
Esta semana nos deja la destitución de Pepa Bueno como directora de ‘El País’. Joseph Oughourlian apuesta por Jan Martínez Ahrens. En realidad, este movimiento de ficha es más significativo por la que se va que por el que entra, al que se le debe presumir profesionalidad y desearle buenos deseos. Mas la marcha de Bueno es sintomática, no es cualquier cosa. Primero, por su calidad. Segundo, por lo que representa en el periodismo que, siempre, guarda una correlación editorial y, por tanto, ideológica. No olvidemos que la función de un periódico es ordenar la sociedad, explicarla día a día, y eso comporta unos valores u otros. Vamos, un enfoque determinado.
Bueno como directora (2021-2025) seguía la línea de Soledad Gallego-Díaz (2018-2020), que justo tomó el mando de la cabecera al calor del triunfo de la moción de censura de Pedro Sánchez contra Mariano Rajoy. Entonces, el diario se preparaba para una época en la que confiaba, y con razón, que podía reconectar con el PSOE; aunque el ‘sanchismo’ fuese otra cosa, aunque este hubiese tenido sus trances con el Grupo Prisa. A buen seguro, este giro implica otro tanto.
Oughourlian acaba de salir de guerras internas con el otro bando dentro del Grupo Prisa que apostaba por relanzar a La Moncloa. Hablo en pasado porque, consumadas algunas maniobras accionariales, todo apunta que el armenio-francés ha ganado la partida. Oughourlian es un hombre de negocios. No es Jesús de Polanco, el editor de toda la vida del periódico de la democracia. Es, por consiguiente, un inversor. Y huele que, como mínimo, hay rebumbio ‘monclovita’ y no está dispuesto a meter más dinero para crear un canal de televisión (TDT) que esté en la órbita de Ferraz.
¿El PSOE necesita ese canal? Sin lugar a dudas. Le urge. Es una necesidad imperiosa. La Sexta va de la mano de Antena 3 y, a la postre, como empresa combina las dos patas, lo que le permite adaptarse a las circunstancias. Si el Grupo Prisa no cubre ese hueco, ese vacío socialista, Ferraz lo tendrá muy mal sociológicamente.
A estas alturas, recuerdo cómo iba al kiosco a comprar mi ejemplar de ‘El País’ desde la primera adolescencia. La ilusión que me acompañaba para ver su portada. Aunque fuese a mitad de agosto y, estando de vacaciones en el sur de la isla, tuviese que rebuscar un punto de venta entre tantos apartamentos y guiris. Al igual que su lectura me llevaba su tiempo. Aunque no fuese la edición del domingo, tenía un contenido invariable de postín. A pesar de los reveses financieros, sigue siendo un referente periodístico. El cambio de su director, siempre es noticia; como diría Humphrey Bogart en la película ‘El cuarto poder’ (1952).

























Pelayo | Domingo, 08 de Junio de 2025 a las 09:27:19 horas
Un panfleto sectario y super subvencionado que ya nadie lee si no cuatro sectarios, si no fuera por las subvenciones millonarias del gobierno ese medio de manipulación masiva ya no existiria.
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