
Indudablemente la desigualdad económica, la discriminación, la falta de educación, la inestabilidad política, los cambios tecnológicos, factores culturales, las crisis ambientales y como no, la incertidumbre social, es un caldo de cultivo para las tensiones en nuestro entorno, creando una brecha que limita nuestro acceso a derechos y recursos. Una rotura que cuestiona la justicia social y que nos muestra su cara más hostil que perpetúa ciclos de pobreza y, dificulta el desarrollo personal y comunitario.
Vivimos en una época de incertidumbre. La adversidad ya no es excepción, sino una realidad cotidiana. Pero hay una verdad poderosa: los períodos más desafiantes de la historia han sido también los más transformadores y tenemos que actuar. Un compromiso personal que requiere de fortaleza emocional, adaptabilidad y una mentalidad proactiva. “La vida no siempre es un camino recto y luminoso; a veces, nos enfrentamos a curvas cerradas, tormentas inesperadas y obstáculos que parecen insuperables. Sin embargo, es en esos momentos difíciles donde descubrimos nuestra verdadera fuerza. Las adversidades no son el final del viaje, sino una parte esencial de él, que nos enseña, nos fortalece y nos prepara para alcanzar metas más altas”.
Cada caída, cada fracaso y cada dificultad trae consigo una lección. Cuando algo no sale como esperabas, la vida está abriendo un nuevo camino, incluso si aún no lo ves. La resiliencia no es algo con lo que se nace, se construye. Cada vez que te levantas después de un golpe, tu espíritu se fortalece. La adversidad actual no es solo un obstáculo; es un llamado a evolucionar. Los que hoy lloran "el mundo se acabó" serán superados por quienes digan: “Aquí hay una oportunidad”. Como decía Charles Darwin - "No es el más fuerte ni el más inteligente el que sobrevive, sino el que mejor se adapta”.
Tenemos que aprender a combatir la ansiedad, la desesperanza y agotamiento que son epidemias silenciosas. No estamos solos en esto, pero cada persona puede ser más fuerte; desconectándonos de noticias tóxicas. Informándonos si, pero que no nos intoxique. Además, debemos practicar la “antifragilidad", como un músculo, crece bajo presión. Meditación, ejercicio y gratitud con quienes te acompañan en este camino, cultivando la comunidad, rodeándote de aliados, que son quienes suman, no de quienes drenan energía.
Superar las adversidades trae consigo la mejora individual. Las personas más inspiradoras no son las que nunca han caído, sino las que se levantaron una y otra vez. Hoy puede ser difícil, pero mañana traerá nuevas oportunidades. Pequeños pasos, grandes cambios. Cuando la montaña parece demasiado alta, no mires hacia la cima, concéntrate en el siguiente paso. Cada acción pequeña te acerca a la solución.
Tal y como definía el filósofo griego Epicteto: “La adversidad no te define; te revela”. Por ello, hay que reconocer la situación sin negación ni victimismo. La aceptación es el primer paso para encontrar soluciones. Tenemos que permitirnos sentir emociones como la tristeza, el enojo o la frustración, pero no dejando que nos paralice. Tenemos que aprender a transformar las adversidades en oportunidades. La actitud con la que nos enfrentamos ante la adversidad determinará si nos hundimos con ellas o saldremos adelante...desde la acera de enfrente.
Gregorio Viera Vega fue concejal del PSOE en el Ayuntamiento de Telde.
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