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Viernes, 26 de Septiembre de 2025

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Colaboración

Del anillo con alma al reloj sin historia: un cambio que duele

José Trujillo y Juan Ramón Marcelino

TELDEACTUALIDAD/Telde Sábado, 21 de Junio de 2025 Tiempo de lectura: Actualizada Sábado, 21 de Junio de 2025 a las 20:25:36 horas

«Los pueblos que olvidan sus símbolos, terminan perdiendo su alma.»

 

Lo que se decide en las asambleas no se debe desdecir en los despachos.

 

En la próxima final del Torneo Disa Gobierno de Canarias se entregará un objeto ajeno a nuestra costumbre a los vencedores: un reloj comercial. Será el premio para hombres y mujeres que han dedicado su vida a honrar, practicar y transmitir la Lucha Canaria. Personas que no necesitan adornos de fuera, sino un reconocimiento sincero a su entrega, a su humildad y a su amor por lo nuestro.

 

¿De verdad vamos a premiarlos con algo vacío, que nada tiene que ver con nuestra historia? ¿Con algo que no habla de identidad, de pertenencia, de raíz?

 

No se trata de rechazar lo nuevo por sistema. Pero hay cosas auténticas que no necesitan ser cambiadas. El anillo conmemorativo que se venía entregando no era un capricho, ni una moda. Fue aprobado por unanimidad en la Asamblea General de la Federación de Lucha Canaria, el 29 de septiembre de 2018, en el Hotel Turquesa del Puerto de la Cruz. Fue un acuerdo cargado de simbolismo, nacido de la voluntad colectiva de quienes sienten y defienden este deporte desde dentro.

 

A modo de aclaratoria: 
I. Supremacía de la Asamblea General
Según establece el Artículo 7.1. de los Estatutos:
“La Asamblea General es uno de los órganos superiores de la Federación de Lucha Canaria.”

 

Asimismo, el Capítulo I, Artículo 8, refuerza este principio al declarar:
“La Asamblea General es el órgano supremo... y puede decidir sobre todos los asuntos que afectan a la lucha canaria.”

 

Por tanto, queda jurídicamente establecido que las decisiones adoptadas por la Asamblea General tienen carácter vinculante y superior dentro del marco organizativo de la Federación.

 

II. Limitaciones de la Junta de Gobierno
Ningún otro órgano —incluida la Junta de Gobierno— tiene capacidad para revocar, modificar ni dejar sin efecto las decisiones válidamente adoptadas por la Asamblea General. Cualquier actuación que pretenda hacerlo constituye una extralimitación de funciones y una vulneración de los Estatutos.

 

Ese anillo no era solo un recuerdo. Era un símbolo individual de victoria y orgullo. Representaba a cada luchador como campeón de Canarias de Primera Categoría. Y más allá del valor material, tenía alma.


Así quedó reflejado en el acta de aquella Asamblea:

[Img #1045887]

 

Trofeo a disputar en las grandes finales Liga Gobierno de Canarias
Detalle de la escultura, en esta escultura asciende una espiral de historia viva: la lucha canaria. Desde lo más hondo de la arena hasta la cima del gesto atlético, se eleva el eco de nuestros ancestros. La obra recoge, con alma de bronce, las distintas etapas que forjaron esta identidad: los albores aborígenes, la emigración, la mujer, los árbitros, las reglas primeras y la etapa federativa. Todo confluye en una maña de lucha y tiempo, donde dos bregadores se despiden simbólicamente de la tierra que los vio crecer, sellando una historia sin fin.

 

“Además del trofeo, los luchadores del equipo ganador recibirán el anillo que se muestra en la imagen, como recuerdo individual de campeón de Canarias de primera categoría.”

[Img #1045886]

 

El anillo, diseñado por el mismo autor que el trofeo, con símbolos grabados en escritura líbico-bereber oriental —como los antiguos petroglifos canarios—, representando a cada isla, no fue un simple galardón: era un signo nacido desde dentro, único, íntimo, portador del orgullo de pertenecer a algo más grande, a una herencia que no se compra ni se olvida. Era, y sigue siendo, el alma del terrero hecha metal.

 

[Img #1045888]

 

Este gesto sencillo —besarlo con orgullo— decía más que mil palabras. No era solo una celebración. Era el reconocimiento de una lucha colectiva, de una historia compartida, de un legado ancestral.

 

Detrás de esta decisión había una intención muy clara: dignificar el esfuerzo, la trayectoria y el valor cultural de quienes compiten en nuestro deporte vernáculo. Y esto no se decide en un despacho, lo decidió la máxima autoridad de nuestra federación, como lo recogen los propios estatutos.

