
Es normal que la política responda a bloques de izquierda y derecha. Lo que no lo es, es que casi nunca, por no decir nunca en los últimos años, los principales actores políticos (PSOE y PP) no acuerden nada de nada. En realidad, si de cuando en cuando llegasen a algún pacto, por puntual que fuese, eso les haría más fuertes a los dos con respecto a sus competidores en sus respectivas bancadas ideológicas. Desde luego, el pacto permanente entre socialistas y populares supondría que algo falla, sería una alarma, pues están llamados a competir mutuamente y no a ejercer el corporativismo, pero lo que no tiene sentido es que estén enquistadas las posiciones de forma constante desde ambas siglas.
Si a esto le añadimos que el nivel del parlamentarismo está cada vez más degradado y las formas rozan con frecuencia la grosería, mal asunto para la democracia. Es verdad, los vientos mundiales donde afloran los populismos de toda laya, no ayudan. El bipartidismo, bipartidismo es. Y eso, en España, implica que concurra un cierto margen de consenso. No solo en la Transición, también ahora. Mas no es el caso. Y deberíamos plantearnos por qué no hay manera de que Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, o quien fuese, no hubieran suscrito posiciones comunes en los últimos cursos.
Evidentemente, los factores que lo impiden son conocidos: competencia a rabiar a izquierda y derecha, cultura política española de bronca en las últimas décadas, redes sociales, liderazgos menos consistentes (dicho sea en términos generales)… En fin, una fatalidad hispana.
Por otro lado, los crímenes machistas se suceden a un ritmo vertiginoso. El machismo cultural invade a la sociedad. Y esto sería ya motivo más que suficiente para que en 2025 tanto PSOE como PP siguiesen acordando en este ámbito con tal de acabar con los asesinatos de mujeres (y sus hijos) a manos de los hombres. Sin ánimo de comparaciones, la violencia machista atesora ya más víctimas que ETA. La alarma social se merece la máxima preocupación partidista. Año a año, con un control permanente y búsqueda de mejoras. Urge afianzar esfuerzos en este ámbito. Dicho esto, mañana el PSOE y el PP seguirán a lo suyo. Y mirar hacia otras opciones tampoco invita al optimismo. Y en ese desencanto, nada en la miel la ciudadanía. Es lo que hay. Pero puede cambiarse. Con presión social y electoral, todas las marcas se ponen las pilas.
javierbumo@hotmail.com | Viernes, 27 de Junio de 2025 a las 09:30:34 horas
Rafael, el hombre de las 'trincheras' no es otro que Pedro Sánchez. Desde su 'bunker' de Moncloa, controla todos los movimientos 'ajenos'. Los que realiza el PP, su principal rival en estas lides políticas. Claro que en estos momentos que vivimos 'nada' es favorable a nadie y,, menos, al PSOE, el que comanda Sánchez y que ha hecho 'jirones' nuestra España, el Estado de Derecho y no sé qué cosas más. Acude a la cumbre de la OTAN y sale 'huyendo' y desmarcándose del resto. ¡El hombre que gobierna en 'solitario', no acepta que le digan nada y así se 'refugia' en su bunker de Moncloa y, desde allí pretende cohesionar todo lo que le interesa a él, porque no lo expande a los españoles ya que se jugaría el 'puesto'. ¡Las trincheras también las domina el 'presidente'! Javier Burón.
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