Kike Pérez se confiesa

Qué sería la vida sin humor. Esta semana repasó su vida y trayectoria en los micrófonos de COPE Canarias el humorista Kike Pérez, que fue entrevistado por Roberto González. Procede de Lanzarote pero vive en Arucas. En este municipio norteño confesó hace unos años, al dar un espectáculo junto al antiguo mercado, que era la primera vez que sentía que se pagaba a sí mismo el servicio, por aquello de que era contribuyente local. La carcajada irrumpió sobre la marcha. Kike Pérez es humor isleño y devoto del legado de Manolo Vieira. Y aquí casa con el tributo al reconocimiento previo. El de La Isleta ha sido patrón de las generaciones presentes de humoristas en Canarias. El costumbrismo con humor hace pueblo.

Kike Pérez hace unos días estuvo en La Palma. Y es capaz de arrancar cualquier anécdota de su vida para construir un chiste y sacar sonrisas. Eso hacia Manolo Vieira: cronista, a su modo, del pueblo canario. Este retrató una época; Kike Pérez y otros lo hacen con la actual. El humor es hijo de su tiempo. Tiene que conectar con el público: con sus andanzas y desventuras cotidianas. Eso es el humor, autocentrado en este caso.

Al narrar su carrera en COPE Canarias engancha con las alegrías y sinsabores de todo progreso personal. En la vida hay personas que te cierran puertas, otras te la abren. Su proceso personal no fue fácil, llegó a decir el humorista. Mas los frutos llegan antes o después tras mucho esfuerzo. Y tras una gira viene otra en el presente. Y eso implica dar saltos entre las islas para ofrecer su último espectáculo.

Es más, Kike Pérez ya es un clásico en la pantalla de Televisión Canaria a comienzos de cada año. Es la mejor manera de iniciar el curso por parte de la televisión pública. En cierto modo, ha ocupado un espacio que era de Manolo Vieira. Y eso es un gran reconocimiento implícito. Kike Pérez ya está consolidado, junto a otros humoristas, en el panorama isleño. Por el teatro de Telde también ha pasado. Y brindó risas para combatir la tristeza o las malas pasadas. El humor es terapia. Y eso el afincado en Arucas lo sabe; lo explota en el buen sentido. Y el público lo agradece. Los oyentes de COPE Canarias conocieron mejor el itinerario vital de un profesional del humor que reconoce que exprime su propio periplo real para fabricar historias. Que siga así.