El prostíbulo de Feijóo

Muy desesperado tiene que estar Alberto Núñez Feijóo para que un hombre de imagen moderada y beatifica sea capaz de hacer el chulo macarra desde la tribuna de oradores del Congreso de los Diputados hablando de burdeles y prostíbulos. Nunca antes se habían prostituido tanto las intervenciones parlamentarias. El Gallego parecía más Makinavaja que un candidato serio a suceder a Pedro Sánchez en la Moncloa.

Cuando el supuesto moderado líder de la oposición y candidato a la Presidencia de Gobierno pierde la compostura en la tribuna del Congreso de los Diputados es señal inequívoca de que sus posibilidades han mermado en pocos días, justo los que van desde el pasado fin de semana a este miércoles. 

Fue tan artificial el momento antisistema del líder de la oposición que el propio Feijóo tuvo que leer una frase tan corta referida a los prostíbulos y señalando al suegro fallecido del presidente del gobierno. Es difícil caer más bajo en una tribuna política, pero Feijóo lo logró. Supongo que luego se fue a lavar la boca con agua bendita.
 

Feijóo fue elegido a la búlgara por el 99,72% de los compromisarios del Congreso del PP, por lo que le ganó por menos de un punto porcentual a Isabel Díaz Ayuso, que llegó a la presidencia de su partido en la Comunidad de Madrid con el 99,12% de los votos. El gallego estuvo arropado casi unánimemente por sus eufóricos conmilitones en la convención popular que quiso enfrentar a la supuesta corrupción del PSOE en su Ejecutiva Federal.
 

Eligió mal Núñez Feijóo a sus colaboradores, como lo hace habitualmente con sus portavoces. El que va de moderado se ha cansado de la moderación y ahora se ha vuelto un extremista radical probablemente porque ve cada vez más lejos su acceso a la Moncloa, aunque el Congreso del PP haya querido parecer lo contrario. En vista de que nadie los anima, se animan ellos mismos para mantener la esperanza y la moral. Se aplauden ellos solos porque están encantados de haberse conocido.
 

Es absurdo y políticamente letal que el candidato del PP a la Presidencia del Gobierno de España salga al escenario flanqueado por Rajoy y Aznar, dos de los presidentes que han tenido más corrupción en sus gobiernos junto a Felipe González, otro que se gasta la jeta de machacar deslealmente a Pedro Sánchez cuando la corrupción en sus gobiernos de los años 80 y 90 fue infinitamente mayor. Hace falta ser muy cínico, porque hipócrita está a la vista.
 

Por ahora la supuesta corrupción que se ha encontrado en el PSOE actual puede contarse con los dedos de una mano: el Trío Los Panchos y dos altos cargos del Ministerio de Fomento cuando su titular era un tal José Luis Ábalos, la persona de la que usted me habla. La corrupción es muy grave, gravísima, pero en este caso parece acotada y limitada. Por mucho que la oposición sople y avive la llama. Otra cosa es que mañana quede implicado el Partido Socialista, como lo fue el Partido Popular en la etapa anterior, y se lleve por delante a su comandante en jefe. Hablar de eso, ahora es política ficción, por mucho que se empeñe la derechona. El propio Sanchez ha repetido muchas veces que él es un político limpio y hasta ahora no le ha salpicado ni la saliva de la lengua viperina de su mayor opositor.
 

Tanto la oposición política como la mediática llevan semanas blandiendo la espada flamígera y largando por esa boquita de piñón que esto no ha hecho más que empezar y que las acusaciones de corrupción irán creciendo y afectando a más gente del Partido Socialista. Estos listillos de la derechona parece que saben más que los jueces y fiscales. ¿Cómo pueden decir lo que va a ocurrir en la investigación judicial y policial de la UCO si hasta ahora no ha ocurrido? ¿Acaso cuentan con chivatos en la Guardia Civil, en la Audiencia Nacional y en el Tribunal Supremo? O es así y están utilizando algunos secretos nucleares o son sencillamente unos adivinos beodos y berzotas que solo ven lo que quieren ver, igual que no hay mayor ciego que el que no quiere ver. 
 

En la sesión parlamentaria sobre la corrupción llegamos a una primera conclusión: el presidente del PP sabe mucho de prostitución. Cada uno habla de lo que más conoce. La segunda conclusión es que Núñez Feijóo está muy verde para llegar a la Moncloa, además de desesperado por sentarse en el trono rodeado de centollos de las Rías Baixas. Pablo Casado también mostró su desesperación por querer llegar a la Moncloa antes de tiempo pero sus propios compañeros lo defenestraron por el camino por denunciar las barrabasadas de Ayuso.
 

Casado y Tellado tienen el récord de proferir más insultos por minuto al presidente del Gobierno de España. Que un moderado introvertido como Feijóo haya tenido que recurrir al bulo de la prostitución y el proxenetismo con palabras gruesas para intentar ganar el debate a Sánchez indica que ya no tiene argumentos serios y sólidos para hacer la pertinente y necesaria oposición. Si no sabe hacer oposición, menos aún sabrá gobernar. Ese es el mensaje que ha dado en su última comparecencia parlamentaria.

El problema del principal partido de la oposición es que no sabe distinguir entre una sauna y un prostíbulo. Deben estar acostumbrados a visitar estos últimos antros porque definen la sauna como si fuera una casa de citas. Cuando el moderado radical Feijóo habló de la prostitución, toda su bancada de corifeos se puso a aplaudir como hooligans, monos de feria o focas fanáticas. Todos menos Borja Semper, que seguro que es el único del PP que sabe distinguir entre sauna y prostíbulo.

Cristóbal D. Peñate es periodista.