
Todo el mundo sabe quién marca las directrices a seguir en el gobierno de este país. Se puede ser de izquierda, de centro, o de derecha, pero a nadie se le esconde que el señor Puigdemont tiene la última palabra. Y si hay que negociar, el listón es muy alto.
Debe ser muy incómodo gobernar a la espera de lo que diga un señor que además no le interesan los problemas de este país porque no lo siente como suyo. Deben ser muy cómodos los colchones y las estancias de la Moncloa, para que este presidente deje hacer tanto a los demás.
Pero lo preocupante es que a falta de poder ejercer el poder dentro del país, lo está ejerciendo fuera, complicándonos la vida en las relaciones entre europeos y americanos, y con todo aquel que le ayude a desviar la atención de lo que pasa en España. Esto a corto plazo podría reconducirse, porque de lo contrario, mientras más tiempo pase, España acabará con la imagen de un país solidario con el resto de Europa y querido por gran parte de países de habla hispana. La situación ha de cambiar para volver a reencontrarnos y entender que este ha sido un tiempo para olvidar.
A día de hoy Puigdemont tendría dos opciones; imponer al partido socialista un cambio de presidente que reúna más valores que el actual, y llevar a cabo una moción de censura donde se fije un acuerdo justo en el próximo gobierno. De lo contrario serán dos años de fuegos artificiales, engañando a su propio electorado, donde todo va a caer en saco roto, porque el trilero a quien se enfrenta es mejor.
A la vista del cambio que se va a producir en España en poco tiempo, si Puigdemont quiere tener algo de esperanza en que se mantengan algunas de las condiciones que pide, deberá actuar, porque de no ser así, el nuevo Gobierno derogará todo aquello que represente desigualdad entre los ciudadanos de este país.
No hay duda que ofrecer este cambio al país, entenderse con gente de centro derecha, que es la ideología que este señor profesa, sería mucha más honrado con su electorado, y tendría más y mejores resultados, porque creo que el progresismo al que hace honor el actual gobierno sólo beneficia a ellos mismos. La mitad del país tiene dificultades para llegar a fin de mes.
Claudio Ojeda González fue concejal del Ayuntamiento de Telde y consejero del Cabildo de Gran Canaria. Actualmente es asesor del grupo municipal del PP en Telde.























El Brujo de Telde | Sábado, 16 de Agosto de 2025 a las 21:48:55 horas
nos tenemos que tragar "sus verdades" sectarias
LA REALIDAD ES OTRA MUY DISTINTA
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