 

La doctora Renata Springer, experta en patrimonio epigráfico amazigh, participó en el diseño. Ella lo explicó así:

 

“Opté por poner una letra representativa para cada isla en líbico-oriental. No siempre fue posible con exactitud, pero respetamos la esencia.”

 

Y ahora, en 2025, sin consulta, sin explicación ni acta que lo respalde, se decide sustituir el anillo por un reloj de marca comercial. Un gesto frío, sin alma, sin historia, sin el menor vínculo con nuestra cultura ni con el esfuerzo de quienes pisan el terrero cada día.

 

Este cambio no solo rompe un acuerdo formal, también rompe algo más profundo: el respeto a nuestras decisiones colectivas y a nuestros símbolos. Cambiar un objeto con tanto sentido por uno cualquiera, sin explicar por qué, no solo es un error: es una falta de respeto a quienes luchan y a lo que representamos como pueblo. Y si la excusa es el coste económico, ya la federación tenía un patrocinio para su compra, que espero no se haya perdido.

 

Sobre la autenticidad de nuestras tradiciones
Hay cosas que me cuesta entender. En nuestras fiestas, en nuestras celebraciones, a veces se pierde el verdadero sentido de lo que estamos honrando. Como cuando en una romería vemos trajes típicos mezclados con vaqueros o deportivas. No lo digo por criticar el aspecto externo, sino porque eso habla de algo más profundo: del respeto, del cariño que ponemos en lo nuestro. Si nos vestimos de magos, hagámoslo con orgullo y dignidad, como lo hacían nuestros abuelos. No era solo por lucir bien; era una forma de estar en el mundo, de decir “esto somos”.

 

Eso mismo sentimos quienes vivimos y defendemos la Lucha Canaria. Un traje típico no es un disfraz. Es memoria. Es identidad. Es la historia que llevamos puesta: los oficios, el clima, las costumbres, la forma en que vivíamos. Alterarlo sin criterio, sin conocimiento, es vaciarlo de sentido. Es dejarlo sin alma.

 

Y ojo, no se trata de volvernos rígidos ni aguafiestas. Las fiestas son para disfrutar, para compartir, para sentirnos parte. Pero eso no está reñido con el respeto. Alegría y coherencia pueden ir de la mano.

 

Con la Lucha Canaria pasa igual. No es solo un deporte. Es un legado que ha llegado hasta nosotros gracias al esfuerzo de mucha gente, muchas veces anónima, que luchó por mantenerlo vivo. No podemos convertirla en un espectáculo vacío o en un producto para la foto del turista. Tenemos que cuidar sus raíces, su técnica (sus mañas), su simbolismo, sus valores. Eso que la hace única.

 

Por todo lo expuesto, y desde la profunda responsabilidad que sentimos hacia este deporte y su legado, exigimos con claridad y respeto lo siguiente:

 

    1. Que se reconduzca esta situación de forma inmediata, restituyendo el anillo como símbolo oficial de los campeones de Canarias, tal como fue aprobado por la Asamblea General de la Federación. Esta medida no puede ser sustituida ni modificada sin el correspondiente debate y aprobación en el mismo órgano que la legitimó en 2018. Cualquier decisión que afecte a símbolos tan significativos debe contar con el respaldo estatutario, el respeto al procedimiento y el consenso de la comunidad luchística. La modificación actual, impuesta sin consulta ni justificación, debe ser revocada.

 

    2. Y en caso de no corregirse esta decisión, que se ofrezca de forma pública, clara y documentada una explicación oficial: quién la tomó, en qué fecha, con qué justificación y al amparo de qué órgano competente.

 

El respeto a la legalidad, a los símbolos y a la voluntad colectiva no es negociable. Quienes asumen responsabilidades en nombre del deporte deben también rendir cuentas por sus actos.

 

Cambiar un anillo por un reloj no es una simple decisión estética. Es, en el fondo, una herida simbólica. ¿Y qué será la próxima vez? ¿Otro reloj? ¿Una mochila? ¿Un vale? ¿Una taza?

 

El anillo nos conectaba con quienes fuimos y con lo que somos. El reloj —por caro que sea— marcará la hora, pero no nos marcará el rumbo. Y la Lucha Canaria necesita rumbo, memoria y alma.

 

Juan Ramón Marcelino Rivero, expresidente de la Federación de Lucha Canaria
José Trujillo Artiles, Barranquera IV, exvicepresidente de la Federación de Lucha Canaria

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