Fascistas y negreros

El presidente de Canarias llamó ayer fascista al presidente de Vox. Fernando Clavijo gobierna en Canarias con el apoyo del Partido Popular mientras que el Partido Popular gobierna en comunidades autónomas y ayuntamientos con el respaldo de Vox. El PP es el punto de unión. 
 

Abascal arremetió contra el Open Arms, buque que rescata migrantes en alta mar, llamándolo barco negrero al que había que hundir. Desvaría en su maldad. El PP está más perdido que el barco del arroz: por un lado se somete a Coalición Canaria en el Archipiélago y por el otro a nivel nacional trata de contentar a Vox en las instituciones en las que no tiene mayoría absoluta. Quiere estar en misa y repicando.
 

Feijóo sabe que no puede enfadar a Vox porque la única manera de seguir manteniéndose en el machito en tantas comunidades autónomas y ayuntamientos es plegándose a las políticas machistas, clasistas, homófobas, xenófobas y majaderas de la ultraderecha.
 

España ha dejado de ser un país bipartidista, por lo que ahora los dos grandes partidos saben que si quieren gobernar tendrán que apoyarse a su derecha y a su izquierda. Se acabaron las mayorías absolutas.
 

Los niños extranjeros que no tienen tutor en España se están marchando de Canarias a la Península a cuentagotas, entre otras cosas porque el socio de CC en el Archipiélago se pliega a la ultraderecha en las políticas migratorias y sabotea en el Congreso los acuerdos entre el PSOE y CC. Por eso y por simple egoísmo, racismo y aporofobia. 
 

Las comunidades de la derecha no pusieron ninguna pega a la distribución de 300.000 ucranianos en España, una tercera parte de ellos niños, tras los ataques de Rusia. En cambio, si los menores no acompañados son de Malí, donde hay una guerra civil interminable y una conculcación de los derechos humanos, los populares los rechazan con el frágil e infumable argumento de que no tienen instalaciones para acogerlos. 
 

Madrid es la comunidad que lidera la rebelión y el rechazo al reparto de los niños que están hacinados en Canarias. Ayuso no puso ninguna pega a la entrada y a la acogida de niños ucranianos pero pone todas las objeciones a los menores africanos. Y eso que ella no es rubia ni tiene los ojos azules, pero se cree de una raza superior. 
 

Ayuso fue capaz de levantar en tres meses durante la pandemia el Hospital Zendal, que salió carísimo (alrededor de doscientos millones de euros) pero es incapaz de acomodar instalaciones para la acogida de niños africanos. Es miserable, ruin y canalla no acoger a niños abandonados solo por joder la pavana al Gobierno de España.
 

Si el presidente de España fuera hoy Feijóo, todos esos barones autonómicos tan rebeldes y valientes se pondrían firmes. Esta semana, sin ir más lejos, el PP ha pedido la comparecencia de varios ministros para explicar qué ocurrió y cómo se gestionó la extinción de los incendios forestales. 
 

Mucho más fácil habría sido que Feijóo convocara a sus presidentes autonómicos, que son realmente los responsables competentes en extinción de incendios forestales. Aunque en este caso se han comportado más como irresponsables incompetentes.
 

Lo que ha hecho el PP en el Senado citando a los ministros por los incendios es como si el PSOE convocara en el Congreso a los presidentes autonómicos para que explicaran sus presupuestos de Defensa, Exteriores o de Justicia, asuntos en los que no tienen ninguna competencia. Surrealismo político integral. 
 

Que un político tan moderado como Clavijo haya llamado fascista a Abascal es muy significativo. Siempre se ha querido descalificar a los que utilizan esa palabra en la disputa política por considerarla propia de extremistas radicales. Clavijo no entra en esa definición. Por eso es preciso tenerlo en cuenta.