía.. Gana?. A ver.. Un presidente monotemático durante la mitad de la legislatura, con importantes problemas en: Sanidad, Educación, Servicios Sociales, sin contar, que Gran Canaria, carece de unos buenos servicios públicos en detrimento de Tenerife (no es pleito insular, se lo aseguro).. Sin contar que votar a este partido es votar al PP, dado que, los intereses son comunes. Es más pronostico un tripartito y veremos si preside. En fin, se nota el sesgo de este artículo.
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