Un año en la Diputación

Lola Padrón cumple su primer año como diputada del Común. Justo fue el 23 de mayo de 2024 cuando tomó posesión del cargo en el Parlamento de Canarias. El mandato dura cinco; lo hizo así el legislador para que no coincidiera con los cuatro años que distingue la legislatura en aras de que el defensor tenga más independencia con respecto al nivel partidista. Por tanto, Padrón está en el punto exacto en el que ya conoce lo suficiente la institución de primera mano para proyectar sus planes. Y con tiempo por delante de sobra para dejar legado.

La Diputación del Común es una atalaya social que precisa de empatía y compromiso contra la desigualdad social. De nada sirve tener una democracia si luego los índices socioeconómicos no acompañan. Eso acaba por mermar el marco teórico democrático y, a la postre, generando una crisis representativa. Que es precisamente la que estamos viviendo desde la Gran Recesión de 2008 que, entre otras cosas, puso en evidencia que el neoliberalismo elimina los lazos colectivos para potenciar el darwinismo social. Hasta los liberales más clásicos apuestan por garantizar unos razonables umbrales de igualdad para respetar la democracia. De hecho, los populismos beben gracias a un descontento enquistado en la sociedad que estos jalean estimulando el rencor y las bajas pasiones. Para que después digan que la economía no es política. Todo lo contrario. 

Atender a la ciudadanía, que llega maleada a esta institución, muchas veces tras ser víctima del “vuelva usted mañana” de Mariano José de Larra, es el desempeño cotidiano de la Diputación del Común. Y esto requiere de una respuesta jurídica pero quizá asimismo de una vertiente o canalización a recibir otro tipo de ayudas. Por ejemplo, no olvidemos que detrás del consumo de antidepresivos o pastillas para conciliar el sueño, está detrás auténticos problemas en el trabajo. Si esto es así, que lo es, cómo no va a tener el ciudadano que toca a la puerta una carga emocional propia que afrontar.

Hace solo unos meses celebró la Diputación del Común su cuarenta aniversario, con sesión conmemorativa incluida en Santa Cruz de La Palma. Hizo de maestra de ceremonias su actual titular, Lola Padrón, cuyo perfil mece entre lo pedagógico y la vena artística. Mimbres idóneos para observar que las problemáticas de la sociedad canaria, que no se arreglan de la noche a la mañana, exige potenciar los servicios públicos. Sin Estado del Bienestar no somos nada. Y de esto sabe, y mucho, la Diputación del Común.