Basta ver a José Luis Ábalos en camiseta, para cantar visualmente que no tiene poder; es verdad, hacía tiempo que no lo tenía, pero lo tuvo y mucho en el PSOE, y ahora luce camiseta en la entrada al edificio como el que va a sacar de paseo al perro. Sin traje, con ropa de faena, Ábalos no solo no es ministro sino se asimila a un personaje de la saga del detective hispano Torrente. Todo esto es tan sórdido, con exactriz porno de por medio, que es imposible que hace años no se detectase ya la baja calaña de Ábalos, Santos Cerdán y Koldo García en el kilometraje del Peugeot 407. Salvo que no se tenga inteligencia emocional y social, y quizá Pedro Sánchez no la tenga; tan concentrado estaba en escalar al precio que fuese, en pactar con socios impensables no hace mucho, no por convicción ideológica o pensamiento propio sino por detentar La Moncloa tal cual. Los ministros suben y bajan: Rodrigo Rato, pata negra del ‘aznarismo’ pasó de comparecer en las comisiones en el Congreso de los Diputados con aires de solvencia mientras echaba azúcar al cortado, a entrar en un coche detenido mientras un policía le agarraba del cuello para introducirlo en los asientos de atrás. Es la grandeza y la miseria del poder.
Mientras tanto, otro personaje pintoresco es Koldo. Lo grabó todo. Y seguramente lo hizo porque sabía que algún día la fiesta se iba a terminar. Y, llegado el caso, él sería el que pagase los platos rotos. Alto, fuerte y con un pasado oscuro de guardapuertas nocturno, mezclado en la Navarra de la Guardia Civil y la lucha antiterrorista, se sintió el tonto útil. Es decir, estaría harto que no lo considerasen. Y toda persona, y Koldo lo es, tiene su corazoncito. Estaría cansado de que Ábalos y Cerdán lo mirasen desde arriba, con superioridad. O así tuvo que olerlo. La intuición es una gran consejera en la vida.
Lo que está grabado, que es muchísimo, acabará por salir. Si Koldo lo hizo era para usarlo llegado el momento procesal oportuno. No grabó sin más, por entretenimiento. Gracias a su periplo, a su experiencia particular ante los sinsabores terrenales, tuvo la antesala suficiente para entender que tenía que tener pruebas a mano, por si venían mal dadas. Y es lo que ha hecho.
Que Pedro Sánchez no acudiese al 13 Congreso Confederal de Comisiones Obreras es muy sintomático. Nadie, y menos un líder de centroizquierda, pierde la ocasión de dirigirse a un sindicato de clase con un millón de afiliados, en su cita congresual. Con Unai Sordo y la dirección de la central sindical presente, Sánchez no apareció. Está tan enclaustrado que se ha olvidado que antes o después habrá elecciones. Y, entonces sí, querrá dirigirse a pedir el voto a Comisiones Obreras. Mas Sánchez vive el día a día, resistencia mediante. No hay un mañana.
Olga Maria Rivero Santana | Sábado, 21 de Junio de 2025 a las 11:42:22 horas
Seguir intentando de "desvincular" a Sánchez y al PSOE de toda ésta bochornosa y repugnante "ANÉCDOTA" como sin ningún pudor se atrevió a decir el señor presidente, es ahondar más aún en la falta total de respeto, a sus militantes, simpatizantes, votantes y a todos los ciudadanos de este país, y no digamos nada de ¿"sus socios/cómplices"?. La Hemeroteca está ahí, y bueno, además de necesario, es "repasarla", para comprobar qué hicieron y quiénes a lo largo de la historia de nuestra democracia. La "desmemoria" de algunos, los famosos "ventiladores" del "tú más" y un largo etcétera, nos tiene que valer ¡Ya! para saber qué "la corrupción" es "multicolor": de derechas, de izquierdas, de arriba, de abajo...y en medio de todas estas basuras, padeciéndolas, estamos el pueblo llano.
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