Curriculum 'inventitae'

Todos hemos escuchado alguna vez aquello de: “el papel aguanta todo lo que le pongan”, que tendrá que ver con lo que quiera resaltar el que escribe, según el interés o intereses que busque con el mismo y es algo que podemos trasladar, de forma especial a los curriculums.

Desde siempre en ellos, se ha podido dar toda clase de “datos” más o menos “abultados”  en cuanto a las “titulaciones” y/o “conocimientos varios” que cada uno manifiesta tener, para el desempeño de una actividad concreta, haciéndolo apto o apta incluso, para cuasi cualquiera que sea la misma. 

Últimamente los curriculums han salido a la palestra, especialmente en la vida política y de todos “los colores e ideologías”, donde los “títulos” (aptitudes) que se reflejaban en ellos no existen, porque ni siquiera se han realizado los estudios correspondientes pero sí que a cuenta de ellos, se han ocupado puestos importantes de gran responsabilidad.     

Con estas “pilladas”, ha ocurrido como con los casos de “corrupción”, que francamente no sé cómo debe “calificarse” esto y es con lo de: “tú tienes más casos” y “nosotros no somos iguales y actuamos diferente”.

Algunos reaccionan pidiendo al que ha sido “descubierto”, que ¡aguante y se mantenga! y otros pues ¡que dimita y pida perdón!, lo cual me parece más coherente y exigible.

Lo lamentable de todo esto, es que sin tener muchos y muchas “las aptitudes precisas” han ocupado y siguen ocupando puestos sumamente delicados en el gobierno y en las diferentes administraciones y cuando luego pasan cosas muy graves, no saben a quién culpar porque tampoco saben quién o quiénes tienes las responsabilidades concretas en cada caso o nadie las quiere asumir.

En medio o junto a  este peligroso caos, están “las actitudes” de otros tantos ¿”responsables”? dentro de “las marañas orgánicas” de las diferentes administraciones públicas, cuya primera y principal preocupación. ¡no es la de actuar con la premura y urgencia que las situaciones requieran o requerían (tragedia de la Dana, como tristísimo ejemplo)! sino la de “buscar culpables” y así vemos como siguen aún hoy, las víctimas de esta desgracia. 

¡No, no es una “anécdota” o una “inocente travesura”, cuando con ese tipo de acciones nada impide acceder a puestos de muchísima responsabilidad, para la que no se tienen ni las aptitudes ni evidentemente las actitudes, que además ya reflejan ¡qué valores mueven a quiénes actúan asi!

Las cosas no son buenas o malas en función de “quiénes las hagan”; lo que está mal se tiene que denunciar y erradicar, por el bien general.

Las meteduras de pata y los errores los podemos cometer cualquiera, lo que hace falta es ser capaz de reconocerlos y de corregirlos. De fijarnos en los demás para imitarlos, ¡que sea siempre en lo bueno!