A Lanzarote

El poder desgasta. Lo hace en circunstancias normales, más aún si la situación política es precaria. Basta con observar el rostro hoy de Pedro Sánchez y compararlo no solo con el de 2018, cuando triunfó su moción de censura contra Mariano Rajoy, sino con hace solo unos meses: cuando irrumpió el puterío, los audios, la (presunta) corrupción y el informe de la Guardia Civil que envió enseguida a Santos Cerdán a prisión preventiva. Cerdán pasó en cuestión de semanas de estar sentado en su escaño en el Congreso de los Diputados a ir a la cárcel.

Sánchez pasará unos días de vacaciones en La Mareta. Y está en su derecho. Y emplear estas instalaciones. Es el presidente del Gobierno, faltaría más. Puede y debe hacerlo con igual entidad que otro mandatario internacional que sea invitado o, si acaso, Alberto Núñez Feijóo si llega a La Moncloa. A Lanzarote, de paso, le viene muy bien; y a Canarias. Si los reyes van a Mallorca, qué menos que el jefe del Ejecutivo venga a la isla de los volcanes. Una práctica que puso de moda José Luis Rodríguez Zapatero y que Sánchez prosigue. 

Que Sánchez se mantenga en la Presidencia toda la legislatura sin tener aprobados los Presupuestos Generales del Estado es una anomalía parlamentaria. Aunque ya son muchas desde que hace una década (más o menos) se desatara una crisis sistémica: la económica de 2008 con sus consecuencias y ‘austericidio’ y la del ‘procés’.

El PSOE necesita que Sumar y Unidas Podemos se unan. Mas estos últimos están a lo suyo. La intervención de Yolanda Díaz en el congreso confederal de Comisiones Obreras merece ser vista, está disponible en YouTube. A la gallega le ha faltado un partido en sí, una formación clásica; nada de plataformas que van y vienen como la marea, ese ha sido su gran fallo. Tiene potencial, pero no ha sido asesorada correctamente; hasta, en ocasiones, ha sido utilizada por el ‘sanchismo’ en cuanto que pensaron que con ella acabarían con el rebufo ungido en el 15M. No es el caso. Pero Unidas Podemos está en modo guerrillero, incitando a una Tercera República que no se observa a corto plazo. Este es el marco de vacaciones de Sánchez en Lanzarote, y sin pensar (en serio) en ceder el testigo dentro de su partido. No lo hará. Y las encuestas están en su contra.