
La comunidad parroquial del Sagrado Corazón de Jesús, en La Garita, despidió este sábado 31 de septiembre al reverendo Samuel Alirio Aguilar Mazzey, sacerdote venezolano que durante tres años desarrolló una intensa labor pastoral en el barrio costero de Telde.
Con un templo lleno de fieles, ofició su última misa en La Garita antes de emprender viaje a su nuevo destino en Lanzarote. La emoción marcó una celebración en la que se destacó su cercanía, su capacidad de escucha y la impronta de su predicación, siempre marcada por sus raíces andinas venezolanas, que conectaban con la historia común entre Canarias y Venezuela.
En reconocimiento a su entrega, la comunidad parroquial y el Consejo Pastoral le hicieron entrega de dos presentes que el sacerdote recibió con visible emoción. “Se ganó el cariño de todos”, resumían los feligreses al término de la eucaristía.
El próximo jueves 4 de septiembre, Samuel Alirio Aguilar se reencontrará con las parroquias y parroquianos que le acompañaron en estos años en un acto especial en la parroquia de La Pardilla, donde se le brindará un nuevo homenaje de despedida.
Su nuevo destino pastoral lo llevará a desempeñarse como vicario parroquial de Nuestra Señora de la Encarnación en Haría, Nuestra Señora de Guadalupe y Santo Cristo de las Aguas en Teguise, San Ginés en Arrecife, además de capellán del Hospital General José Molina Orosa en Lanzarote.
Con esta partida, la comunidad de La Garita reconoce la huella de un sacerdote que con profunda fe, trato sencillo y palabra clara supo acompañar y fortalecer la vida cristiana de sus feligreses.





























Gladys | Lunes, 01 de Septiembre de 2025 a las 23:34:01 horas
Querido Samuel, su huella quedará siempre en mi corazón, al pronunciar unas palabras llenas de amor, cuando mi corazón estaba totalmente roto, mi madre será siempre la Rosa de la Virgen del Carmen. Así viva en este plano terrenal 100 años, no lo olvidaré nunca. Es usted un padre bueno, sencillo, y cuando dice la palabra llega a nuestros corazones. Sólo desearle lo mejor, en el ejercicio de su sacerdocio. Larga vida, salud, felicidad y el respeto de Dionisio, Echedey y Gladys. Bendiciones para usted, hoy y siempre.
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