
Sobre los luchadores subsaharianos que llegan a Canarias, mayormente en cayucos
El debate que se ha suscitado estos días en las redes sociales debido a las exigencias de la Federación Insular de Tenerife es delicado porque combina varios planos:
- El deportivo, que afecta a la igualdad de condiciones en la Lucha Canaria.
- El social y legal, que tiene que ver con la documentación y la situación administrativa de los jóvenes migrantes.
- El humano, relacionado con la acogida, la integración y el respeto a la dignidad de las personas.
En este tipo de casos suelen aparecer sospechas cuando un luchador inscrito como juvenil —categoría que, en la mayoría de los deportes, llega hasta los 18 años, pero que en la Lucha Canaria, por desgracia, se extiende hasta los 19— puede enfrentarse a rivales de bastante menos edad. En algunos casos extremos, se han producido enfrentamientos con luchadores de categoría infantil, de apenas 12 años. Esto, que ya de por sí merece un debate aparte, se agrava cuando el competidor presenta características físicas o un rendimiento más propio de un adulto y, si a ello le añadimos la cuestión del peso, el disparate es aún mayor: luchadores midiéndose con una gran diferencia de kilos entre sí. Todo ello genera una lógica preocupación entre clubes y familias. Y no es para menos: una diferencia real de edad y peso puede suponer una ventaja física considerable y, lo que es más grave, riesgos serios para la integridad de los demás luchadores.
En Canarias, como en otros deportes, la edad oficial de un deportista se establece según la documentación que presenta (pasaporte, certificado de nacimiento, etc.). El problema aparece cuando estos documentos son inexistentes, incompletos o poco fiables, algo frecuente en situaciones de migración irregular. Esto deja a las federaciones en una posición complicada:
- Si aceptan la edad declarada sin comprobaciones adicionales, pueden estar incurriendo en desigualdad competitiva.
- Si desconfían sistemáticamente, corren el riesgo de discriminación y de perjudicar a jóvenes que sí tienen la edad correcta.
En algunos deportes y países se han usado pruebas médicas de estimación de edad, como radiografías de muñeca o estudios dentales, pero no son exactas y tienen un margen de error de 1-2 años, por lo que no resuelven todos los casos.
En el fondo, el debate no es solo sobre la edad: también habla de cómo la Lucha Canaria, como deporte identitario, se enfrenta a los retos de la inmigración, la integración y la convivencia de culturas. La clave estaría en encontrar un protocolo claro y justo que proteja la seguridad de los luchadores, respete los derechos de todos y no fomente prejuicios.
José Trujillo Artiles fue luchador miembro de la conocida saga de los Barranquera de Telde.
























Alejo | Sábado, 23 de Agosto de 2025 a las 14:49:49 horas
Joder que tufillo racista.
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