
Unidas Podemos está inmersa en una batalla desatinada por destronar a Sumar como fuerza principal a la izquierda de la izquierda del PSOE. Y puede que tenga opciones para lograr tal fin: mas sería una victoria pírrica. Que Ione Belarra, Irene Montero y compañía rebasen a Yolanda Díaz es pan inmediato y hambre para mañana dentro de la bancada de la izquierda. Juegan a que Díaz se pase al PSOE, que no lo hará pues su procedencia es del PCE. Y, sobre todo, esa maniobra a corto plazo de los morados conllevaría que cayese el Gobierno de coalición de izquierdas actual para dar paso al PP o, a saber, al PP con Vox.
La clase trabajadora no está para ensoñaciones alicortas. Es verdad que la gallega desató un intento de opa a Unidas Podemos, con el artificio de Sumar, que no iba a ningún lado. Y que también hubo vetos de Sumar a Unidas Podemos a la hora de conformar las listas en 2023. Y, además, que lo suyo hubiese sido que la vicepresidenta y ministra de Trabajo y Economía Social se quedase como líder de Unidas Podemos y listo, nada de inventos. Y la propia gallega, más moderada en el estilo y en los planteamientos, desempeñara el rol interno de amortiguador a Montero. Pero se dejó llevar por la operación ‘monclovita’ de desterrar a las huestes de Pablo Iglesias. Absurda pretensión del PSOE.
De nada vale aumentar el Salario Mínimo Interprofesional, reducir la jornada laboral después de más de cuarenta años (vamos a ver qué pasa con esto…), abordar la reforma del despido improcedente como clama los vientos europeos (para que no sea de calculadora, para que sea siempre el último recurso)… si luego se brindan estas batallitas dentro de la izquierda que recuerda a la Barcelona de la Guerra Civil en 1937: anarquistas y trotskistas por un lado, fuerzas gubernamentales y comunistas por el otro, pegándose tiros mutuamente. La guerra política, en el buen sentido, es netamente cultural. Por eso, subrayo, las medidas sociales no son eficaces electoralmente si las izquierdas no hacen de revulsivo de la clase trabajadora y se ciñen a la búsqueda de puestos donde colocarse la próxima legislatura.
Es normal que dada la posición actual de Unidas Podemos, quisiera dar algún susto a Pedro Sánchez. Pero ya son muchos sustos; derrotas parlamentarias para ser exactos. Si Belarra y Montero (en Bruselas) hacen de un segundo Junts, poco a poco estarán grajeándose la antipatía de la izquierda social. Podrían desplazar a Sumar en los próximos comicios, cuestión por dirimir, pero para quedarse en la atalaya del Congreso de los Diputados a verlas venir. No es plan. La fragmentación presente en la izquierda, es la antesala de una severa derrota. El sistema electoral no perdona.
Olga Maria Rivero Santana | Jueves, 24 de Julio de 2025 a las 11:55:38 horas
Lo que "son" las unas y las otras, lo que han "hecho" y lo que se puede "esperar quevhagan" ¡SUFICIENTE!, para desear que nnguno de ésos partidos lleguen a NINGUNA PARTE y sí "desaoarecen" por sus propias acciones, ¡MEJOR para todos!
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