Al final, y después de tantos años de silencio e indiferencia, se va a hacer justicia a José Santana Florido, conocido como el Pollo Florido, un hombre digno y valiente, represaliado por el franquismo.
Este reconocimiento llega tarde —muy tarde—, como ocurre tantas veces cuando se trata de víctimas humildes, invisibilizadas por el poder y silenciadas por el miedo. Sin embargo, aunque tardía, celebro profundamente que esta reparación se produzca, y más aún que tenga lugar en mi ciudad, donde tanto se ha luchado por preservar la memoria y la verdad.
Se trata de un acto de justicia, pero también de dignidad colectiva. Porque reconocer a Pollo Florido no es solo un gesto hacia su persona, sino hacia todos aquellos que sufrieron la persecución, el castigo y el olvido por defender sus ideas, su libertad o, simplemente, por no someterse.
Me alegra que, aunque haya costado décadas, se haga justicia por un vil crimen que nunca debió suceder. Y ojalá este reconocimiento no sea el último, sino uno más dentro de un camino firme hacia la verdad, la memoria y la justicia.
Siempre he manifestado —también a través de medios de comunicación como Telde Actualidad— que mi ciudad está carente de símbolos que identifiquen y honren a nuestros antepasados como luchadores de nuestras tradiciones, como es la lucha canaria. Hombres y mujeres que dieron mucho por esta tierra y que hoy siguen sin el lugar que merecen en nuestra memoria colectiva.
Creo firmemente que ha llegado el momento de dignificar a quienes tanto entregaron por Telde. No se trata solo de rendir homenaje, sino de construir memoria; de hacer visible lo que otros intentaron borrar, y de sembrar respeto por nuestra historia en las generaciones que vienen.
¿Por qué no un espacio público con su nombre?
Sería justo y simbólicamente reparador que un espacio público —una plaza, un parque, una instalación cultural o deportiva— lleve el nombre de José Santana Florido. Ese gesto sencillo tendría un gran valor pedagógico y social: recordaría a quienes pasen por allí que hubo personas que lucharon, que resistieron, y que pagaron un precio muy alto por defender su dignidad.
Quién fue Pollo Florido
José Santana Florido, conocido como el Pollo Florido, fue un luchador no solo en el terrero, sino también en la vida. Natural de Telde, fue víctima de la represión franquista por sus ideas y su compromiso social. Como tantos otros, su nombre fue borrado de la historia oficial, pero no del corazón de quienes lo conocieron y respetaron.
Hoy, por fin, se rescata su memoria del silencio. Y con él, la de tantos que merecen ser recordados no solo como víctimas, sino como referentes de dignidad y coraje.
Una propuesta con sentido
Y qué mejor lugar para llevar su nombre que el Terrero de Lucha del Lomo Cementerio, que hoy recibe el nombre de “San Gregorio”, una denominación que poco o nada dice sobre el legado deportivo, cultural y social que encierra ese espacio. Ponerle el nombre de José Santana Florido Pollo Florido no solo sería un acto de justicia simbólica, sino una forma clara de hacer memoria con sentido y con verdad. Que el terrero de su ciudad, en el que tanto simbolismo descansa, lleve su nombre, sería una victoria más, esta vez sobre el olvido.
José Trujillo Artiles, Barranquera IV, exluchador.
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