A nuestra mamá

Mamita, Reyita...como pasa el tiempo, un año eterno sin tí... Todo está siendo muy duro...nadie te prepara para vivir sin tu mamá.

Tu silla vacía no es solo un lugar es un recordatorio de que el amor más grande y puro que conocimos ya no está físicamente, pero vive en cada recuerdo, en cada lágrima escondida y en cada intento que hacemos para salir adelante como tú nos enseñaste Rey.

Tú mamá sigues aquí en casa, en cada gesto, en cada paso, en nuestros corazones, con muchísimo dolor, sí, pero con la certeza de que tu amor nos acompaña "Siempre ". Y aunque la vida sin ti duela hemos aprendido abrazar tu recuerdo con amor y a sonreír por todo lo bonito que vivimos juntas.

Te sentimos día a día en casa, en las mariposas del jardín, en nuestros lugares preferidos, en nuestros hijos y en la que viene en camino... en nuestra fuerza, en nuestra forma de amar, eso nunca morirá y será eterno como lo serás Tú.

Todos los besos que vayan al cielo y el abrazo más inmenso.

Hasta que nos volvamos a encontrar, donde no nos separaremos jamás.

Te escribo desde las entrañas, desde un dolor sin antecedentes, desde mi deseo que todo sea un sueño, de qué no seas tu quien se fue. Te escribo desde esos dolores que nadie habla, de esas pérdidas que a todos nos llegan, pero que aprendimos a tapar con una sonrisa para intentar parecer fuertes frente al resto, o simplemente para cuidar el dolor de alguien más...

Quiero que sepas que aún dueles, como tus comidas que ya no están, las llamadas y mensajes que no llegan, tu carita llena de luz ... Mi corazón sigue echando de menos tu voz, sigue esperando que vuelvas para tomarnos él café que aún te espera...

Dicen que el tiempo lo cura todo, pero tengo la leve certeza de que no voy a superarte nunca. Jamás voy a entender porque te fuiste tan pronto...

Te amamos mamá

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